Arde el Abierto de Australia
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Las altas temperaturas son habituales en el Abierto de Australia, aunque no por ello su impacto deja de afectar a los jugadores y al público.
Juan Martín del Potro sueña con estar tomando una cerveza en la playa, Novak Djokovic no ve la hora del baño de hielo y Gael Monfils anhela una cama de suero. El Abierto de Australia vivió hoy una jornada de calor infernal en Melbourne y la polémica no se hizo esperar.
Tras varios días de temperaturas relativamente frescas para la época, el mercurio alcanzó este jueves los 39 grados centígrados en el primer Grand Slam de la temporada. Una masa de aire caliente proveniente del "Outback", el enorme desierto en el corazón del país, se adueñó de la ciudad costera y del torneo.
Las altas temperaturas son habituales en el Abierto de Australia, aunque no por ello su impacto deja de afectar a los jugadores y al público. Uno de los que más los sintió fue Monfils, que aseguró hoy haber estado al borde del colapso en el encuentro que perdió ante Djokovic.
"Si no puedo tomarme más de 25 segundos entre punto y punto, voy a colapsar", dijo el francés al umpire durante un cambio de lado. La regla de tiempo, muy criticada por jugadores como Rafael Nadal, impide una pausa de más de 25 segundos entre cada punto, aunque su aplicación estricta pareció hoy excesivo a Monfils.
"No importa cuánto entrenes en el calor, cuánto te guste el calor. Esto es muy duro", dijo el tenista de 31 años. "Se hacía difícil respirar", protestó el francés, que además afrontó el encuentro con problemas estomocales.
Previendo las altas temperaturas que auguraban los pronósticos, Nadal había solicitado en la víspera que las autoridades apliquen la denominada regla del calor extremo de ser necesario. Sin embargo, los organizadores consideraron que no se cumplían los requisitos.
Para ello, la temperatura ambiente debe superar los 40 grados y también se tiene que alcanzar determinado nivel en el índice WBGT (Wet Bulb Globe Temperature), que mide básicamente la humedad. En ese caso, las autoridades pueden desplegar el techo retráctil en los estadios principales (Rod Laver, Margaret Court y Hisense) y suspender la actividad en las canchas secundarias.
Numerosos aficionados protestaron en las redes sociales y consideraron excesivo que se juegue la jornada con normalidad, lo que obligó al torneo a brindar explicaciones en Twitter.
"La salud de nuestros jugadores es una preocupación fundamental y estamos monitoreando las condiciones en forma permanente. Esperemos que refresque un poco", señaló el tuit, que reiteró los criterios objetivos establecidos para aplicar la regla del calor.
Las temperaturas de hoy, es cierto, no son las más altas que se hayan registrado en el torneo. En 2014, por ejemplo, el termómetro alcanzó los 42,2 grados. "He tenido partidos con más calor aquí", dijo la española Garbiñe Muguruza tras su eliminación, aunque no todos estuvieron de acuerdo.
"Los dos sufrimos en el court, fueron realmente duras las condiciones", dijo Djokovic en la entrevista postencuentro en el estadio Rod Laver. El entrevistador televisivo, a su lado, no quería hacerle demasiadas preguntas al serbio para que pudiera ir a refrescarse. "Pueden preguntarme todo lo que quieran en el baño de hielo", bromeó el ex número uno del mundo.
También Del Potro se tomó con humor la situación tras su extenuante batalla ante el ruso Karen Khachanov. "Creo que sería mejor estar en la playa tomando una cerveza", comentó después de tres y 45 minutos jugando con casi 40 grados.
Sin embargo, lo que vivieron jugadores como Del Potro y Djokovic hoy en la cancha no fue ninguna broma.
"Hacía demasiado calor para jugar al tenis. Se vio en la tribuna también, nadie estaba viendo el partido bajo el sol", comentó Del Potro. "No hay preparación que sirva para tratar de soportar eso", analizó.
"Lo de hoy estuvo en el límite", coincidió Djokovic, que realizó un análisis más general sobre las exigencias que afrontan los jugadores en el circuito. "Nuestro deporte es parte de una industria, como muchos deportes globales. A veces más un negocio que un deporte", reflexionó el serbio.
"Para nosotros lo más importante es la salud y lo que sucede después de nuestra carrera. Hay muchos jugadores que están sufriendo y no pueden caminar o correr (...) pero también es nuestra elección jugar o no jugar tantos torneos. Pero no quiero sonar desagradecido con el tenis", afirmó.
Para mañana está previsto que la ola de calor se profundice y las temperaturas alcancen los 42 grados, por lo que las discusiones prometen continuar. Sin embargo, durante la noche el viento del desierto cederá a la brisa costera y las temperaturas bajarán abruptamente para alivio de tenistas, aficionados y organizadores.