Desacelera el consumo, ventas al menudeo tienen su peor caída en 8 meses
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Tras crecer dos meses consecutivos, el indicador de las ventas minoristas vio su peor caída desde junio de 2022
Tras el repunte que alcanzaron en el arranque del año, las ventas minoristas en México, el principal indicador de la actividad del consumo familiar, dieron muestra de desaceleración mensual y anual en febrero, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con los indicadores de empresas comerciales que calcula el Inegi, los ingresos reales por suministro de bienes y servicios de las empresas comerciales al por menor se ubicaron en 121 puntos, lo que representó una caída mensual de 0.3 por ciento en febrero, luego de que en enero avanzaron 1.7 por ciento respecto a diciembre de 2022 con cifras desestacionalizadas para hacer más comparable los periodos.
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Tras crecer dos meses consecutivos, el indicador de las ventas minoristas vio su peor caída desde junio de 2022. Pese a ello, aún es 3.9 por ciento mayor a sus niveles prepandemia, luego de que en enero la expansión estaba 4.2 por ciento por arriba de enero de 2020.
En tanto, las ventas minoristas de empresas comerciales en México mostraron un menor dinamismo durante el segundo mes del año respecto al mismo mes de 2022, al subir 3.2 por ciento, tras el aumento anual de enero de 4.9 por ciento.
Lo anterior, ante tasas de interés (costo del crédito) más altas e inflación con moderado descenso, lo que provoca cautela en el consumo familiar, de ahí que los analistas económicos prevén que en el transcurso del año, el consumo en México se irá desacelerando.
El total de las ventas minoristas se recuperó de la pandemia desde febrero de 2022; sin embargo, tres de nueve sectores aún están por debajo, tales como alimentos y bebidas, con 13.6 por ciento por debajo de los niveles precovid; textiles y calzado, 7 por ciento y enseres domésticos, 5.4 por ciento.
En febrero, las ventas de cuidado de la salud presentaron el mayor crecimiento mensual, con un avance de 3 por ciento, seguidas de las ventas de esparcimiento, 1.9 por ciento.
Para Ángel Huerta, analista económico de Ve por Más, es posible que el consumo privado siga soportado a corto plazo por el bajo desempleo, pero prevé que se enfríe con más claridad en el segundo semestre de 2023.
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“La expectativa de una desaceleración económica afectaría el dinamismo en el mercado laboral y la confianza de los consumidores. La inflación se desacelerará, pero seguirá elevada, erosionando el poder de compra de las familias. El alto costo de los créditos tiende a afectar las decisiones de gasto en bienes duraderos. Una potencial recesión –breve y poco profunda–en Estados Unidos se traduciría en un menor crecimiento de las remesas”, analizó Huerta.
Los ingresos reales de las empresas por suministro de bienes y servicios al por mayor cayeron 0.4 por ciento en febrero en comparación con enero y retrocedieron 1.5 por ciento anual. El personal ocupado aumentó 0.3 por ciento mensual y las remuneraciones se incrementaron 0.9 por ciento mensual.
En otro tenor, los resultados de la Encuesta Mensual de Servicios indicaron que los ingresos totales reales por suministro de los servicios privados no financieros aumentaron 1.5 por ciento, su segundo aumento mensual consecutivo.
Con información de La Jornada