Birmania y Somalia son los países con mayor corrupción del mundo
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<strong>Londres, Inglaterra</strong>.- Birmania (Myanmar), que vive estos días una rebelión popular, encabezada por los monjes budistas, contra la Junta Militar, es el país con mayor corrupción del mundo, según el informe de 2007 de la organización Transparencia Internacional (TI).
El Indice de Percepción de la Corrupción, divulgado hoy en Londres, destaca que este fenómeno sigue "fuertemente" asociado a la pobreza, que azota a países como la antigua Birmania o como Somalia, con la que comparte el último puesto de la lista de TI.
"A pesar de algunas mejoras, la corrupción sigue suponiendo una sangría enorme en los recursos que se necesitan para alimentar, vestir y educar a millones de seres humanos", destacó la presidenta de TI, Huguette Labelle, al dar a conocer la clasificación.
El Indice de este año, el más amplio llevado a cabo hasta ahora al analizar 180 países y territorios, califica a los países con una puntuación de 0 a 10 (de más a menos corrupción) que revela que tres de cada cuatro naciones suspenden con puntuaciones inferiores al 5.
A juicio de Labelle, sus resultados proporcionan "otra pieza del puzzle que vincula pobreza y corrupción, destacando "la creciente brecha entre países ricos y pobres" en cuanto a cómo es percibida la corrupción.
En ese sentido destacó que el 40 por ciento de los países que reciben una puntuación inferior a 3, lo que indica que la corrupción es percibida como "desenfrenada", son "desesperadamente pobres".
"Somalia y Birmania, que comparten la peor puntuación, un 1,4, tienen un Producto Interior Bruto anual medio per cápita de 600 y 1.800 dólares, respectivamente", explicó Labelle.
"Otros países con grandes problemas, como Afganistán, Irak y Sudán, donde confluyen la guerra, la corrupción y la pobreza, siguen en la parte baja del índice", agregó.
Sin embargo, la corrupción "no es simplemente un problema de países pobres", como muestran los continuos escándalos protagonizados por gobiernos y empresas en el mundo desarrollado, precisó la presidenta de TI, que también subrayó la responsabilidad de los países ricos en "llevar" la corrupción a las naciones pobres.
"Los países con peor puntuación deben tomarse estos resultados en serio y actuar ahora para reforzar la responsabilidad de las instituciones públicas", añadió la presidenta de TI, organización que lucha contra la corrupción y que tiene su secretariado internacional en Berlín.
Frente a países como Somalia o Birmania, las naciones nórdicas son las que obtienen las mejores puntuaciones en el índice, al frente del cual Dinamarca y Finlandia comparten con Nueva Zelanda un casi perfecto 9,4.
El Indice 2007 destaca las calificaciones "significativamente" más altas de varios países africanos, como Namibia, Sudáfrica y Suazilandia, lo que refleja, a juicio de la organización, los progresos positivos de los esfuerzos contra la corrupción en Africa.
Asimismo, subraya cómo Italia, Croacia, República Checa y Rumanía, entre otros países, han mejorado sus posiciones, mientras que Austria, Jordania o Tailandia han empeorado en los niveles de percepción de corrupción.
A juicio de TI, la concentración entre los países que mejoran su posición de naciones del Sur y Este de Europa atestigua el efecto galvanizante que ha supuesto el proceso de adhesión a la Unión Europea (UE) en la lucha contra la corrupción.
España mantiene un descenso gradual iniciado en el 2004, como consecuencia de la especulación urbanística en el país, hasta alcanzar una puntuación de 6,7 en el presente ejercicio.
En cuanto a las naciones latinoamericanas, las mejores posiciones corresponden a Chile y Uruguay, mientras que las peores son las de Haití, Venezuela y Ecuador.
El Indice de Percepción de Corrupción 2007 se basa en catorce encuestas y estudios proporcionados por doce instituciones independientes, con la opinión de expertos y empresarios residentes y no residentes de los 180 países y territorios examinados.
Entre sus recomendaciones, TI insta a los países en desarrollo a fortalecer sus instituciones de gobierno y a incorporar la prevención de la corrupción como una parte integral de los planes para reducir la pobreza.
Asimismo, aboga por consolidar la independencia judicial y la introducción de medidas contra el blanqueo de dinero.