Sube gasolina, bajan percances
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En proporción al aumento del combustible se reducen las muertes por accidentes vehiculares en EU
Investigadores dicen que los altos precios de la gasolina de hoy en día pudieran reducir las muertes por accidentes vehiculares hasta en una tercera parte.
Los altos precios de la gasolina pudieran llegar a ser un salvavidas para algunos conductores. Los autores de un nuevo estudio dicen que los precios de la gasolina están causando reducción de la conducción de vehículos, que pudiera resultar en la disminución de una tercera parte de las muertes anuales por accidentes de tránsito, con la probable disminución más dramática entre los adolescentes.
Los profesores Michael Morrisey, de la Universidad de Alabama, y David Grabowski, de la Escuela de Medicina de Harvard, encontraron que por cada 10 por ciento de aumento en el precio de la gasolina, había un 2.3 por ciento de declive en las muertes por accidentes vehiculares. Para conductores entre las edades de 15 a 17 años el declive fue de 6 por ciento, y para las edades de 18 a 21 años fue de 3.2 por ciento.
El estudio de los profesores observó las fatalidades de 1985 a 2006, cuando los precios de la gasolina llegaron a 2.50 dólares por galón (3.78 litros). Con los precios de la gasolina ahora promediando por encima de los 4 dólares por galón, Morrisey dijo que espera ver una reducción mucho mayor -unas mil muertes al mes.
Con los decesos anuales por accidentes vehiculares típicamente entre 38 mil y 40 mil al año, una disminución de 12 mil muertes recortaría el total en casi una tercera parte, dijo Morrisey.
"Considero que hay algo valioso en los altos precios de la gasolina dado que vemos una ventaja de salud pública", dijo Grabowski. Sin embargo, alertó que el estimado de reducción de mil muerte al mes pudiera ser compensado por el cambio de vehículos más pequeños, más ligeros y más eficientes en el uso de combustible y el aumento de conducción de motocicletas y scooters.
Morrisey dijo que el estudio también encontró "el mismo tipo de simetría" entre los precios de la gasolina y las muertes por accidentes vehiculares cuando los precios se reducen.
"Cuando eso sucede, manejamos más y autos más grandes, más rápido y con más fatalidades", dijo.
Morrisey y Grabowski encontraron una relación casi idéntica entre los precios de la gasolina y las muertes por accidentes vehiculares en un estudio anterior que cubrió los años de 1983 a 2000. Los estudios utilizaron las estadísticas de la Administración de Seguridad de Tránsito en Carreteras Nacionales, la cual todavía no da a conocer la información del año 2007.
Teoría con sentido
Clarence Ditlow, director ejecutivo de las organización sin fin de lucro Centro de Seguridad Automotriz, dijo que tenía sentido que se reduzcan las muertes por accidentes vehiculares en la medida en que se reduzca la conducción en respuesta al aumento de los precios de la gasolina.
"Existe todo un mundo de factores que son influenciados por los precios más altos de la gasolina -los adolescentes no tienen tanto dinero, de esta manera los conductores con más riesgos conducen menos; la gente está cambiando de vehículos, alejándose de los grandes y de los viejos más peligrosos y la gente también sabe que si conducen a menor velocidad van ahorrar gasolina", dijo Ditlow. "De esta manera, desde un punto de vista de la sociedad, los precios de la gasolina más altos tienen un gran número de beneficios y el más importante de ellos es que hay menos fatalidades en accidentes vehiculares", agregó.
Sin embargo, Ditlow dijo que él estaría "muy a gusto y sorprendido" de ver que las muertes se redujeran una tercera parte. Dijo que la disminución en la conducción, si bien estaba fijando récords, todavía no es lo suficientemente grande como para sugerir que sea probable un declive de muertes tan dramático.
El Departamento de Transporte dijo el mes pasado que los estadounidenses condujeron 2 mil 240 millones de kilómetros menos en abril, el sexto mes con reducción al hilo y que era un cambio histórico después de décadas de aumentos en conducción anuales.
"Todavía no hay la certeza", reconoció Morrisey, "sin embargo, dado que tenemos historiales muy consistentes en 2 periodos con una metodología un poco diferente, las estadísticas nos permiten estimados muy respaldados".
Morrisey y Grabowski presentaron sus hallazgos en una reunión de la Sociedad Estadounidense de la Salud Económica en Raleigh-Durham, Carolina del Norte, el mes pasado.