Rory McIlroy quiere renovarse en el Abierto Británico
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McIlroy ha batallado con el "swing" este año debido a una lesión en su costilla y no ha pasado el corte del Abierto de Estados Unidos, el Abierto Irlandés y el Abierto Escocés en las últimas semanas
Hace apenas tres años, Rory McIlroy era el mejor golfista del mundo, sin una pizca de discusión al respecto. Ganó los dos últimos majors de esa temporada, además del título del World Golf Championship. Todo apuntaba a que su reinado duraría el tiempo que quisiera.
Ahora sencillamente intenta no caer en el olvido.
El más claro ejemplo de su situación ni siquiera es que no haya superado el corte del fin de semana en tres de sus cuatro últimos torneos. Sino que, en la víspera del Abierto Británico, las casas de apuesta pagan 20 a 1 por una victoria suya en el campo Royal Birkdale.
El norirlandés ha pasado por estas malas rachas más de una vez en los 10 años desde que jugó su primer Abierto Británico en Carnoustie. McIlroy se perdió el fin de semana en cuatro de cinco torneos en 2012, incluyendo en su defensa del título del US Open, y terminó ese verano ganando el PGA Championship y recuperando el primer puesto del ranking mundial.
En esta ocasión, hay una lesión que se suma a la ecuación.
La pequeña fisura en una costilla que sufrió en enero en el Abierto de Sudáfrica ya no es un problema, pero lo obligó a marginarse del circuito durante dos meses, y después jugó apenas una vez en dos meses entre el Masters y el Abierto de Estados Unidos porque sentía molestias.
Todos esos contratiempos provocaron lo que McIlroy describe como una temporada llena de interrupciones, en la que no ha conquistado un solo trofeo.