Hoy concluye el Sínodo con un documento final que podría desafiar a la Iglesia sobre la mujer o las personas LGTBIQ
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El Sínodo, que por primera vez incluyó a laicos y mujeres con derecho a voto, concluye con la publicación de un documento en el que planteará una mayor participación de la mujer o la aceptación de la comunidad LGTBIQ
Ciudad del Vaticano- Desde el pasado 4 de octubre, El Vaticano congregó a 464 personas, de las cuales 364 cuentan con derecho a voto, de esta última cifra dos tercios son obispos, que se encuentran reunidas con el objetivo de debatir cómo es que debe de conducirse la Iglesia Católica en ciertos temas, entre ellos, una mayor participación de la mujer o la aceptación de la comunidad LGTBIQ.
Se prevé que hoy sea publicada un texto de síntesis, después de que haya sido votado por la asamblea, incluyendo las propuestas aprobadas y los temas aún por profundizar, mismos que serán la base para trabajar todo el próximo año ante la sesión final de octubre de 2024.
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Si bien, el documento final de 40 páginas no englobará grandes conclusiones, este incorporará varias propuestas que serán abordadas en la asamblea sinodal de dentro de un año; sin embargo, los resultados de las votaciones mostrarán una idea sobre si la Iglesia está dividida en ciertos temas.
MUJERES, UNA MAYOR PARTICIPACIÓN
Este es el primer Sínodo, las mujeres, no solo participaron en el debate, además, cuentan con la capacidad de votar, colocándolas al mismo nivel de los obispos; situación que originó desasosiego entre algunos prelados.
Uno de los temas más polémicos propuestos para ser debatido, es el sacerdocio femenino, que, no obstante, podría no ser contemplado.
La división sobre este tema quedó clara con la declaración que externó el prefecto del Dicasterio para los Obispos, Robert Francis Prevost: “La clericalización de las mujeres no necesariamente resuelve el problema, de hecho podría crear uno nuevo”.
Sin embargo, el que sí podría ser abordado y discutido es la necesidad de dar una mayor representación a las mujeres dentro de la Iglesia, no solo en puestos de poder o responsabilidad, sino además con la institución de “nuevos ministerios” dedicados a ellas o lo que tiene que ver con la cuestión de las diaconisas.
El papel de la mujer “no es una cuestión de reconocimiento en sentido mundano, de derechos y aspiraciones, sino que afecta al bienestar de la Iglesia”, expresó la religiosa italiana María Ignazia Angelina ante el papa.
En opinión de la presidenta de la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas, la colombiana Gloria Liliana Franco Echeverri, “el camino de la mujer en la Iglesia está lleno de cicatrices de situaciones que la han llevado al dolor y a la redención”, y agregó tomando en cuenta el “deseo e imperativo de una mayor presencia y participación de las mujeres en la Iglesia no hay ambición de poder ni sentimiento de inferioridad ni búsqueda egoísta de reconocimiento”, y continúa Franco Echeverri, “del derecho a la participación y a la corresponsabilidad igualitaria en el discernimiento y en las decisiones”.
Por su parte, la teóloga laica española, Cristina Inogés, quien tendrá la oportunidad de emitir su voto en este Sínodo, comentó que tuvo que ir a una universidad protestante debido a que el obispo no le permitió que estudiara teología, y que si bien, esto no pasa ya en España “esto marca y deja una herida”.
DIFERENCIAS SOBRE EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA IGLESIA
El sínodo, que fue convocado por el Pontífice, inició su tramo final el miércoles pasado, con una asamblea dividida en referencia al papel de las mujeres, en el que se realizó un primer documento tras un mes de debates.
El Vaticano emitió una carta a la feligresía con el propósito de enterarla, en términos generales, del estado de las deliberaciones en el Sínodo, misma que fue aprobada por 336 votos contra 12 en la asamblea.
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Durante dos años de consultas preliminares entre los católicos del mundo, surgió un llamado para que la Iglesia conceda mayores oportunidades a las mujeres, para que puedan ocupar puestos con poder de decisión y hagan oír sus voces.
“Hay múltiples retos y cuestionamientos: el informe sintético de la primera sesión especificará los puntos de acuerdo a los que hemos llegado, destacará los asuntos abiertos e indicará cómo ha de proceder nuestro trabajo”, detalla la carta.
Durante mucho tiempo, las mujeres se han quejado de que son tratadas como ciudadanas de segunda clase en la Iglesia, así como que están impedidas de acceder al sacerdocio y también a las máximas jerarquías, y que paradójicamente son responsables de la mayor parte del trabajo.
En este sentido, Robert Prevost, cardenal estadounidense y jefe de la oficina de obispos, aseguró “que cada vez más mujeres recibían puestos jerárquicos en el Vaticano e incluso se las consultaba sobre el nombramiento de obispos”, e insistió “que no habrá cambios en la tradición de 2,000 años, que solo confiere la ordenación sacerdotal a los hombres”.
ACEPTACIÓN A LAS PERSONAS DE LA COMUNIDAD LGTBIQ
“La bendición de las parejas homosexuales no es el tema del Sínodo”, dijo de forma contundente Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede y presidente de la Comisión de Información, aunque es sin duda el que más interés ha suscitado.
“La tendencia homosexual como tal no es pecado, pero debe considerarse pecado si las personas entablan relaciones sexuales entre sí. Pero esto no se aplica solo a los homosexuales: para todos, las relaciones sexuales fuera del matrimonio son pecado”, expresó el arzobispo de Riga, Zbigņevs Stankevičs, en un encuentro con periodistas.
Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, precisó que “todas las personas tienen derecho a ser respetadas, aunque pequen, cosa que hacemos todos. Todos tenemos derecho a ser respetados, a ser aceptados. Las personas son aceptadas por Dios, luego cada uno tiene su camino y su propia historia, por eso debemos acompañarla y respetarla”.
Con información de las Agencias EFE y The Associated Press.