Bebé de origen latino, la superviviente más joven de "Sandy" en Nueva York

Internacional
/ 29 septiembre 2015

    "Es un milagro, mi milagro, porque ha ido sobrepasando todo", dijo a Efe Michael Pimentel, el orgulloso padre de la pequeña...

    Nueva York, EU - Emma Sophia Pimentel Martínez pesa dos libras, aún no cumple un mes de nacida, pero ya es toda una celebridad en la ciudad de Nueva York, donde vino al mundo, con un pronóstico reservado de supervivencia, para luego enfrentar con valentía al huracán "Sandy".

    "Es un milagro, mi milagro, porque ha ido sobrepasando todo", dijo a Efe Michael Pimentel, el orgulloso padre de la pequeña, quien señaló con precisión que su hija, que nació prematura, vino al mundo a las doce de la noche del 6 de octubre en el hospital Langone de la Universidad de Nueva York.

    La pequeña, a la que se mantiene en una incubadora y que necesita de una máquina para respirar porque sus pulmones no se han desarrollado totalmente, había permanecido en el Langone hasta el pasado lunes, cuando el centro sanitario sufrió un apagón tras una avería en su generador de emergencia.

    Eso les obligó a evacuar a más de 200 pacientes, y los primeros fueron los enfermos más graves o delicados, entre ellos los de oncología y neonatología, por lo que Emma Sophia estuvo entre ese grupo.

    Emma Sophia, que al nacer, por cesárea, tenía el cordón umbilical enredado con tres vueltas en el cuello y que debido a ello, y durante tres semanas, se había dejado de alimentar en el vientre de su madre, nació tras 26 semanas de gestación.

    Su madre, Luz Martínez, tenía un embarazo de alto riesgo, por lo que tuvo que ser hospitalizada con cinco meses de gestación, "ya que la bebé podía nacer en cualquier momento", y los médicos, que querían retrasar ese momento lo más posible, les habían explicado las consecuencias de un parto prematuro.

    Durante el paso de "Sandy" por la ciudad, los padres de la niña vivieron su peor pesadilla cuando vieron en la televisión que su hija era una de los pacientes que eran trasladados a otro hospital justo cuando los fuertes vientos y lluvia de la tormenta comenzaban a castigar a Nueva York.

    "Cuando el alcalde Michael Bloomberg dijo que se estaba evacuando el hospital lo primero que veo es que sacan a mi bebé", dijo Pimentel, dominicano, sobre su primogénita, y aseguró que en ese momento sintió que su vida se paralizaba.

    "Sacaron primero a los bebés prematuros, y mi hija era la más pequeña", señaló y aseguró que sabía que era su bebé porque reconoció a la enfermera que la cargaba, una de las que cuidaba de ella en el hospital.

    Explicó que en ese momento vio que la niña era llevada por las escaleras dentro de una especie de bolsa de plástico, mientras otra persona le bombeaba aire de forma manual.

    "Nos habían explicado que algunos bebés prematuros pueden respirar por sí mismos porque han desarrollado sus pulmones pero Emma Sophia depende de una máquina por su condición", de modo que esta vez una persona hacía las funciones de esa máquina mientras era sacada del hospital, indicó Pimentel, de 30 años.

    Para la madre de la niña, ésta también ha sido su peor pesadilla y señaló que cuando vio a su bebé su corazón "se paralizó", y que quería morirse.

    "La angustia me estaba matando, era una pesadilla horrible. Cuando pienso en eso lloro, saber que mi bebé tuvo que pasar por todo eso", afirmó Martínez, de 40 años y madre también de un varón.

    Pero, justo en el momento en que veían las imágenes, se quedaron sin energía eléctrica y salieron "corriendo" de su hogar en Roosevelt Island, pero el puente (que une la isla con la ciudad) estaba cerrado por la tormenta y no pudieron llegar al hospital para saber de su hija y a dónde había sido llevada.

    "Nos quedamos en la calle (por un tiempo) sin saber qué hacer" y presos de la desesperación, recordó Pimentel.

    Tras regresar al hogar recibieron una llamada para informarles de que la niña había sido llevada al hospital Monte Sinaí en Manhattan, que ha recibido más de 60 pacientes del hospital Langone.

    Pimentel recordó que les preocupaba saber cómo la niña había respondido al traslado, porque había afrontado "episodios" en los que por momentos dejaba de respirar.

    El matrimonio pudo ver a Emma Sophia en la tarde del día siguiente, pero para ellos esas horas "parecieron años".

    Pese a ser tan pequeña la niña, "que ha tenido días buenos y malos", ha salido adelante, algo que muchos consideran un milagro.

    "Ella es increíble, desde que la trasladaron la veo más activa y no ha tenido mas problemas con la respiración. Los médicos están sorprendidos, aunque todavía tengo un susto en mi corazón", dijo Pimentel sobre su "milagro de vida", que debe permanecer en el hospital hasta el próximo enero.


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