El hombre que cambió el mundo. Gorbachov cumple 80 años

Internacional
/ 22 septiembre 2015

    Gorbachov critica a una dirigencia que considera "soberbia y antidemocrática", bajo la dirección del primer ministro Vladimir Putin.

    Moscú, Rusia.- El ex presidente Mijail Gorbachov se ha asegurado un lugar en la historia como el último de la Unión Soviética (URSS), que propició su disolución y provocó otros hechos encadenados como la Reunificación Alemana. Pero a sus 80 años, que cumple mañana miércoles, lo que más le preocupa a este hombre celebrado en Occidente es el futuro de su patria, Rusia.

    Gorbachov critica a una dirigencia que considera "soberbia y antidemocrática", bajo la dirección del primer ministro Vladimir Putin. Y exige una reedición de su política de "glasnost" (transparencia) y "perestroika" (reformas), que a fines de los años 80 inició el derrumbe de la URSS. El nombre de Gorbachov es sinónimo hasta hoy también de reducción de arsenales atómicos, que puso en marcha con el presidente estadounidense Ronald Reagan.

    Esa nueva línea fue el inicio de la libertad y la democracia, el fin de la Guerra Fría entre el mundo comunista y el capitalista y el comienzo del camino que condujo a la caída del Muro de Berlín. Pero a ojos de los rusos Gorbachov sigue siendo hasta hoy un líder débil sin instinto de poder, que hundió al país con graves errores políticos en el caos, el hambre y la pobreza.

    Pese al rechazo en su patria, Gorbachov permanece fiel a sus principios. Unos días antes de su cumpleaños dio una conferencia a la prensa en Moscú -con ayuda de sus asistentes-. En su opinión, el partido Rusia Unida de Putin es "una mala copia del Partido Comunista de la Unión Soviética". La Constitución, los tribunales y el Parlamento no son más que "elementos decorativos" que "imitan una democracia".

    El actual presidente, Dmitri Medvedev, y Putin cimentan su poder quitando el aire al resto de fuerzas políticas, añadió. A Gorbachov le gusta hablar en su dialecto del sur de Rusia, pero como ocurría antes es difícil encontrar una línea clara en su discurso, pese a que siempre trate de un mundo mejor y más pacífico.

    "Necesitamos democracia. Sin ella no habrá modernización", aseguró. Esa es la Rusia por la que lucha su fundación, establecida en Moscú y que aloja un museo sobre la caída del bloque soviético, y "Novaya Gazeta", el diario que edita y que es crítico con el Kremlin.

    Los comentaristas del diario también ven a Gorbachov como alguien que no es profeta en su tierra, incomprendido y solo. Pero es un hecho indiscutible que "destruyó al ciudadano soviético en sí mismo", desmontó un sistema totalitario y comenzó a construir una democracia, escribe la politóloga Liliya Shevzova.

    Hasta que Gorbachov fue nombrado, el 11 de marzo de 1985, secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, y le dio, junto con su mujer Raissa, un rostro humano a la política, los mandatarios del Kremlin se habían mantenido en el poder hasta su muerte.

    Sin derramamiento de sangre permitió que se separaran los países obligados a aliarse en un bloque comunista con la URSS, como Polonia, Hungría o Checoslovaquia.

    Cuando la URSS se desmoronó con sus 15 Estados miembros hace 20 años, llegó también el final de su mandato, tras una intentona golpista en Moscú, en 1991, y la llegada al poder de Boris Yeltsin. "Gorbachov no tuvo suerte con nosotros. Pero nosotros sí con él. Esa es la verdad que aún tenemos que aprender", reflexiona Shevzova.

    Por ello, Gorbachov celebrará allí donde es apreciado como un héroe de la libertad: en Occidente. En un concierto de gala el 30 de marzo en el Royal Albert Hall de Londres se creará un premio con su nombre para reconocer a "personas que cambien el mundo".

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