¿Qué es el cruising?... La práctica sexual clandestina que podría llevarte a la cárcel y pagar multas en México
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El cruising es una práctica sexual en espacios públicos que ha generado controversia. Descubre qué es, por qué es ilegal en México y qué riesgos legales conlleva
El cruising es una práctica sexual que implica encuentros esporádicos, generalmente entre hombres, en lugares públicos como parques, baños, estacionamientos o zonas boscosas. Estos encuentros suelen ser anónimos y no requieren un vínculo afectivo entre las personas involucradas.
El término proviene del inglés y significa “navegar” o “merodear”, haciendo alusión a la manera en la que las personas buscan encuentros sexuales en estos espacios.
Esta práctica ha existido durante décadas, especialmente en contextos donde la homosexualidad era perseguida o marginada. En tiempos recientes, aunque algunos sectores la asocian con libertad sexual y resistencia, sigue siendo motivo de polémica por sus implicaciones legales y de seguridad.
¿POR QUÉ ES ILEGAL EL CRUISING EN MÉXICO?
En México, el cruising puede ser considerado un delito bajo diversas figuras del Código Penal, dependiendo de la entidad federativa. Aunque no hay una ley federal que prohíba explícitamente esta práctica, existen leyes locales que penalizan el exhibicionismo, la alteración del orden público o los actos sexuales en la vía pública.
Por ejemplo:
• En la Ciudad de México, el artículo 26 del Código Cívico establece sanciones por realizar actos sexuales en espacios públicos, con multas o arresto administrativo por 24 horas.
• En Nuevo León, el Código Penal sanciona la “ofensa al pudor” si se realiza algún acto que atente contra la moral pública.
• En Jalisco, el artículo 130 del Reglamento de Policía y Buen Gobierno penaliza las conductas sexuales explícitas en lugares públicos.
Esto significa que cualquier persona sorprendida en un acto de cruising podría ser arrestada por alterar el orden público o cometer actos inmorales, lo que podría implicar desde una multa hasta privación de la libertad por horas o días.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DEL CRUISING?
Además de las consecuencias legales, el cruising conlleva una serie de riesgos personales y sociales:
• Seguridad personal: Estos encuentros se dan con personas desconocidas, lo que incrementa el riesgo de ser víctima de agresiones físicas, robos o extorsiones.
• Estigmatización social: Ser sorprendido participando en esta práctica puede causar daños a la reputación, sobre todo en contextos donde la diversidad sexual aún es tabú.
• Problemas de salud: La falta de planificación y el anonimato pueden facilitar prácticas sexuales sin protección, aumentando el riesgo de transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS).
• Extorsión policial: Se han documentado casos en los que agentes de seguridad utilizan el cruising como pretexto para chantajear a quienes participan en esta actividad.
DATOS CURIOSOS SOBRE EL CRUISING
• El cruising tiene una larga historia. En Europa, se tienen registros de esta práctica desde el siglo XVIII, especialmente en ciudades como Londres o París, donde existían puntos de encuentro secretos para la comunidad homosexual.
• Algunas aplicaciones de citas incluyen mapas y alertas sobre “zonas de cruising”, aunque muchas de ellas desaconsejan esta práctica por cuestiones de seguridad.
• En países como España, el cruising no está penalizado, aunque sí regulado para evitar escándalos públicos.
¿HAY ALGUNA ALTERNATIVA LEGAL Y SEGURA?
La libertad sexual es un derecho, pero debe ejercerse con responsabilidad. En lugar de recurrir a prácticas clandestinas, existen alternativas más seguras y legales para encuentros consensuados:
• Aplicaciones de citas que permiten acordar lugares privados para los encuentros.
• Espacios LGBT+ seguros como bares, clubes o saunas.
• Terapia o grupos de apoyo para explorar la sexualidad sin caer en prácticas de riesgo.
El cruising es una práctica que refleja parte de la historia de la diversidad sexual y la búsqueda de libertad. Sin embargo, en México, realizar actos sexuales en espacios públicos puede llevar a sanciones legales serias.
Más allá de las implicaciones legales, es fundamental considerar los riesgos personales, de salud y sociales antes de participar en actividades de este tipo. La libertad sexual debe ir siempre acompañada de responsabilidad, respeto por los demás y conciencia de las normas del entorno.