El mundo se horrorizó cuando se conoció la verdad del Holocausto de Auschwitz y otros campos de concentración. La humanidad prometió que ‘esto no volvería a pasar’, pero no fue así...
Gertz Manero cumplió la encomienda. En la batalla de las palabras y los conceptos generales, echó agua al fuego del ‘centro de exterminio’ en Teuchitlán. Punto. Ahí no mataban. ¿Y entonces?