Golpea Macri al kirchnerismo y cambia el escenario en Argentina
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Macri supo representar la posibilidad de un cambio ante un Scioli que no logró despegarse de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El opositor Mauricio Macri se convirtió en el ganador simbólico de las elecciones presidenciales del domingo en Argentina, pese a quedar segundo, y buscará capitalizar el revés que le propinó al kirchnerismo para ganar en la segunda ronda al oficialista Daniel Scioli.
El Frente para la Victoria (FpV), lejos del 54 por ciento con que Cristina Fernández de Kirchner fue reelegida en 2011, peleará ahora por recuperarse para mantenerse en el poder en la segunda vuelta del 22 de noviembre, la primera en la historia de la Argentina.
"La erosión y el cansancio que produjeron en la sociedad el tercer mandato consecutivo del kirchnerismo en la Argentina y la posibilidad de un cuarto gobierno, al mando de Daniel Scioli, fueron mayores a los estimados previamente", evaluó en declaraciones a dpa el analista político Ricardo Rouvier.
Macri, quien gobierna la ciudad de Buenos Aires desde 2007 y lidera el partido de centroderecha PRO, supo representar la posibilidad de un cambio ante un Scioli que no logró despegarse de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2001-actual).
Elegido como candidato único del Frente para la Victoria (FpV) gobernante quizás sólo por ser el que mejor medía y podía captar el voto independiente, no pudo desprenderse sin embargo de la imagen negativa que irradia Fernández de Kirchner a una parte importante de la sociedad y debió asumir la campaña con un candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, Aníbal Fernández, desprestigiado y con bajo nivel de aceptación popular.
"Los grandes impactos en la política ocurren cuando sucede lo improbable y la provincia de Buenos Aires fue la gran protagonista del cambio", estimó el analista Rosendo Fraga, quien advirtió sin embargo que todo puede cambiar porque "Cristina siempre redobla la apuesta".
Rouvier señaló en ese sentido que "el peronismo tiende a recomponerse con rapidez y se va a encolumnar detrás de Scioli" para intentar mantenerse en el poder. "La estrategia de Cambiemos será en tanto desarticular al peronismo" para captar a los disidentes que se niegan a apoyar al kirchnerismo, estimó.
El frente opositor Cambiemos golpeó sin embargo al peronismo en su corazón al ganar la gobernación de la estratégica provincia de Buenos Aires, desde hace 28 años en poder del justicialismo, y derrotar a varios de los "barones" peronistas que gobernaban en los populosos municipios del cordón urbano provincial alrededor de la capital argentina. "Fue una caída territorial del peronismo", señaló Rouvier.
El desafío del FpV será dar vuelta en las cuatro semanas de campaña que restan para la segunda ronda el enorme impacto que tuvo el triunfo de la macrista María Eugenia Vidal en el tradicional bastión político peronista bonaerense, que gobierna Scioli desde 2007.
La presidenta argentina acusó la derrota simbólica y se recluyó en la quinta presidencial de Olivos, sin emitir opinión. Habría sido sin embargo quien decidió demorar la difusión de los resultados oficiales por más de seis horas tras el cierre de los comicios, restando posibilidad de reacción a su propio candidato.
Scioli de todas formas salió a hablar y dio por confirmada la segunda vuelta, aún sin contar con datos del escrutinio, para comenzar a captar indecisos y revertir su caída electoral. El domingo obtuvo menos votos que en las primarias de agosto. El candidato kirchnerista recibió el 36,86 por ciento de los votos, frente al 38,41 por ciento de las primarias.
Macri, en cambio, creció varios puntos al pasar el frente Cambiemos del 30,12 por ciento en las primarias a un 34,33 por ciento el domingo.
El peronista disidente Sergio Massa, que como candidato de la alianza opositora UNA recibió el 21,34 por ciento de los votos, se convirtió en árbitro de la segunda ronda, con un caudal de apoyo ciudadano codiciado tanto por Scioli como por Macri.
El alcalde porteño ya lanzó su campaña para sumar votos de todos los sectores políticos, incluido el peronismo. "En la etapa que viene hay que ser muy abiertos al diálogo", aseguró.
Para el analista político Pablo Knopoff, de la consultora Isonomía, "habrá que esperar unos días a ver cómo reacciona la ciudadanía y qué posición toma Scioli, si adopta un discurso muy kirchnerista en contra de Macri o asume el desafío de diferenciarse de la presidenta para captar el voto más independiente". "Uno de los elementos que podría usar Scioli para diferenciarse de Macri es el peronismo", señaló a dpa.
Knopoff aclaró no obstante que "en la Argentina no hay un ordenamiento estructural en el voto, el país se ha convertido en un sistema de elecciones 'de momento', con un nivel de volatilidad muy alto”.