Televisa crece a 76% en mercados de TV de paga tras compra de activos de Axtel
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Axtel transfirió 227,802 clientes residenciales y 4,432 kilómetros de redes de fibra óptica a Televisa, una concentración de activos radicada en el expediente AVC-002-2018 y al amparo del artículo noveno transitorio de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), que fue aprobada por unanimidad en el IFT el 10 de abril pasado, según el acuerdo P/IFT/00419/171
Grupo Televisa llegó a una participación de entre 64.2 y 76.7% en el mercado de televisión de paga en aquellas localidades donde adquirió los activos de infraestructura y usuarios residenciales de Axtel a finales de 2018 por 4,713 millones de pesos (246 millones de dólares).
En diciembre de 2018, Axtel transfirió 227,802 clientes residenciales y 4,432 kilómetros de redes de fibra óptica a Televisa, una concentración de activos radicada en el expediente AVC-002-2018 y al amparo del artículo noveno transitorio de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), que fue aprobada por unanimidad en el IFT el 10 de abril pasado, según el acuerdo P/IFT/00419/171.
Los activos de los que Axtel se desprendió tenían que ver con los mercados de Apodaca, San Pedro Garza García, Escobedo, Juárez, Pesquería, San Nicolás de los Garza, Santa Catarina y Monterrey, en Nuevo León; también el relacionado con la capital potosina; el de Ciudad Juárez, en Chihuahua; la capital aguascalentense, Zapopan, Jalisco, y el mercado de la Ciudad de México, además de los municipios mexiquenses de Atizapán, Huixquilucan, Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli.
En ellos fue donde Grupo Televisa elevó de uno a dos puntos su participación de mercado tras la compraventa de Axtel allí.
De acuerdo con la Unidad de Competencia Económica del IFT, Televisa creció al 76.7% de la televisión restringida en Aguascalientes; a 64.2% en Ciudad Juárez, a 66.2% en Zapopan; 68.4% en San Luis Potosí capital; 73.9% en Monterrey y a 76.7% en la Ciudad de México.
La concentración pasó en el Instituto Federal de Telecomunicaciones el 10 de abril, porque a nivel sectorial la participación total de Televisa no rebasa el 20% del mercado de las telecomunicaciones; porque la suma de esos activos a sus operaciones incrementa 0.25% su participación general y porque la operación no involucra al agente económico preponderante, cumpliendo así con lo escrito en el noveno transitorio de la LFTR.
El IFT reconoció que permitir la compraventa de activos podría generar barreras de entrada en los seis mercados relevantes objeto de la operación entre Axtel y Televisa, pero advirtió también que Izzi Telecom podría hacer un uso más eficiente de la infraestructura adquirida a FTTH de México S.A. de C.V. como subsidiaria de Axtel y ofrecer mejores productos de video e Internet a los clientes residenciales de esa marca, lo que podría desatar una competencia más aguerrida con Totalplay y Dish, obligando a esas marcas a invertir en nuevas redes, desarrollar paquetes más atractivos de servicios y de paso abonar a la convergencia del sector allí.
“La existencia de un agente económico que concentra más de 64% de los suscriptores existentes en el negocio de televisión restringida existentes en las seis localidades donde tiene efectos la concentración constituye en sí misma una barrera económica a la entrada. Lo anterior, porque la entrada de nuevos competidores y el crecimiento de otros participantes existentes en la provisión de este servicio puede detenerse o retrasarse ante la existencia de uno con las dimensiones que Televisa alcanza con la concentración”, escribió la Unidad de Competencia Económica en un informe.
Pero también argumentó que “la operación permitirá a Televisa consolidarse como proveedor de servicios convergentes para competir en mejores condiciones, ya que le permite alcanzar las economías de escala necesarias para que las inversiones sean rentables y en beneficio del interés público. Ello en virtud de que la ampliación de la red genera una externalidad positiva que permite que más usuarios estén conectados a través de ella, lo que a su vez reduce el costo de proveer los servicios y por ende la posibilidad de ofrecer mejores precios y servicios a los consumidores (…) y ayuda a evitar uno de los cuellos de botella que impiden el desarrollo de la infraestructura del sector en México”.