Llega a México el Mazda 2

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La marca japonesa por fin puso en sus concesionarias uno de los autos más esperados de la temporada. Con $179,900 te alcanza para uno
VALLE DE BRAVO.- Definitivamente la espera valió la pena. Para quienes busquen un auto atractivo, eficiente, bien equipado, seguro y al mismo tiempo accesible Mazda tiene la solución: El Mazda 2.
Muy probablemente este vehículo debió haber llegado a nuestro país desde hace tiempo sin embargo, la marca japonesa decidió cocinar este lanzamiento tal como se hace con la cena de navidad: poco a poco y tomándose su tiempo, dándole a cada detalle su justa importancia, con la intención de que el resultado sea uno digno de disfrutarse y recordarse, de servirse a la mesa con la ropa de gala y presumirse ante cualquiera, durante mucho tiempo.
Entre los detalles que Polo Orellana, director de Mazda de México, debió afinar cuidadosamente y muy de cerca, apoyado por su equipo de colaboradores, se encontraba el tema del precio, pero, insisto, la espera valió la pena. Con bombo y platillo, en medio de aplausos y una atípica algarabía entre la prensa especializada, Mazda confirmó que, por algo así como $179,900 sería posible llevarse un Mazda 2 a casa.
Para cuando era viable traer la tercera generación de este auto, presentado en el Autoshow de Ginebra de 2007, un facelift volvió a hacer que valiera la pena reconsiderar la decisión de su fecha de arribo a México.
Afortunadamente, otra vez, la espera valió la pena, pues a nuestro país está llegando la imagen más fresca y renovada de este vehículo, cuyos retoques le dieron a la actual generación una cara más fresca y alineada con el actual look de la marca del zoom-zoom.
Retoques en faros, calaveras, la emblemática parrilla e incluso detalles en sus interiores y equipamiento actualizaron significativamente a este producto.
Jueves 11 de agosto de 2011. Por fin, la espera terminó. Citados en la Universidad Iberoamericana muchos de nosotros recordamos aquellos tiempos en los que el auto valía más por cómo se movía, cómo se veía y cuántas chicas atraía, que por cuántas cosas le cabían en la cajuela. El desfile de universitarias nos mantuvo entretenidos hasta que llegó la hora de la verdad. De todos colores y sabores, radiantes y atractivos aparecieron los Mazda 2 ante nuestros ojos, uno que otro hasta con los rieles para cargar la bicicleta pero, en ese momento, quién piensa en bicicletas cuando se tiene frente a sí a un auto que por sus líneas promete ser muy divertido.
Se mueve tan bien como se ve
Difícilmente otra carretera podría ser tan buena como la que nos lleva de la Ciudad de México a Valle de Bravo, para demostrar las capacidades de un auto. Más subidas que bajadas, largas rectas, un poco de tráfico, autopista y hasta tramos en reparación, combinados con tantas curvas como se pueden tomar en menos de dos horas de trayecto, nos sirvieron para probar las capacidades de este subcompacto, cuyo tamaño resulta un tanto engañoso pues, a pesar de ser ágil y divertido (características más propias de un vehículo pequeño), por dentro nos pareció espacioso e incluso, a altas velocidades, su aplomo nos hizo sentir en un auto de mayores dimensiones.
Su motor 1.5 L de 16 válvulas capaz de desarrollar 102 caballos de fuerza ofrece una buena respuesta, en parte gracias a la relación con su caja de cambios, disponible en manual de cinco cambios o automática de cuatro marchas.
El diseño y combinación de materiales al interior, así como el que todo sea eléctrico, en más de una ocasión nos hizo preguntar si el precio era el correcto. Por fortuna, cuando la ecuación de cómo un auto traído desde Japón puede ser más accesible que otros que vienen de mucho más cerca atacaba nuestro pensamiento, la música, que pudimos sincronizar desde el iPod, nos relajó, completando el cuadro ideal de un viaje digno de relatarse.
Aunque, de todo lo que promete la ficha técnica en seguridad, sólo pudimos probar los frenos ABS, cabe destacar que de serie el Mazda 2 ofrece elementos de seguridad dignos de tomarse en cuenta ,como incluyen bolsas de aire y estructuras colapsables con materiales ligeros de alta resistencia que también ayudan a mejorar su consumo de combustible.