Acaba en Tijuana pesadilla de la guerra Rusia-Ucrania; migran a México con el sueño de llegar a EU
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TIJUANA, BC.- En la cabeza de Nikita Sokolov, la guerra en Ucrania se acaba en California. El inicio de ese sueño y el final de esa pesadilla se encuentran en Tijuana, la última parada antes de llegar a Estados Unidos.
México es un terreno inhóspito para los más de 2 mil ucranios que han llegado en los últimos días, según los cálculos de las autoridades. La mayoría no habla español ni inglés. Pero en la Unidad Deportiva Benito Juárez, donde se habilitó un albergue a espaldas del muro fronterizo, no hace falta. Es una Kiev en miniatura. Todos los letreros están en ucranio y ruso.
La cancha de básquetbol del gimnasio está desbordada de literas y colchonetas, entre adultos exhaustos que se tumban en el suelo y niños que corren y arman rompecabezas para matar el aburrimiento. Adentro ya no cabe nadie más y el campamento crece todos los días.
Tijuana creía haberlo visto todo en temas de migración, hasta que se topó con los ucranios. Nunca un grupo de migrantes había estado tan organizado. Enrique Lucero, el jefe municipal de Asuntos Migratorios, refirió que tan solo en enero y febrero han entrado más de 9 mil personas con pasaporte ucranio y casi 30 mil rusos. Ninguno necesita visa y todos entran como turistas, pero muchos han cambiado las playas por los trámites de asilo y refugio en la frontera norte. “Era una migración invisible hasta que llegó la guerra”, afirmó Lucero.
Muchos ucranianos tienen familiares y conocidos en Estados Unidos. “Una bomba destruyó el edificio donde nos estábamos quedando, cayó dos pisos arriba de nuestro apartamento”, contó Viktoria Ivanova, una chica de Mariupol de 27 años que viaja con su novio. “Unos amigos nos convencieron de ir a Idaho, nos metimos a un grupo de Telegram donde daban información y ahora estamos aquí”, agregó. “Mi tía vive en Chicago, quiero irme por un tiempo y regresar para reconstruir el país”, explicó Dmitro Pushchal, de 25 años.
Mientras los medios hablan de la pequeña Ucrania, el temor del Gobierno municipal es convertirse en una “pequeña Polonia” por la llegada masiva de personas que huyen de la guerra. “Se estaba desbordando la situación”, reconoció Lucero. A eso se suma la aplicación del Título 42, una medida del Gobierno de Donald Trump que expulsa y obliga a esperar en México a todos los solicitantes de asilo bajo el pretexto de contener la pandemia.
En ese contexto, el trato preferente de Estados Unidos a los ucranios ha estado envuelto por la polémica. La patrulla migratoria (CBP) abrió la garita de El Chaparral, que llevaba casi dos años cerrada, sólo para atenderlos.
Está admitiendo en el país a unos 25 refugiados cada hora. Y la gente de Ucrania ha conseguido en un par de días lo que las personas de otras nacionalidades no han logrado en meses o años. “Es injusto, todos nos merecemos una oportunidad”, reclamó Carmen Rivera, hondureña de 26 años, que espera con sus dos hijos en Tijuana desde hace diez meses.