Incumplimientos ambientales del Tren Maya amenazan a ejido en Quintana Roo

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/ 15 diciembre 2023

En Nuevo Xcan se construye una de las estaciones del Tramo 4 del ferrocarril

La entrada en operación del Tren Maya este viernes sin que se hayan cumplido los acuerdos ambientales, sociales y urbanos firmados por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) con el ejido y sus pobladores amenaza a la comunidad de Nuevo Xcan, localizada en Lázaro Cárdenas, el municipio más pobre de Quintana Roo.

El Plan Maestro de la Comunidad Sustentable de Nuevo Xcan, junto a los 10 puntos de un convenio signado entre partes, fue un mecanismo diseñado desde las propias comunidades indígenas y rurales, académicos, sociedad civil y autoridades para evitar que la llegada masiva de turistas y de migrantes incrementen la presión ambiental y la demanda de servicios públicos en la zona, cuyo atractivo más conocido es la isla de Holbox.

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En Nuevo Xcan se construye una de las estaciones del Tramo 4 del ferrocarril, la cual lleva el mismo nombre de la localidad y se convertirá en el centro de distribución de visitantes en la zona norte del estado, colindante con Yucatán.

Fue la última estación de la ruta 4 en decidirse, pues sustituyó al trazo que correría por Cobá, lleno de vestigios arqueológicos y cenotes. Su construcción, a cargo de la empresa ICA, fue definida como de baja afluencia.

El plan maestro reconoció la existencia de una ruta turística operada por 15 comunidades que ofertan atractivos como el humedal denominado El Corchal, la laguna de Pacchen, un orquidiario, los cenotes, el llamado Árbol de la Vida en el Cedral y una ceiba ancestral, entre otros.

Las comunidades son Holbox, Chiquilá, Solferino, San Ángel, Kantunilkin, Nuevo Xcan, Nuevo Durango, Pacchen, El Naranjal, Ejido Juárez, San Martiniano, San Lorenzo, Agua Azul, El Cedral y Tres Reyes.

Ese corredor turístico se ha identificado desde hace dos décadas como “Puerta Verde”, pero por temas de índole legal el nombre tuvo que cambiar y desde hace algunos años las comunidades se impulsan bajo la denominación de “Corredor Balam”, en honor al jaguar.

Liliana García Ramírez, directora de la asociación civil Kanché, enfocada en proteger y conservar la biodiversidad y la cultura maya, ve en el megaproyecto una oportunidad si se retoman los acuerdos suspendidos y firmados por el gobierno federal.

Sin embargo, admite que también hay un riesgo, que estriba en la llegada de millones de turistas, como espera la autoridad, lo que es contrario a la vocación de la frágil zona, por donde corre la fractura de Holbox —principal reserva de agua dulce del estado— y hábitat de la mayor población de jaguares en la entidad, sin contar con los graves rezagos sociales y urbanos que tiene el municipio.

”La estación de Nuevo Xcan va a ser un centro de distribución hacia el norte de una cantidad mayor de turistas; entonces, sí es importante empezar a trabajar juntos”, dice.

Por ello, la experta en derecho ambiental hace un llamado a las autoridades de todos los niveles para trabajar en tareas de ordenamiento territorial y que atiendan los impactos sociales, ambientales, culturales y de economía social en la región.

El principal imán para abordar el tren en este tramo es la isla de Holbox, en el municipio de Kantunilkin, pero existen otras localidades con atractivos propios, comercializados por las comunidades del lugar bajo un modelo de muy bajo impacto, basado en el modo de vida de los pueblos originarios.

Por ello, el arribo masivo del turismo, fomentado por la propia autoridad —advierte García Ramírez—, aumentará la presión ambiental y la demanda de servicios públicos, actualmente insuficientes en Lázaro Cárdenas, el municipio más empobrecido de Quintana Roo, con una población de 29 mil 171 personas, en 99% hablantes de maya, con alto grado de marginación e índice de desarrollo humano medio.

En su territorio se han decretado dos áreas naturales protegidas (ANP), Yumbalam y Otoch Ma’ax Yetel Koo.

De acuerdo con Kanché, sólo existen dos plantas de tratamiento de agua y el grueso de las localidades carece de drenaje.

