Automotrices de EU, un paso más cerca del abismo
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Tras años de estancamiento y de pérdidas multimillonarias, General Motors (GM) y Ford aceleran su caída. La crisis financiera amenaza con dificultar el acceso al dinero para los ya endeudados fabricantes. Y la bolsa refleja la situación: las acciones de ambos gigantes se precipitan a un ritmo aun más vertiginoso que sus cifras de facturación.
Detroit, EU.- El sector automotor estadounidense se asoma al abismo. Los expertos advierten que, después del colapso del sector financiero, podría ser éste el origen de un nuevo infarto en la primera economía del mundo.
Tras años de estancamiento y de pérdidas multimillonarias, General Motors (GM) y Ford aceleran su caída. La crisis financiera amenaza con dificultar el acceso al dinero para los ya endeudados fabricantes. Y la bolsa refleja la situación: las acciones de ambos gigantes se precipitan a un ritmo aun más vertiginoso que sus cifras de facturación.
El hasta hace poco mayor fabricante del mundo, GM, y la segunda automotriz de Estados Unidos, Ford, entraron en una espiral descendente ya antes de la crisis crediticia: su desactualizada política de modelos poco ahorrativos les acarreó pérdidas récord. A ello se sumaron la crítica situación en Estados Unidos y la contracción del mercado automotor mundial.
La crisis actual volvió demasiado caro para ambas automotrices el acceso a un dinero fresco que necesitan con urgencia. Y su dramática caída en bolsa recuerda el destino sufrido recientemente por numerosos bancos, cuya quiebra vino anticipada por el hundimiento de sus títulos.
Las acciones de GM se encuentran en su nivel más bajo en más de medio siglo. El valor total del grupo en bolsa se sitúa en unos 3.000 millones de dólares, algo menos que el de Ford.
En esta situación, GM ahorrará 10.000 millones de dólares y ganará otros 5.000 millones gracias a la venta de sectores del grupo, incluyendo el de los todoterrenos Hummer. Ford, entre tanto, se aferra oficialmente a su ruinosa filial Volvo, aunque muchos analistas aseguran que no por mucho tiempo más.
El -por ahora- último golpe llegó de parte de la agencia de valoración de riesgo Standard & Poors (S&P), que advirtió de un nuevo descenso en la ya dañada solvencia de ambos grupos. GM y Ford tendrían suficiente dinero este año, pero ya enfrentarían serios problemas en 2009. Actualmente pierde cada uno cerca de 1.000 millones de dólares mensuales: "Su liquidez podría llegar a un punto en el que ya no puedan mantener el negocio", advirtió Robert Schulz, analista de la agencia.
Las perspectivas no son mejores: los expertos profetizan que en el mercado estadounidense se venderán este año 13,6 millones de vehículos, una caída de un 16 por ciento que sitúa las ventas en su nivel más bajo de los últimos 20 años. El derrumbe continuará en 2009, incluso en mercados hasta ahora en expansión como el chino o el indio.
Por otra parte, la dramática situación de GM y Ford amenaza toda la economía del país. Nadie se atreve a imaginar las consecuencias que acarrearía una caída de los dos gigantes con cientos de miles de empleados. La insolvencia no es una opción, subrayan al unísono Rick Wagoner y Alan Mulally, los respectivos jefes de GM y Ford.
"La posibilidad de la quiebra existe", opinó en "The New York Times" David Cole, experto del Center for Automotive Research. Se trata sin embargo de una opción poco probable: sería un riesgo demasiado grande para el Estado, y por ello se especulan con nuevas ayudas financieras estatales adicionales a los créditos ya prometidos por 25.000 millones de dólares.
Una amarga ironía del destino hizo que GM cumpliese sus 100 años hace pocas semanas. Y el jubileo llegó con un símbolo de la peor crisis atravesada por el grupo: la necesidad de vender su espectacular rascacielos en Nueva York.