Cierra sexenio de AMLO con una economía débil, afirma el sector privado
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El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado considera que fin de gobierno es marcado por incertidumbre y expectativas poco optimistas
CDMX.- La promesa que realizó el gobierno federal actual de terminar el sexenio con una tasa promedio de crecimiento de 4% no se cumplió y, al contrario, hay debilidad económica, un “ambiente político severamente deteriorado”, incertidumbre y expectativas poco optimistas para el corto y mediano plazos, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
“En un entorno de baja inversión, inseguridad, corrupción, delincuencia, entre otros factores, que limitan el crecimiento, se requiere de un inicio de administración inclinado a crear un ambiente de seguridad y libertad en todas sus dimensiones para limitar la discrecionalidad gubernamental y de las decisiones oficiales, y apuntalar un mayor ritmo de crecimiento y bienestar, que por ahora pareciera que se alejan cada vez más”, dijo la institución en su Análisis Económico Ejecutivo semanal.
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Agregó que el panorama muestra que para el primer año de la próxima administración que encabezará Claudia Sheinbaum se espera un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1.5% y de 2% en 2026. En tanto, el pronóstico de expansión promedio anual para la siguiente década es de alrededor de 2%.
“El entorno presenta un nivel de Estado de derecho considerablemente debilitado, con altos niveles de corrupción, inseguridad, criminalidad e impunidad, que ya inciden en elevados costos empresariales”, mencionó el CEESP.
El dinamismo de la inversión se deteriora al aumentar la cautela por la incertidumbre por el entorno político y por la aprobación de la reforma judicial, lo que significa que el próximo gobierno deberá “trabajar seriamente en construir un ambiente que estimule en general la actividad económica, aunque esto se antoja seriamente complicado”, consideró.
El CEESP refirió que con la reforma al Poder Judicial y la probable desaparición de los organismos autónomos como los de transparencia, energía, competencia, telecomunicaciones y de evaluación de la política social, entre otros, se presentarán retos.
Ante ello, agregó, el próximo gobierno “tendrá que trabajar sin todos aquellos órganos independientes, que debe ser claro, no solo representan contrapesos, también eran los encargados de establecer las mejores políticas económicas para mantener el ambiente de negocios idóneo”.