Ola de temblores sacude la política

Internacional
/ 22 septiembre 2015

Santiago de Chile, Chile.- Las decenas de temblores que sacuden a diario Chile desde el terremoto del sábado mantienen en pánico a millones de personas y comenzaron a abrir fuertes grietas en la política, en especial en los cimientos de la popularidad de la presidenta Michelle Bachelet.

Las críticas contra la mandataria, quien ya reconoció errores en la reacción ante el sismo y el posterior tsunami, no cesan y abren abismos en su intención de volver al poder en 2014, amparada en la aprobación de un 80 por ciento que tenía antes de la tragedia.

Tampoco retroceden los cuestionamientos contra las Fuerzas Armadas, que tardaron dos días en movilizar a unos 10.000 hombres. Las voces en contra vienen incluso de generales en retiro.

El ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, convertido hoy en un respetado académico, señaló que al menos 7.000 hombres debieron ser movilizados en pocas horas, como él podía hacerlo.

"Mi gobierno hará todo lo que esté a su alcance para facilitar la instalación de las nuevas autoridades, porque todo Chile piensa que es la hora de la unidad", dijo hoy Bachelet, tras una reunión con el mandatario electo, el opositor Sebastián Piñera, evitando polemizar.

Las palabras de Bachelet, quien tardó seis horas en llegar a la zona devastada por supuestos problemas de operación de los militares, buscan desviar el debate hacia la reconstrucción.

El propio presidente electo, el opositor Sebastián Piñera, aunque deslizó críticas a la reacción del gobierno, inició gestiones para lograr un apoyo transversal al plan de reconstrucción que acometerá.

La tarea es enorme. Hay dos millones de viviendas dañadas, un cuarto de ellas graves. Cayeron puentes, hay carreteras afectadas y varios edificios públicos, como hospitales, quedaron inutilizados.

"Nos estamos preparando para la gran tarea de reconstruir lo que este terremoto y maremoto destruyeron", aseguró Piñera hoy en La Moneda, tras su cita de trabajo con Bachelet.

Luego reveló que ya tomó contacto con el líder en el Congreso del oficialismo, el diputado Juan Carlos Latorre, para coordinar la agenda legislativa, cuando se produzca el cambio de mando.

No obstante, el millonario tampoco evitó del todo las críticas y anunció una "profunda reestructuracion" de los sistemas de alerta y ayuda de que dispone el país.

Chile, país habituado a terremotos, había logrado reaccionar con presteza a otros embates de la naturaleza, incluido por ejemplo el desalojo de miles de personas en 2008, cuando erupcionó un volcán, sin dejar muertos.

Hoy, en cambio, todo falló. La Armada aseguró que no habría un tsunami cuando las olas gigantes azotaban ya las costas. El Ejército tardó tres días en acabar con los saqueos masivos y el gobierno demoró cuatro jornadas en llegar con comida a los pueblos.

La crisis puso en entredicho la capacidad de liderazgo de Bachelet ante grandes emergencias, el flanco que más le cuestiona la oposición.

Alcaldes, personas sin rango alguno y los propios medios de comunicación clamaron por días una reacción. "Si es necesario que me ponga de rodillas, lo hago", dijo incluso la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe.

La verdad es que la situación eracaótica. Cientos de comercios saqueados simultáneamente, policías desbordados y enfrentamientos entre civiles eran el panorama inicial, en un país que brilla en América Latina por una estabilidad casi aburrida.

El devenir y las heridas en la gente dirán que sucederá con el futuro político de Bachelet y cómo serán reestructuradas las Fuerzas Armadas que los últimos años recibieron miles de millones de dólares en equipos y armas, pero que el día indicado fueron incapaces de movilizarlas en su propio territorio.

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