Japón recuerda a víctimas de terremoto y catástrofe nuclear
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Tras el terremoto y tsunami se produjeron fusiones de núcleo en tres de los seis reactores de la planta nuclear de Daiichi, en Fukushima, operada por Tokyo Electric Power.
Japón recordó hoy a las víctimas del devastador terremoto y consiguiente tsunami que hace cinco años devastó el noreste del país y que también provocó la catástrofe nuclear de Fukushima.
En el noreste del país se celebraron varios actos de recuerdo por la tarde (local) y se guardó un minuto de silencio a las 14:56 (05:46 GMT), el momento exacto en el que un terremoto de magnitud 9 sacudió la región hace justo cinco años.
En Tokio, el emperador Akihito y la emperatriz Michikko asistieron a un acto de recuerdo organizado por el Gobierno en el que también participaron el primer ministro, Shinzo Abe, familiares y las víctimas y supervivientes.
A pesar de que en la zona afectada se han hecho algunos progresos, "mucha gente sigue viviendo en condiciones difíciles hasta la fecha", subrayó el emperador. "Especialmente me preocupa que puede haber mucha gente que todavía está sufriendo sin que lo sepamos (...), entre ellos la gente de avanzada edad", agregó.
"Es importante que nuestros corazones sigan estando con los afligidos, para que todos los que están en dificultades, sin excepción, puedan volver a la normalidad lo antes posible", insistió Akihito.
Según la Agencia Nacional de Policía, la catástrofe dejó 15.894 fallecidos y 2.561 desaparecidos, la mayor parte de ellos en las zonas costeras de las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima.
A mediados del pasado febrero la cifra total de evacuados ascendía a 174,471, después de los 470,000 que llegaron a registrarse en los peores momentos, apuntó el Gobierno.
En Ishiomaki, una de las zonas más afectadas, más de 16,000 personas -el 11 por ciento de la población- siguen viviendo con estrecheces en alojamientos temporales. A los habitantes de esta áerea les preocupa que la reconstrucción pueda retrasarse aun más, pues creen que ahora las autoridades están centradas en los preparativos de los Juegos Olímpicos de 2020.
Según las voces críticas, los trabajos de reconstrucción también se están retrasando por culpa de los trámites burocráticos.
Tras el terremoto y tsunami se produjeron fusiones de núcleo en tres de los seis reactores de la planta nuclear de Daiichi, en Fukushima, operada por Tokyo Electric Power. Debido a la contaminación radiactiva, unas 100,000 personas no han podido regresar todavía a sus hogares.
"Se están haciendo esfuerzos para mejorar la situación, pero sufro pensando en las personas que todavía siguen sin poder volver a sus hogares", dijo hoy el emperador.
Sachiko Mashio y su familia, por ejemplo, consiguieron reasentarse finalmente en Saitama el año pasado, después de varias reubicaciones. Su marido ha estado enfermo desde el desastre.
"Nunca me imaginé que tendría que mudarme más de diez veces en mi vida", explicaba Mashio, que antes del accidente regentaba un restaurante en Namie, 20 kilómetros al norte de la planta nuclear. Ahora ya no confía en poder volver a Namie, incluso aunque se permita hacerlo: "Mi casa estaba hecha una desastre, al parecer fue saqueada varias veces".
Se cree que el operador de la planta nuclear tardará más de cuatro décadas en desmantelar la central.
Pese a todo, el Gobierno de Shinzo Abe quiere volver a poner en marcha los reactores nucleares que actualmente están fuera de funcionamiento, para que en 2030 puedan generar entre el 20 y el 22 por ciento de la electricidad del país. Antes del accidente de 2011, ese porcentaje ascendía al 30 por ciento.
Desde el pasado agosto han vuelto a funcionar cuatro reactores nucleares, en medio del temor popular tras lo ocurrido en la planta de Fukushima. Un tribunal japonés ordenó este miércoles a Kansai Electric Power que cese la actividad en uno de los reactores reiniciado y le obligó a mantener apagado otro en la planta nuclear de Takahama, junto a a la costa, por motivos de seguridad.
Según una reciente encuesta de Kyodo News , dos tercios de los gobernantes locales nipones creen que Japón debería reducir su dependencia de producción de energía nuclear o acabar con ella.