Amanda Knox, ¿Chica asesina o ángel?

La acusada es Amanda Knox, a quien la prensa describe como "un rostro angelical con mirada gélida". La estadounidense está acusada, en el caso hasta ahora más espectacular de este tipo en Italia, del brutal asesinato de una estudiante de intercambio británica. El inicio del proceso fue el 16 de enero con detalles técnicos, y a partir de mañana viernes declaran los primeros testigos.

Knox se ha convertido en una figura simbólica de la ambivalencia entre lo bello y lo cruel que caracteriza el caso, en el que hay hechos sangrientos que se contraponen a afirmaciones de inocencia e incoherencias. La pequeña ciudad de Perugia se enfrenta a la problemática de las drogas y a un crimen terrible: todos los elementos para un thriller atrapante.

El protagonista es, además de Amanda, su ex novio italiano Raffaele Sollecito (24). Ambos están acusados de haber violado y asesinado bajo los efectos de las drogas a Meredith Kercher, de 22 años y compañera de casa de Fox, después de que ésta se negara a participar en juegos sexuales.

Al parecer amenazaron a la británica con un cuchillo la noche del 2 de noviembre de 2007 en la calle Via della Pergola 7, y luego la torturaron con más de 40 puñaladas. Al final le cortaron el cuello.

Un asesinato como hay muchos, se podría pensar, pero que pese a ello dio la vuelta al mundo. Cada detalle, del maquillaje al peinado, fue reflejado en los medios. La mayor controversia la provoca la personalidad de Fox, de 21 años y procedente de Seattle. Por un lado se trata de una joven educada en un estricto catolicismo, y por otra de una presunta asesina entregada al sexo y las fantasías de poder. Al menos eso es lo que afirma la prensa.

Mañana habrá de nuevo cientos de periodistas en Perugia. Y todos se harán la misma pregunta. "¿Es una estudiante inocente o una asesina sanguinaria?". Knox y Sollecito se declaran no culpables.

Para los abogados de los acusados el responsable ya fue encontrado. "Ya se hizo justicia", afirma el letrado de Sollecito, Luca Maori. A fines de octubre fue condenado en un proceso rápido a 30 años un tercer sospechoso, Rudy Guede, de 21 años e inmigrante de Costa de Marfil.

Su presencia en el lugar de los hechos fue probada entre otras cosas porque se encontró su huella dactilar bajo la almohada de la muerta.

La policía halló también rastros de ADN de Sollecito y Knox en el sujetador de la víctima, así como en el cuchillo con el que la mataron, que fue hallado además en la casa de Sollecito. En opinión de la defensa, la policía actuó de forma inadecuada al recoger las pruebas y destruyó importante evidencia.

En cambio, para la fiscalía no hay dudas: el plan del asesinato "fue urdido y llevado a cabo por todos. Nadie huyó o intentó detener a los otros". Knox y su ex incurrieron además en constantes contradicciones y dieron a la policía diversas versiones de lo ocurrido. Ahora, ambos afirman haber estado esa noche en la casa de Sollecito.

FrancescoMaresca, abogado de la familia de la víctima, dio que pensar con sus palabras. "Cuando un joven inocente está más de un año en prisión está desesperado, quizás quebrado, pero no entra sonriente en la sala de audiencias", afirmó en alusión a Knox, que sonrió varias veces al juez y a quien parece gustarle la atención que concentra. Ése es el motivo probablemente de que a fines de 2008 fuera la protagonista de una película ambientada en la cárcel. Por el momento sólo se puede especular sobre la condena y la pena.

No habrá fallo antes de septiembre próximo. Incluso aunque los indicios apunten a los dos, un buen thriller no lo es si no trae sorpresas.