Riesgo de más inflación en México, por guerra Ucrania-Rusia: Banxico
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De acuerdo con el banco, el escenario más complicado para México sería que todos los países impusieran restricciones a las exportaciones hacia Rusia y a las importaciones provenientes de esa nación en todos los sectores, incluido el petrolero
Ciudad de México. Las sanciones de los diferentes países y organismos internacionales a Rusia consecuencia de su invasión a Ucrania son esencialmente nulas en la actividad económica de México; sin embargo, el golpe en los precios de los bienes y servicios que se comercializan en el país es considerable, advirtió el Banco de México (BdeM).
De este modo, advirtió el banco central en su más reciente informe trimestral, enero-marzo 2022, si bien la relación comercial de México con Rusia es limitada debido a una baja interconectividad, las sanciones a Rusia, sobre todo por el lado energético, podrían desembocar en una mayor inflación para nuestro país.
“El análisis de los escenarios contractuales da cuenta de cómo las sanciones que se han aplicado a Rusia pueden resultar en mayores presiones inflacionarias en México, tal como se ha observado a raíz del conflicto, a pesar de la poca relación comercial que se mantiene con Rusia y Ucrania”, señaló el BdeM en un análisis de la situación.
De acuerdo con el banco, el escenario más complicado para México sería que todos los países impusieran restricciones a las exportaciones hacia Rusia y a las importaciones provenientes de esa nación en todos los sectores, incluido el petrolero.
En México el precio internacional del petróleo es un tema fundamental, pues afecta todos los rubros. Jonathan Heath, subgobernador del BdeM, explicó que gracias a los subsidios a la gasolina puestos en práctica por el gobierno federal, la inflación ahora está en niveles de 7 por ciento y no por encima de 9 por ciento.
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Impacto hasta de 2% en precios
El análisis del banco central detalla que las restricciones comerciales a Rusia dejarían un impacto económico de entre 0.2 y 0.5 por ciento en países de Europa del Este y algunos de Europa occidental. Mientras para Estados Unidos y México se estima una variación del PIB cercana a cero.
No obstante, si se llegan a bloquear las exportaciones rusas, incluyendo las energéticas, el BdeM prevé un impacto en precios relativamente homogéneo para todos los países, de alrededor de 2 por ciento, por el encarecimiento generalizado de los energéticos. En este escenario, el nivel de precios en México se vería afectado en esa misma proporción.
Dicho efecto negativo se daría pese a la poca conectividad de México con las dos naciones que protagonizan el conflicto armado Por ejemplo, destaca el banco, la relación comercial directa de México con Rusia y Ucrania es baja, pues menos de uno por ciento de las exportaciones se dirigen a esas naciones y menos de uno por ciento de las importaciones mexicanas provienen de ellas.
De esta forma queda claro que la relación comercial con Rusia y Ucrania es baja; sin embargo, hay excepción en algunos productos específicos, los cuales pueden tener un efecto colateral en otros precios.
El BdeM destacó que en 2019, los principales productos que México importó de Rusia fueron abonos y fertilizantes, mismos que representaron 24 por ciento del total de las compras a esa nación y 25 por ciento del valor total de las compras de México al exterior de este tipo de bienes, siendo así Rusia el principal país de origen de abonos para México en ese año.
De este modo, añadió, a partir de la relación comercial de México con Ucrania y Rusia, es posible determinar que las disrupciones en el suministro de bienes derivadas del conflicto tendrían un impacto directo relativamente acotado, siendo posiblemente la excepción el caso de los abonos y fertilizantes.
No obstante, lo anterior no es un tema menor, pues de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, en el último año el precio de los fertilizantes se ha disparado más de 180 por ciento, provocando una caída de más de 30 por ciento en las importaciones mexicanas, lo que a su vez ha detenido la producción del campo y, por consecuencia, encarecido aún más el precio de los alimentos al consumidor final.
Con información de La Jornada