Al Qaeda me inspiró: Breivik

Internacional
/ 29 septiembre 2015

Anders Behring Breivik pensó en suicidarse al escuchar el ruido de un helicóptero en la isla de Utoya.

Oslo, Noruega.- El noruego Anders Brehring Breivik confesó hoy haberse inspirado en la red terrorista Al Qaeda para cometer los dos atentados en Oslo y Utoya en julio de 2011 en los que murieron 77 personas: "Aprendí mucho de Al Qaeda", dijo hoy ante el tribunal.

La organización tiene tanto éxito porque utiliza mártires, pero el problema con los islamistas es, sin embargo, que usa demasiados explosivos en lugar de atacantes con armas de fuego. Breivik dijo que estudió la organización durante cientos de horas en Internet y también mediante películas con la intención de crear una especie de "Al Qaeda para cristianos".

Breivik también estudió y comparó a otras organizaciones terroristas. "La debilidad de (la organización separatista vasca armada) ETA es que teme a la muerte y no cree en la vida después de la muerte. Ésa es la debilidad de movimientos marxistas. La ventaja de Al Qaeda es que glorifica el martirio", afirmó el atacante confeso noruego.

Además alegó que durante años se preparó para llevar a cabo el atentado y la matanza del año pasado. "Muchos dijeron que una persona no podía ser capaz de hacer tales cosas, que hay que ser un monstruo y no tener empatía. Pero te puedes preparar y entrenar para ello", añadió durante interregatorio por parte de la abogada defensora Vibeke Hein Baera.

Breivik indicó que hasta 2006 fue una persona relativamente normal, pero que ese año comenzó el proceso de "entrenamiento y 'desemocionalización'".

Otra herramienta, dijo, fue su lenguaje técnico durante el interrogatorio. Pese a todo, Breivik asegura no ser un narcisista que se ama por encima de todo. "Siento un gran amor por este país. No es normal, pero soy así".

Breivik pensó en suicidarse durante la matanza de Utoya

El autor confeso de la matanza de 77 personas en Noruega en 2011, Anders Behring Breivik, pensó en suicidarse al escuchar el ruido de un helicóptero en la isla de Utoya, donde mató a 69 personas, aunque él pensó que sólo eran unas 40, según explicó hoy durante el juicio.

"Pensé: ¿quiero sobrevivir a esto? Seré el hombre más odiado en Noruega y el resto de mi vida será una pesadilla", relató ante la corte que le juzga en Oslo desde principios de esta semana.

"Pero pensé sobre lo que escribí en el manifiesto. Si es posible, uno debería rendirse y seguir luchando desde la prisión interior", agregó.

Al ser arrestado en la isla de los fiordos noruegos, Breivik pensó que había matado a un máximo de 40 personas, contó en presencia de los familiares de muchas de las víctimas.

En realidad, acabó con la vida de 69, y su objetivo -como reiteró hoy- era asesinar a las 560 que se encontraban en el campamento del partido laborista.

Breivik viajó a Utoya al ver que el atentado con bomba en el barrio gubernamental de Oslo tuvo "pocos efectos", agregó. En ese ataque murieron ocho personas.

Breivik describe masacre de Utoya: "Ahora o nunca", pensó

El autor confeso de los ataques de Oslo y Utoya, Anders Behring Breivik, describió hoy con tranquilidad su ataque a la isla de los fiordos noruegos, en la que mató a 69 jóvenes y adultos que participaban en un campamento del partido socialista gobernante.

"Ahora o nunca", pensó cuando apareció en la isla disfrazado de policía. Sacó la pistola de su bolsillo y comenzó matando a la cuidadora del campamento.

Después cayó en estado de shock y asegura que recuerda poco de lo que ocurrió. Sin embargo, pudo dar detalles de más asesinatos. Quería matar a la mayor cantidad de personas posibles, aseguró. Mientras lo hacía, respiraba con fuerza. Muchos familiares cerraron los ojos durante la narración, pero permanecieron en la sala para escucharlo.

Tuvo miedo del ataque, confesó. "Si un grupo hubiera intentado resistirse, simplemente lo habría conseguido". En realidad su intención era disparar lo menos posible, pues lo que pretendía era que los jóvenes se lanzaran al agua y se ahogaran. En dos ocasiones gritó. "Hoy moriréis, marxistas".

Después quiso entregarse a la policía, pero no le creyeron. En una segunda llamada sintió que no le tomaban en serio. Por eso siguió asesinando.

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