Thriller político de China conmociona el país

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Los protagonistas en este increíble thriller son Bo Xilai, el jefe del partido en Chongquing y su jefe de la policía Wang Lijun.
Pekín, China.- Con la visita a Estados Unidos del futuro jefe de Esto chino, Xi Jinping, Pekín escenificar un cambio de poder impoluto, pero en el gigante asiático se avecina una tormenta política. La población mira fascinada cómo se avecina un escándalo de esos que dan la oportunidad de echar una ojeada entre bambalinas.
El misterioso thriller político podría indicar que se está desarrollando una lucha de poder en la cúpula del partido comunista, pues justo mientras el elegido como próximo jefe de Estado y de gobierno visita Estados Unidos, un revuelo estalla en la cúpula de Pekín. Los diarios de Hong Kong consideran que se trata de la "mayor tormenta política" en la historia reciente de China.
Los preparativos con los que cuidadosamente se está llevando a cabo el cambio generacional en el mando del partido para la segunda mitad de año se han ido al traste. Se trata de traición, corrupción, crimen organizado, un presunto complot para asesinar y poder, sobre todo mucho poder.
Los protagonistas en este increíble thriller son Bo Xilai (de 62 años), el ambicioso jefe del partido en Chongquing, la metrópolis de 30 millones de personas, y su jefe de la policía Wang Lijun (de 52 años), que se ha convertido en el "super policía" de China. Con su antiguo correligionario, Bo Xilai se ha ganado en Chongqing una reputación luchando contra la mafia, el crimen organizado y los funcionarios corruptos.
Muchos detalles todavía están por confirmar, pero un director de cine no podría haber deseado mejor historia: cuatro días después de su destitución, el jefe de policía aparece de repente la noche del 6 de febrero en el consulado estadounidense en la ciudad de Chengdu, a 300 kilómetros de distancia. Wang Lijun parece haber huido y haber hablado de un complot de asesinato e incluso haber pedido asilo. En contra de las soberanas costumbres, decenas de vehículos y policías fuertemente armados de Chongqing van a toda velocidad a la capital provincial de Chengdu y cercan el consulado.
Hay una crisis diplomática y sus ecos llegan hasta la Casa Blanca, una situación comprometida justo antes de que llegue "la visita" del futuro hombre fuerte Xi Jinping. La central del partido envía al viceministro para seguridad estatal y tras unas diez horas y muchas llamadas teléfonicas el ex policía abandona el consulado "por su propia iniciativa", según indicaron los diplomáticos estadounidenses. Al parecer hay una trifulca con el alcalde de Chongqing, que quiere llevarse a Wang Lijun. El viceministro se impone y vuela con él a Pekín.
Oficialmente se ha señalado que Wang Lijun se encuentra descansando en una "cura de reposo", porque está "agotado". Lo que ha contado a los estadounidenses queda en secreto. Pero en Internet aparece una presunta carta suya en la que se describe como víctima y anuncia revelaciones sobre Bo Xilai, a quien califica de "el jefe de la mafia más grande".
¿Y la carta es verdadera? "El tono encaja muy bien con el de Wang Lijun", dijo el politólogo Zhang Ming, de la Universidad Popular en Pekín. Considera además que el ex jefe de policía habría acumulado material sobre los negocios de sus superiores. "Estaría preparado. Su cooperación siempre fue arriesgada".
Todo este escándalo no es una cuestión menor. "Chongqing es sólo un escenario", afirma un miembro de unas de las influyentes familias chinas a dpa. "En realidad hay que ver lo que está sucediendo en Pekín". Y señala además al tira y afloja antes del cambio de poder, entre la facción de la "liga de jóvenes" en torno al jefe de partido y presidente saliente Hu Jintao y el grupo de los "principitos", las figuras emergentes procedentes d familias poderosas entre las figura el futuro líder Xi Jinping al igual que Bo Xilai, cuyo padre Bo Yibo, en su momento uno de los ocho "inmortales" en la elite de poder.
Con su campaña roja en Chongqing, que conecta con las tradiciones maoistas, el miembro del Buró político Bo Xilai no ha labrado muchas amistades en Pekín. La metrópolis está considerada una de las banderas de la izquierda. "Muchos quieren que el reloj dé marcha atrás", dijo el politólogo Zhang Ming. "El intento ha sido claramente abortado", añadió. Debido a la estrecha interdependencia de política y negocios.
Se especula sobre la posibilidad de que se haga caer a Bo Xilai haciendo procesar al jefe de la policía desde su entorno. De todos modos, Bo Xilai dejó caer de inmediato al "super policía", que sólo podrá salvar su cabeza y cuenta todo lo que sabe.
La cúpula del partido parece sin embargo paralizada, lo que para los analistas es una muestra de que entre bambalinas se está desarrollando una lucha por el poder. Ni se activó la censura ni se ha reprimido el debate sobre este tema en Internet, ni a Bo Xilai se le ha pedido que vaya a Pekín a informar sobre lo ocurrido.
El escándalo, no obstante, es un duro golpe para sus ambiciones de entrar a formar parte dentro de unos meses del comité permanente de nueve miembros del buró político. Pero Bo Xilai no se da por vencido: viajó al sur de China, a la central militar en Yunna, que su padre construyó, tal vez para demostrar el apoyo con el que cuenta entre los militares.