Discrepancias entre México y EEUU, ahora por coronavirus

Internacional
/ 21 marzo 2020

El choque se da en la aceptación de vuelos procedentes de Europa, Estados Unidos no quiere que México los reciba y el gobierno mexicano ratifica que no va a suspender ningún vuelo

CDMX.- Después de meses de relaciones tersas, las discrepancias entre México y Estados Unidos parecen regresar, esta vez, sobre la manera de frenar la pandemia del coronavirus.

Ambos países anunciaron el viernes una serie de restricciones para los cruces terrestres por su frontera común y coincidieron en reducirlos sólo a las actividades esenciales. Sin embargo, mantienen posturas diferentes sobre cómo gestionar los vuelos que llegan de los países europeos más afectados por el COVID-19.

El presidente Donald Trump dijo que México había decidido “suspender sus viajes desde Europa”, tal y como ya hizo Estados Unidos, pero el canciller Marcelo Ebrard lo negó.

“No vamos a suspender ningún vuelo”, aseguró, aunque sí reconoció que el gobierno está evaluando la adopción de nuevas medidas destinadas a evitar la expansión del virus y que tranquilicen a su vecino del norte a la vez que cumplen con las necesidades mexicanas.

Trump canceló la semana pasada la llegada de vuelos de Europa para evitar la propagación del COVID-19, que ya ha causado más de 11.000 infecciones y 200 muertos en su país, y expresó a México su preocupación por que tales viajeros pudieran entrar desde territorio mexicano.

En ese momento, el gobierno de México dijo que no permitiría que viajeros procedentes de Europa hicieran escala en el país para seguir hacia Estados Unidos y que impondrían una cuarentena a esas personas, pero después no aclararon cómo se llevaron a cabo estas medidas. En México, el avance del coronavirus es menor con un total de 203 casos confirmados y dos muertes.

El viernes, Ebrard señaló que hay distintas opciones sobre la mesa como restringir la llegada de personas o instalar nuevos filtros o pruebas y confió en que la decisión se tome en los próximos días.

Pese a la complejidad de las relaciones entre los países vecinos --socios comerciales vitales y con un enorme trasiego de personas tanto legal como ilegalmente-- los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump se han jactado del buen entendimiento que hay entre sus administraciones.

Al margen de las dificultades para acordar el nuevo tratado de libre comercio, el momento más tenso se vivió la primavera pasada cuando Trump amenazó con la imposición de aranceles a las importaciones mexicanas si México no controlaba el flujo de migrantes hacia el norte, que había aumentado considerablemente en los meses previos.

Tras intensas negociaciones, el gobierno mexicano logró esquivar los aranceles a cambio de aceptar a miles de solicitantes de asilo en Estados Unidos para que esperen su proceso en territorio mexicano y de bloquear el paso a miles de migrantes que intentaban cruzar el país de forma irregular.

Ebrard también mostró el viernes sus diferencias con Estados Unidos en la gestión de migrantes, aunque dijo que México aceptará a los mexicanos y centroamericanos que crucen ilegalmente a Estados Unidos y que este país devuelva de forma inmediata y sin atender a si solicitaron asilo o no.

“Nosotros no coincidimos, México no está haciendo eso, no lo haría, pero es una decisión de ellos, de su ámbito jurisdiccional”, indicó.

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