Rigoberta Menchú, marca un quiebre histórico en elecciones

Ciudad de Guatemala.- "En este momento, a pocas horas de la elección, lo más importante de analizar es que su participación pone en discusión las mismas encuestas, porque habrá que esperar si se ratifican", dijo Alvaro Pop, un prominente politicólogo maya.

Para el analista, falta conocer el impacto emocional y visual de la imagen de la laureada indígena en la papeleta electoral, bajo el símbolo del joven partido de izquierda Encuentro por Guatemala (EG).

"Será importante conocer la reacción de los electores frente a la magia de la papeleta, ver a los de siempre, todos blancos (criollos) y de traje (formal), y de repente (la papeleta) se quiebra con la imagen de Rigoberta, diferente", reflexionó Pop.

Menchú es una indígena maya, de la etnia Quiché, que nació el 9 de enero de 1959 en la aldea Laj Chimel, uno de los húmedos y verdes rincones del departamento occidental de Quiché, zona donde los militares arrasaron con comunidades completas como parte de la lucha contrainsurgente, especialmente a finales de los años 70 y principios de los 80.

Por ese poblado, Laj Chimel, persisten las condiciones de rigurosa marginalidad y pobreza que sufren muchos pueblos indígenas, en el campo, y que avivaron la causa rebelde a partir de 1960, cuando se originó el conflicto armado interno que cesó en 1996 y en el que perdieron la vida más de 200 mil guatemaltecos.

La lucha por la tierra y por la justicia representa la canción de cuna para Menchú, al igual que para millones de indígenas de Guatemala.

"En la lucha por la tierra perdí a mi primer hermano Patrocinio, quien fue secuestrado por el Ejército el 9 de septiembre de 1979, y presuntamente asesinado, aunque hasta la fecha se desconoce el paradero de sus restos. Cuatro meses más tarde, el 31 de enero de 1980, sufrimos la pérdida de mi padre, quien murió calcinado, junto con otras 36 personas, en la masacre de la Embajada de España", recuerda.

La familia de Menchú es sinónimo de martirio: "Mi madre fue secuestrada el 19 de abril de 1980 y, aunque existen diferentes versiones sobre su presunto asesinato, también se desconoce el paradero de sus restos. Mi hermano Víctor Menchú Tum, fue asesinado por el Ejército el 8 de marzo de 1983", recuerda.

La pobreza fue su otra compañera desde niña. Debió migrar a la ciudad, donde trabajó en labores domésticas, después de abandonar sus tareas en el campo en busca de ofrecer mayor apoyo económico a sus padres.

"Mi historia, es la historia de las mujeres de mi pueblo", advierte.

Para Pop, Menchú "representa en Guatemala la suma de los fenómenos de la marginalidad que afecta a millones de indígenas en Guatemala: surgió de la pobreza, es mujer, fue víctima de la violencia y no tuvo acceso a la educación y a la cultura".

En su campaña política en busca de la presidencia, reafirma su compromiso para luchar por las causas justas, a favor de sus hermanos indígenas, que representan el 54 por ciento de la población del país. Afirmó, en el cierre de su campaña, el compromiso con todos los pueblos indígenas para construir una Guatemala "más humana, más digna, más justa y más incluyente".

"Queremos reconstruir al ser humano que se ha ido perdiendo a lo largo de la guerra física e ideológica. Nuestro compromiso es con la gente del campo, con los jóvenes, con todos los pueblos indígenas", enfatizó.

En su discurso también puso en duda el mensaje político de sus rivales al dirigirse a los pobres, que representan tres cuartas partes de la población.

"Nos impresiona cuando los partidos salen de un cofre para decir que aman a los pobres, que aman a los indígenas y que rechazan a los oligarcas. No tienen vergüenza porque nacieron en una cuna de oro", dijo.

Agregó que Guatemala tiene un Estado en "decadencia" porque "hay candidatos fabricados porque el sistema así lo quiere".

"Nosotros no somos candidatos fabricados ni prefabricados. No tenemos compromisos con nadie y el tesoro más grande de esta campaña es que la hicimos sin padrinos poderosos".

Las encuestas la ubican apenas con entre un dos y un tres por ciento de la intención de voto de los cerca de seis millones de guatemaltecos aptos para votar, que la sitúan en un cuarto, quinto y hasta en un sexto lugar.

Estas cifras la ubican muy por debajo de los favoritos Alvaro Colom, del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y del general retirado Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), quienes, según las mediciones, están virtualmente empatados con alrededor de un 31 por ciento de las preferencias electorales.

Independientemente al resultado que obtenga, Pop valoró su participación porque "aceleró la participación indígena en todos los partidos" incluidos en la contienda y porque "propicia a que el nuevo fobierno, quede quien quede, tenga un perfil profundamente plural".