”Entonces, el reto es cómo lograr coexistir el modelo a partir de esta gran infraestructura con el modelo de desarrollo que ya implementamos las comunidades. Es una tarea pendiente y tendríamos que trabajar para encontrar juntos cómo darle flujo, cómo atender a esta población que va a venir y que evidentemente el Tren Maya está causando interés”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

Estación con vocación social

Organizaciones como Kanché, ejidatarios y académicos entrevistados coinciden en que la estación Nuevo Xcan —mencionada también como un paradero dentro del Tramo 4 que va de Izamal, Yucatán, a Cancún, Quintana Roo— fue modelo de participación social para su diseño, además de contar con la voluntad del ejido para ceder los terrenos requeridos para el éxito de la obra.

”La de Nuevo Xcan fue una suma de buenas voluntades, muy interesante y, al mismo tiempo, inesperada”.

La encargada del tramo era una persona emanada de las organizaciones de la sociedad civil; el encargado del diseño de la comunidad sustentable era un investigador de la UNAM; la arquitecta, encargada del diseño de la estación, era una profesora con premios de arquitectura social, y el equipo con el que participé éramos un grupo de antropólogos, jóvenes, de Yucatán.

”Nosotros éramos los actores externos, pero cabe mencionar la voluntad de la población local. Yo podría destacar la buena voluntad y el compromiso del comisario ejidal, quien siempre estuvo al pendiente, siempre defendiendo los intereses de la población y del ejido, tratando de que se respetaran los acuerdos”, relata el antropólogo Marco Almeida.

El resultado de la coordinación entre autoridades y pobladores fue la elaboración del plan maestro, que la estación contase con restaurantes, espacio para artesanías, un espejo de agua y hasta un teatro.

También se acordó la construcción de un alojamiento de muy bajo impacto, se armaron redes de productores, como apicultores y artesanas; se garantizó la introducción de internet y la edificación de un domo, por ejemplo.

”Se planeó que la estación conectara con el pueblo por una ciclovía, que llegara no sólo al pueblo, sino a las áreas de cultivo para cuidar a los campesinos cuando van a sus parcelas y que no fueran atropellados”, detalla.

Sin embargo, las promesas hechas por el gobierno federal plasmadas en el plan maestro y en un convenio de 10 puntos, signado con el ejido, fueron desconocidas con el relevo de Rogelio Jiménez Pons y de su equipo, sustituido por Javier May, al frente del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), a finales de 2021.

Operación de la estación, en riesgo

Luego de concluida la asamblea ejidal realizada el pasado 10 de diciembre en Nuevo Xcan, el presidente del comisariado, Luis Poot, admite que la operación de la estación está en riesgo, ante el incumplimiento de los acuerdos por parte del equipo de Javier May.

Además, el funcionario dejó Fonatur para buscar la gubernatura de Tabasco, por lo que lo pactado está en el limbo.

Insistentemente, reitera que, aun cuando los 260 ejidatarios respaldan al 100% al presidente López Obrador, la construcción de la estación y el desarrollo del megaproyecto, debe respetarse el convenio con sus 10 puntos.

Sin la firma del comisariado, las vías de entrada y salida hacia la estación no podrán concretarse. El ejido les pidió cumplir con lo firmado, pero los funcionarios amenazaron con cancelar la operación del paradero.

Poot —mejor conocido como El Tigre— informó que el ejido está abierto y dispuesto a colaborar en todo lo que solicite López Obrador, porque ven en el proyecto grandes beneficios, pero remarcó que hay funcionarios que lo desinforman y le ocultan el convenio firmado y sus alcances.

RETOMAR LOS ACUERDOS

Para Marco Almeida, la inauguración de hoy marca el momento de retomar los acuerdos hechos, el cumplimiento de compromisos y que “lo ambiental, lo social y lo cultural vuelva a tener relevancia”, subraya.

”Se está a tiempo todavía”, sostiene, al enfatizar que con el cambio de gobierno se abren nuevos canales de diálogo.

En medio del clima polarizante, el académico reflexionó sobre la diversidad del pueblo maya, con posiciones éticas distintas y experiencias de vida diferentes que, recalcó, deben escucharse para el diseño de políticas públicas centradas en esta población.

Afirmó que son tan valiosas las críticas como las propuestas prácticas surgidas de los pueblos originarios para llegar a acuerdos.

A su vez, el activista Pedro Uc Be considera que la batalla por la defensa del territorio y la cultura maya ante la operación del Tren Maya en la península tiene esperanza.

”No está perdida, eso es una cosa a la que tenemos derecho. No nos podemos rendir. Yo creo que mientras queden comunidades indígenas tenemos la esperanza de seguir haciendo muchas cosas”.

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