Cumbre Iberoamericana de Panamá afronta el reto de renovarse o morir

Internacional
/ 29 septiembre 2015

"La renovación de la Conferencia es necesaria para atender mejor a la comunidad iberoamericana de naciones de la que todos formamos parte".

Panamá, Panamá.- La XXIII Cumbre Iberoamericana arrancó hoy en Ciudad de Panamá con el reto de transformarse o morir: el interés que estos encuentros anuales despiertan en los líderes de la región es ya tan poco que a la llamada "cumbre de la renovación" viajó tan solo la mitad de los jefes de Estado, entre ellos ninguno del eje más izquierdista.

"La renovación de la Conferencia es necesaria para atender mejor a la comunidad iberoamericana de naciones de la que todos formamos parte".

Las palabras del rey Juan Carlos de España, en un mensaje en video enviado a la apertura del encuentro en el Centro de Convenciones Figali, cobraron especial significado horas después del anuncio oficial de las dos últimas deserciones: la del nicaragüense Daniel Ortega y la del peruano Ollanta Humala.

A la cumbre de Panamá, que se clausura mañana sábado, asisten solo diez de los 22 jefes de Estado de la comunidad iberoamericana, además de los jefes de gobierno de España y Portugal, Mariano Rajoy y Pedro Passos Coelho.

El récord de ausencias -supera por una a Asunción, en 2011, que hasta ahora era la Cumbre Iberoamericana con menos mandatarios- confirma la pérdida de interés de estos foros.

Esta era de hecho una de las razones por las que el año pasado, en Cádiz, se encomendó a un grupo de reflexión encabezado por el ex presidente chileno Ricardo Lagos la realización de un informe con propuestas para transformar y modernizar tanto las cumbres como el propio sistema iberoamericano. La más destacada de las que se aprobará es la de celebrar las cumbres cada dos años en vez de anualmente.

"El espacio iberoamericano debe ser renovado; debe ser renovado porque tiene sentido hacerlo", proclamó el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, en la inauguración, en la que además de él intervinieron el anfitrión y presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, y Rajoy, cuyo país acogió el anterior.

Para Iglesias, ésta es la última cita en el cargo. Tras ocho años de mandato, en enero será elegido el sucesor del uruguayo. El nombre que más suena es el de Rebeca Grynsdan, ex vicepresidenta de Costa Rica, secretaria general adjunta de la ONU y Administradora Asociada del PNUD.

Después de varios días en los que se fueron cancelando asistencias, la deserción oficial de Ortega, anunciada pocas horas antes del arranque del encuentro, dejó hoy sin representante alguno a la izquierda latinoamericana más crítica con estos encuentros.

Prácticamente, solo el rey Juan Carlos, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su homólogo José Mujica cuentan con argumentos de peso que excusan su falta.

El monarca español -que por primera vez en 23 años se perdió una de estas cumbres- y la mandataria argentina están convalecientes tras pasar por el quirófano y la salud del uruguayo hace ya tiempo que se resiente. El resto adujo básicamente problemas de agenda.

Ni el ecuatoriano Rafael Correa ni el boliviano Evo Morales ni elvenezolano Nicolás Maduro están en Panamá. Tampoco la brasileña Dilma Rousseff. La presencia del mexicano Enrique Peña Nieto y la del colombiano Juan Manuel Santos no compensan las faltas.

"Las cumbres son una ocasión para la reflexión sobre lo que somos y lo que podemos hacer juntos por nuestros ciudadanos y en la escena internacional", reflexionó Rajoy. Pero "después de 22 años de funcionamiento hace falta el nuevo impulso de una renovación para adaptarnos" a la situación actual, defendió.

La más destacada de las medidas que se adoptarán mañana sábado en el lujoso Hotel Westin Playa Bonita será la de celebrar estas cumbres cada dos años, alternándolas con las de la UE-Celac, a partir de la del año que viene en la mexicana Veracruz.

Una medida destinada a descongestionar de cumbres las agendas de los mandatarios, copadas por reuniones de este tipo, con la esperanza de lograr así el quorum que en los últimos años cuesta cada vez más conseguir. O como dijo Iglesias, "un mecanismo de simplificación de la periodicidad de las Cumbres, de sus procedimientos y reuniones preparatorias que mejorarán el buen uso del tiempo de los jefes de Estado y de sus respectivos gobiernos".

Otra de las reformas es la de la financiación de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), para adaptarla a la situación económica actual, con unos socios europeos en crisis y una América Latina en crecimiento. España es ahora la principal financiadora, con un 60 por ciento. Portugal aporta el 10 por ciento y los países latinoamericanos, el 30 por ciento restante.

La propuesta de Lagos es aumentar la aportación latinoamericana al 40 por ciento, rebajar la de España al 55 y la de Portugal, al 5 por ciento.

Por Gabriela Mayer y Sara Barderas/DPA



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