La ofensiva de Israel en Gaza toma visos de una guerra

Internacional
/ 29 septiembre 2015

En los tres días de campaña Hamás disparó más cohetes que en todos los que duró la última guerra en Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009, señalaron portavoces miliatres

Jerusalén. La operación militar Pilar Defensivo, que Israel inició el miércoles con el asesinato del máximo comandante de Hamás, va tomando poco a poco visos de una guerra en toda regla, con un creciente número de víctimas y una invasión terrestre que podría producirse en las próximas 24 horas.

Hasta ahora 29 muertos en el lado palestino, tres en el israelí, más de 550 cohetes lanzados desde Gaza, más de 500 bombardeos aéreos israelíes en la Franja de Gaza, y cientos de heridos en ambos lados son sólo algunas de las cifras de un conflicto que amenaza con entrar en una nueva fase, la terrestre.

"No es la opción de Israel, buscamos que Hamás se comprometa a un alto el fuego serio y duradero" , dijeron a Notimex fuentes diplomáticas israelíes, que sin embargo son conscientes de que los últimos acontecimientos hacen más que previsible que el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu apruebe la opción terrestre si no dejan de caer cohetes.

En reunión con los miembros de su gobierno para resolver los próximos pasos, Netanyahu dio luz verde al enrolamiento de unos 75 mil soldados de la reserva, prueba contundente de que el avance terrestre parece inevitable.

La franja palestina está rodeada en estos momentos por unos 16 mil soldados, mientras los aviones bombardean persistentemente posiciones de los grupos armados para destruir cuántos más cohetes.

"Aún quedan miles de cohetes en Gaza, la pregunta es si la opción aérea ha agotado sus posibilidades y ahora no queda más remedio que entrar por tierra" , explicaban los analistas en los distintos debates, y advirtiendo que el precio de la entrada por tierra será muy distinto al que hoy paga Israel.

De los 550 cohetes disparados desde la franja, donde las columnas de humo de cohetes y bombas se alzaban en el horizonte, una buena parte fueron derribados en vuelo por la Cúpula de Hierro, un sistema anticohetes situado en varias ciudades del sur de Israel.

Mañana el Ejército recibirá una quinta batería para potenciar la capacidad defensiva, lo que no resuelve el problema de Israel de que Hamás y el resto de grupos armados siguen disparando a un ritmo de 200 cohetes diarios.

La diferencia en las últimas 24 horas es que las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén fueron atacadas este viernes, lo que Israel dice no tolerará por el peligro que supone para la seguridad estratégica del país.

Hamás dijo haber cometido el ataque para asegurar "a los sionistas de que los alcanzará en cualquier lugar de Palestina en el que se encuentren" .

Ninguno de los cohetes que cayeron en Jerusalén y cerca de Jerusalén causaron daño alguno, pero sí lo hicieron los que alcanzaron el viernes Sderot, Beer Sheva, Beer Tuvia, Ashkelon, y tantas otras ciudades.

En los tres días de campaña Hamás disparó más cohetes que en todos los que duró la última guerra en Gaza entre diciembre de 2008 y enero de 2009, señalaron portavoces miliatres.

En Gaza la situación no es mucho mejor y la población vive con temor los continuos bombardeos israelíes contra cuadrillas, plataformas y lanzaderas de cohetes en general, así como infraestructuras del gobierno de Hamás que sucumbieron a las potentes bombas lanzadas por la aviación israelí.

Aviones F-16 y espías sobrevuelan la zona permanentemente en busca de lanzadores de cohetes y de nuevos objetivos para atacar.

El único periodo de relativa calma a lo largo del día fueron las tres o cuatro horas que visitó la franja el primer ministro egipcio, Hisham Qandil, que se entrevistó con el jefe del gobierno de Hamás, Ismail Haniyeh, para expresarle su apoyo y el de Egipto a los palestinos.

Qandil declaró que su intención no es sólo solidarizarse con el pueblo palestino sino también tratar de buscar una tregua para Gaza.

"Queremos lograr una tregua duradera hasta que llegue la paz justa" , dijo en una rueda de prensa con Haniyeh, que salió de su escondite en los últimos días para recibirlo.

Ambos visitaron juntos el hospital Shifa de Gaza, donde entran la mayoría de los dos centenares de heridos contabilizados en Gaza.

Mientras se encontraba en el hospital, los grupos armados y el Ejército israelí se dispararon mutuamente, aunque con mucho menos intensidad que al concluir su estadía.

Ni transcurrida una hora los bombardeos se reanudaron con plena fuerza y los cohetes comenzaron a salir de Gaza dejando atrás sus estelas de humo y en medio del habitual silbido que tanto conocen los israelíes alrededor de la franja.




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