En secreto parten las últimas tropas de EU; 56 mil se quedarán como asesores

Internacional
/ 22 septiembre 2015

    Ese Saddam bien que escondió las armas, dicen. Aumentará la cantidad de agentes de seguridad privada

    Bagdad. No hubo gran despedida. Siete años y cinco meses después del comienzo de una de las guerras más amargamente controvertidas de nuestros tiempos, las últimas tropas estadunidenses salieron de Irak y rumbo a casa ocultas en la oscuridad.

    La última patrulla formada por 362 vehículos militares y mil 820 soldados empezó a retirarse de Bagdad pasada la medianoche del miércoles y volvió por el mismo camino que usó para invadir Irak. Tropas de la cuarta brigada Stryker de la segunda división de infantería, muchos de sus miembros considerados ya veteranos de la lucha contra la feroz insurgencia del país atravesaron el valle del Éufrates hacia Kuwait.

    El retiro se realizó dos semanas antes de lo planeado, y se programó de manera confidencial en un intento de impedir ataques insurgentes contra la columna que, al replegarse, sería vulnerable. Se queda en el país, una fuerza de alrededor de 56 uniformados para propósitos de entrenamiento, pero éstos saldrán del país para finales del próximo año.

    El número de personas empleadas por las empresas de seguridad privadas que trabajaban para la administración estadunidense en Irak aumentará a 7 mil tras la retirada del ejército de ocupación, informó este jueves el Departamento de Estado. Según el diario The New York Times, esto equivale a duplicar a los contratistas y elementos de seguridad privada en Irak.

    El vocero de la dependencia, Philip Crowley, agregó que la mayor parte de las empresas de seguridad estadunidenses seguirán ejerciendo distintas misiones en Irak. Tenemos subcontratistas que vigilan nuestra embajada y tendremos, como es el caso de hoy, subcontratistas que nos ayudan a nuestros desplazamientos por el país, dijo el portavoz.

    La administración de Barack Obama ha seguido la línea de sus antecesores republicanos al insistir en que el incremento militar que llevó a cabo el general David Petraeus tuvo éxito al reducir significativamente la violencia y permitir, así, que las tropas estadunidenses salgan de Irak.

    El repliegue, sin embargo, comenzó dos días después de que un atacante suicida causó una explosión en Bagdad que mató a 61 personas y dejó heridas a otras 123. Esto ocurrió frente a un cuartel de reclutamiento donde miles hacían fila para unirse a las fuerzas armadas de Irak. Julio fue el mes más sangriento desde mayo de 2008, con más de 500 asesinatos.

    Funcionarios iraquíes que van desde el comandante del ejército, general Babaker Shawkat Zebari, hasta Tarek Aziz, el primer ministro del gobierno del derrocado presidente Saddam Hussein, han advertido que el retiro estadunidense es prematuro.

    Algunas de las fuerzas han sido sacadas del país por vía aérea, pero se optó también por un repliegue terrestre, en parte por considerar que se trata de un gesto simbólico importante. A medida que los vehículos enfilaron para marcharse, el coronel John Norris, capitán de la brigada gritó: Operación Libertad Iraquí termina mientras ustedes están de servicio. ¡Esta es una misión histórica!

    Los soldados respondieron con su grito de guerra: ¡Hooah!, y el coronel les manifestó su aprobación. Salen de aquí como héroes. Quiero que vuelvan a casa con orgullo en sus corazones, dijo.

    Pero para la mayor parte de los soldados estadunidenses que parten, el sentimiento que predomina es alivio de dejar una guerra que mató a 4 mil 415 de sus compañeros. Al tiempo que los vehículos de la brigada Stryker avanzaban por las calles oscuras, algunos hombres recordaban sus experiencias: el sitio de Fallujah, batallas a tiros en Ciudad Sadr, combates en las calles de Kerbala, y también a quienes no lograron volver a casa.

    El soldado especialista Clinton J. Clemens tenía 18 años cuando llegó a Irak en 2003. Estaba muerto de miedo. Recuerdo haber cruzado la frontera y después de 15 minutos tuvimos el primer enfrentamiento. Era la primera vez que alguien disparaba contra mí, comentó.

    Dos meses más tarde, a bordo de un portaviones, el presidente George W. Bush declaró la victoria con las palabras Misión cumplida, mientras una bandera ondeaba como fondo. Pero el especialista Clemens, ahora de 26 años, quien recorrió todo Irak varias veces, estaba muy consciente de que la guerra estaba lejos de terminar al ver que los sunitas se organizaban en grupos armados para atacar a las fuerzas estadunidenses.

    Tres años más tarde, la guerra continuaba con toda su fuerza. El sargento Luke Hitchcock participó en el combate de su vida en Arab Kabour, localidad al sudeste de Bagdad. Esa era una zona horrible, en mi pelotón hubo seis bajas, comentó en voz baja. Recibí una condecoración, la medalla del Corazón Púrpura, por mi desempeño ahí.

    Hubo comentarios de humor negro entre los soldados. Ese Saddam de verdad escondió muy bien esas armas de destrucción masiva, dijo una voz a bordo de uno de los vehículos de la brigada Stryker, a la que respondió una carcajada general. El pretexto que se dio para invadir Irak fue un supuesto arsenal químico, biológico y nuclear que durante largo tiempo ha sido objeto de burlas entre las fuerzas estadunidenses y sus aliados británicos. Nadie va a ponerme de mal humor ahora. Me voy a casa, afirmó el sargento Shawn Sedillo.

    El sargento Dennis Hill anunció. lacónico: A mí me mandarán a Afganistán.

    Aún existe la amenaza de bombas ocultas a un lado del camino y de emboscadas. Las partes más arriesgadas de la ruta de los soldados en retiro fue verificada. Sobrevolaban la zona helicópteros artillados Formaciones de vehículos Humvee vigilaban los puentes y soldados patrullaban puntos estratégicos.

    Cuando los soldados de la brigada Stryker salían del distrito 9 de Bagdad, los soldados cantaban la canción Rapsodia Bohemia, del grupo Queen, que un reproductor tocaba repetidamente. Los soldados coreaban la letra:

    Mama, just killed a man, put a gun against his head, pulled my trigger, now he's dead. Mama, life had just begun. But now I've gone and thrown it all away..

    (Mamá, acabo de matar a un hombre, le puse una pistola contra la cabeza, jalé mi gatillo y ahora está muerto. Mamá, la vida apenas empezaba, pero ahora fui y todo lo arruiné).

    Al aproximarse a la frontera con Kuwait, los hombres exigieron repetir el coro de la canción: Just gotta get out, just gotta get right outta here (Tengo que salir de aquí, sólo tengo que irme de aquí), cantaban antes de llegar a la estrofa final: Nothing really matters. Nothing really matters to me. (Nada importa realmente. Nada importa realmente para mí).

    Cuando su vehículo blindado finalmente llegó a Kuwait, el soldado especialista Thomas Smith salió de él, se estiró y comentó: Más arena, más calor. Pero al menos nadie nos está disparando. ¿Cómo estará el clima en Kandahar?

    Traducción: Gabriela Fonseca

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