Informe revela que 200,000 personas sufrieron abusos en centros de acogida de Nueva Zelanda
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Según un informe dado a conocer, la magnitud de los abusos fue “inimaginable”: se estima que, a lo largo de siete décadas, alrededor de 200,000 personas sufrieron abusos, muchas de ellas maoríes, el pueblo indígena neozelandés
WELLINGTON- Una investigación independiente llevada a cabo en Nueva Zelanda en relación con décadas de abusos a niños y adultos vulnerables fue publicada publicó hoy en el que se concluye un devastador informe en el que se revela que tanto los organismos estatales como las iglesias del país no llevaron acabo acciones ni para impedir ni detener, así como tampoco admitieron los abusos infligidos a las personas a su cargo.
De a cuerdo con este informe, la dimensión de los abusos cometidos a estas personas fue “inimaginable”; se estima que, durante siete décadas, alrededor de 200,000 personas sufrieron abusos, muchas de ellas fueron maoríes, un pueblo indígena neozelandés.
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En respuesta a las conclusiones, el gobierno aceptó por primera vez que el trato histórico dispensado a algunos niños en un tristemente célebre hospital estatal equivalía a tortura, y prometió disculparse ante todas las personas que habían sufrido abusos en centros estatales, de acogida, y religiosos desde 1950.
Por su parte Christopher Luxon primer ministro neozelandés, expresó que era demasiado pronto para decir cuánto calculaba pagar el gobierno por concepto de indemnización, se prevé sea una factura que, de acuerdo a la investigación, podría ser de miles de millones de dólares, o para comprometerse a que los funcionarios que estén implicados tanto en la negación como el encubrimiento de los abusos perderían sus puestos de trabajo.
Así también, Luxon precisó que el gobierno había escuchado a los supervivientes, y que creía en la veracidad de sus testimonios, y que estaba conturbado por los resultados de la investigación. Por lo que expresó que el gobierno va pedir disculpas de manera formal a los sobrevivientes el próximo 12 de noviembre.
“Siempre pensamos que éramos excepcionales y diferentes, y la realidad es que no lo somos”, afirmó el primer ministro y agregó, que era “un día oscuro y triste” para el país.
Las conclusiones de la Comisión Real, el nivel más alto de investigación que se puede emprender en Nueva Zelanda, terminaron tras una investigación que duró seis años en la que siguió dos décadas de indagaciones similares en todo el mundo, en un momentos en el que las naciones están reconociendo las transgresiones de las autoridades en contra de los niños separados de sus familias y puestos en centros de acogida.
De acuerdo con informe de la investigación, los resultados encontrados fueron una “vergüenza nacional”.
De 650,000 niños y adultos que se encontraban bajo la tutela estatal, de acogida o eclesiástica entre 1950 y 2019, aproximadamente un tercio de ellos sufrieron abusos físicos, sexuales, verbales o psicológicos. Muchos más fueron explotados o desatendidos.
Cabe la posibilidad que las cifras sean mayores, debido a que las denuncias no se tenían en cuenta y los registros se perdían o destruían.
“Estas graves violaciones se produjeron al mismo tiempo que Aotearoa Nueva Zelanda se promocionaba a sí misma, internacional y nacionalmente, como un bastión de los derechos humanos y como un país seguro y justo donde un niño podía crecer en el seno de una familia afectuosa”, explicaron los responsables de la investigación, utilizando los nombres maorí e inglés del país.
Por último, cientos de sobrevivientes llenaron la tribuna pública en el Parlamento, en donde los legisladores respondieron a los hallazgos de la investigación, para después ponerse de pie y cantar una canción maorí, convirténdose en una escena emotiva.