Canícula en México: Recomendaciones para protegerte de las altas temperaturas
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Por las temperaturas extremas, baja humedad y disminución de lluvias durante los 40 días de la canícula, existen algunos efectos negativos que se pueden desatar, poniendo en riesgo tu salud
En los siguientes meses, México pasará por una temporada de gran preocupación para sus habitantes. Se trata de la canícula: un fenómeno climático caracterizado por ser un periodo de altas temperaturas, lo que alarma a los organismos de salud pública, ya que puede llegar a afectar enormemente.
Según el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), la canícula ocurre debido a que los vientos alisios soplan con fuerza desde el este, impidiendo la formación de nubes sobre el océano y reduciendo así las precipitaciones sobre una gran parte del territorio nacional.
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¿CUÁNDO EMPIEZA LA CANÍCULA EN MÉXICO Y A QUÉ ESTADOS AFECTARÁ MÁS EN 2025?
Regularmente, la canícula empieza semanas después el solsticio de verano que se realizó el 21 de junio, por lo que se estima que las altas temperaturas inicien el próximo 3 de julio con una duración de 40 días, terminando alrededor del 11 de agosto.
No obstante, es necesario destacar que estas fechas se trata de una aproximación.
Los estados que podrían verse mayormente afectados con temperaturas que podrían rebasar los 40 grados centígrados, son:
- Campeche;
- Chiapas;
- Quintana Roo;
- Tabasco;
- Veracruz;
- Yucatán;
- Colima;
- Guerrero;
- Michoacán;
- Morelos;
- Oaxaca;
- Puebla;
- Tlaxcala;
- Guanajuato;
- Hidalgo;
- San Luis Potosí.
Mientras que, estados como Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Nayarit, Sonora, Sinaloa, Ciudad de México, Zacatecas, Aguascalientes y Querétaro pueden tener un impacto menor.
¡CUIDADO! ASÍ ES COMO LA CANÍCULA PUEDE AFECTAR TU SALUD
Por las temperaturas extremas, baja humedad y disminución de lluvias, estas son algunos efectos que se pueden desatar:
1. Deshidratación: Las altas temperaturas y la sudoración excesiva provocan una pérdida considerable de líquidos y electrolitos del cuerpo. Si no se reponen adecuadamente, puede llevar a deshidratación, cuyos síntomas incluyen sed intensa, boca seca, fatiga, mareos, orina oscura y, en casos graves, confusión y shock.
2. Golpe de calor: Es la afección más grave relacionada con el calor, y ocurre cuando el cuerpo no puede regular su propia temperatura, que puede elevarse peligrosamente (por encima de los 40°C). Los síntomas son piel caliente y seca (o sudoración profusa al inicio, que luego cesa), confusión, delirio, convulsiones, pérdida del conocimiento, pulso acelerado, dolor de cabeza intenso, náuseas y vómitos. Asimismo, puede causar daño cerebral permanente, falla de órganos vitales e incluso la muerte si no se atiende de inmediato.
3. Agotamiento por calor: Es una condición menos grave que el golpe de calor, pero que puede progresar si no se trata. Sus síntomas son sudoración intensa, debilidad, mareos, náuseas, dolor de cabeza, calambres musculares, piel fría y húmeda.
4. Calambres por calor: Son espasmos musculares dolorosos que ocurren debido a la pérdida de sal y líquidos por el sudor. Afectan comúnmente las piernas, los brazos o el abdomen.
5. Problemas cardiovasculares: Las altas temperaturas exigen un mayor esfuerzo al corazón para bombear sangre y regular la temperatura corporal. Esto puede ser especialmente peligroso para personas con enfermedades cardíacas preexistentes (hipertensión, arritmias, insuficiencia cardíaca).
6. Afecciones respiratorias: La combinación de calor, sequedad y, en ocasiones, mayor concentración de contaminantes en el aire (debido a la estabilidad atmosférica) puede agravar enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
7. Problemas gastrointestinales: Las altas temperaturas favorecen la rápida descomposición de los alimentos y la proliferación de bacterias, aumentando el riesgo de infecciones gastrointestinales (diarrea, vómitos) por consumo de alimentos o agua contaminados.
8. Problemas dermatológicos: Las quemaduras solares son comunes debido a la mayor exposición a la radiación UV. También pueden presentarse erupciones cutáneas (sarpullido por calor) debido a la obstrucción de los conductos sudoríparos.
9. Descompensación de enfermedades crónicas: Personas con diabetes, enfermedades renales, hepáticas o neurológicas son más vulnerables a los efectos del calor, ya que sus cuerpos pueden tener dificultades para regular la temperatura o manejar los cambios en los líquidos y electrolitos.
Por todos estos riesgos, es altamente recomendable prestar mayor atención a los grupos más vulnerables, como niños pequeños, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, trabajadores al aire libre y deportistas.
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PORTÉGETE DE LA CANÍCULA CON ESTAS RECOMENDACIONES
1. Hidratación constante y adecuada: Agua simple es la mejor opción, aunque también puedes recurrir a sueros orales o bebidas rehidratantes. Consume frutas ricas en agua como sandía, melón, pepino, jícama y fresas. Evita a toda costa las bebidas azucaradas, con cafeína o alcohol, ya que éstas pueden llevarte a la deshidratación.
2. Protege tu cuerpo del calor y el sol: Evita la exposición directa al Sol durante las horas más calientes; viste con ropa ligera, holgada y de colores claros; y no olvides usar protector solar con amplio espectro (SPF 30 o superior).
3. Mantén tu entorno fresco: Ventila tu hogar abriendo puertas y ventanas durante las horas más frescas, también puedes utilizar ventiladores o aire acondicionado.
4. Modera la actividad física: Programa tus actividades durante las horas más frescas y reduce la intensidad del ejercicio.
5. Acude al médico: Ante la mínima señal de cualquier síntoma por afectación de las temperaturas extremas, acude con tu médico de confianza.