‘Valoraré este momento por toda mi vida’: Miguel Cabrera se despide de Grandes Ligas con triunfo de Tigers
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El beisbolista venezolano, y ganador de la Triple Corona, puso fin a su carrera a los 40 años en la victoria ante los Guardians de Cleveland
Miguel Cabrera hizo una atrapada a mano invertida, pisó la primera base y sonrió en el octavo episodio en la última jugada de su carrera, y los Tigers de Detroit vencieron el domingo 5-2 a los Guardians de Cleveland.
“Me dieron la oportunidad de decir adiós”, señaló el astro venezolano de 40 años. “Voy a valorar este momento por el resto de mi vida”.
El juego también marcó el final de la carrera de Terry Francona, el mánager de Cleveland que llevó a Boston a dos campeonatos de la Serie Mundial, y que está por retirarse esta semana.
“La verdad es que no se necesita que me dieran un discurso fúnebre”, bromeó Francona. “Quizás tras mi cita con el doctor mañana, nunca se sabe”.
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Francona dijo que el día le pertenecía a Cabrera.
“Estaba medio perdido durante el juego porque no me podía concentrar”, dijo Cabrera.
Cabrera, el único jugador en ganar la Triple Corona en más de medio siglo, se fue de 3-0 con una base por bolas en su último turno al bate.
Defendió en la primera base por primera vez desde 2021 y entró ahí en el octavos y fue el único jugador en el terreno durante unos minutos con los Tigers, mientras jugadores de ambos equipos mostraban respeto hacia uno de los grandes de todos los tiempos.
El jardinero de los Guardians, Steven Kwan, abrió el inning con un rodado fuerte que el venezolano controló sin necesidad de moverse mucho para recibir otra ronda de aplausos.
Miguel se cubrió el corazón con el gorro y miró hacia el cielo azul.
“Uno ve tantas cosas en este deporte”, dijo Francona. “Lo ponen para que reciban un último aplauso y la pelota va directa a él. Las cosas funcionan de esa manera por algo”.
Los hijos de Cabrera, Isabella, Brisel and Christopher, ingresaron al terreno junto al mánager de los Tigers, A.J. Hinch, para darle un abrazo. Luego todo el equipo, incluyendo los lanzadores, lo abrazó, Cabrera usó su brazo derecho para secarse las lágrimas.