La guerra como un juego: el ejército de Ucrania otorga puntos por bajas y destrucción de equipo

Internacional
/ 3 noviembre 2025

El gobierno ucraniano puso en marcha la competición en agosto de 2024, aunque se trató más bien de un lanzamiento suave, una versión beta

Por Kim Barker Oleksandra Mykolyshyn

El dron ucraniano enfocó a los dos soldados rusos que iban en motocicleta poco después de las 9:00 a. m. del 19 de julio, cada vez más cerca, hasta que se abalanzó sobre su objetivo y la cámara se oscureció.

Era un objetivo de alto valor para el regimiento del operador del dron: valía 24 puntos, para ser exactos. En un juego en el mundo real dirigido por el gobierno ucraniano, los regimientos son recompensados con puntos por ataques exitosos.

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¿Herir a un soldado ruso? Ocho puntos. ¿Matar a uno? Eso vale 12. Un piloto de dron ruso vale más: 15 puntos por herir a uno y 25 puntos por matarlo. Capturar vivo a un soldado ruso con la ayuda de un dron es el premio gordo: 120 puntos.

“Es un juego brutal: vidas humanas convertidas en puntos”, dijo Stun, de 33 años, comandante de drones del regimiento ucraniano de sistemas no tripulados conocido como Aquiles. Siguiendo el protocolo militar, solo usa su indicativo.

El gobierno ucraniano puso en marcha la competición en agosto de 2024, aunque se trató más bien de un lanzamiento suave, una versión beta. Los equipos compiten por puntos para adquirir material de fabricación ucraniana, incluidos drones de vigilancia básicos y drones más grandes que transportan potentes explosivos, a través de una tienda de armas interna al estilo de Amazon llamada Brave1 Market. La tienda se puso en línea por primera vez en abril de este año y se amplió en agosto.

Cuantos más puntos consiga una unidad, mejor material podrá comprar, lo que garantiza que los recursos se destinen a los equipos que mejor los utilizan. Es un giro de la era digital y de gratificación instantánea a las recompensas tradicionales para los soldados, como medallas y ascensos, en el que las ganancias se reinvierten en el esfuerzo bélico.

Los equipos de drones envían videos de sus ataques exitosos a una oficina central en Kiev, la capital ucraniana, donde los expertos los revisan para decidir quién obtiene puntos en función de las marcas de tiempo y la destrucción verificada, dijo Mykhailo Fedorov, ministro de Transformación Digital, que ayudó a idear el programa.

Los funcionarios sostienen que la competición mantiene a los soldados con energía después de tres años y medio de guerra, en la que los operadores de drones se someten a un estrés constante por ser testigos de la violencia en las transmisiones de video en directo.

“Esto nos ayuda a detener al enemigo”, dijo Fedorov, el ministro. “Si esto les da una motivación adicional a nuestros militares”, añadió, “estaremos encantados de apoyarlo”.

Hace tiempo que se teme que los drones armados deshumanicen la guerra al permitir que los soldados maten con solo hacer clic en un botón, lejos del campo de batalla. Cuando se le preguntó si pensaba que el juego de drones de Ucrania podía ser deshumanizador, Federov se encogió de hombros. “Lo que es inhumano es iniciar una guerra a gran escala en el siglo XXI”, dijo.

Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, ambas partes han luchado por obtener una ventaja tecnológica, y han desplegado drones autodestructibles, drones de largo alcance, drones a reacción, drones de fibra óptica, drones que interceptan a otros drones y pronto desplegarán enjambres de drones guiados por inteligencia artificial.

Los rusos tienen su propia versión de una competición en el campo de batalla, en la que pagan primas como 2400 dólares por destruir un helicóptero o 12.000 dólares por capturar un tanque Leopard.

El mercado de armas en línea de Ucrania es una extensión del espíritu de “hazlo tú mismo” que ha caracterizado a la adquisición de drones del país desde el comienzo de la guerra, la que ha incluido recolectar donativos para comprar drones de consumo y hackearlos para convertirlos en armas mortales.

Compiten más de 400 equipos de drones. Algunas unidades de infantería que no tenían unidades de drones propiamente dichas las han creado para poder utilizar el sistema de puntos y ganar equipamiento, dijeron los soldados.

El concurso otorga puntos por impactar tanto a soldados rusos como a su equipamiento. Demoler un sistema ruso de lanzamiento múltiple de cohetes puede dar hasta 70 puntos. Destruir un tanque vale 40; dañar uno da 20.

Como los tanques se han convertido en objetivos fáciles para los drones, lo que limita su utilidad en el campo de batalla, esos puntos se han vuelto mucho más difíciles de ganar.

“Hoy en día, avistar vehículos enemigos es extremadamente raro”, dijo un piloto de drones que trabaja con Stun, quien se hace llamar Red y afirma haber matado a 45 enemigos. “Y si aparece uno, saliendo de un bosque, por ejemplo, básicamente hay una fila de drones esperando para atacarlo”.

El gobierno ucraniano ha ajustado los valores de los puntos para responder a las tácticas cambiantes de Rusia.

Por ejemplo, a medida que los drones de ataque con un alcance cada vez mayor amplían y difuminan las líneas del frente, el ejército ruso intenta a menudo ganar terreno enviando uno, dos o tres soldados de infantería a la vez. Se mueven sigilosamente, tratando de eludir las cámaras de los drones ucranianos con abrigos antitérmicos o usando la vegetación como cobertura. Los que lo consiguen se reagrupan con cualquier otro soldado ruso que logre avanzar.

Así que eliminar a los soldados rusos se ha convertido en la prioridad.

Cuando se introdujo la competición, la muerte de un soldado ruso solo equivalía a dos puntos. En octubre de 2024, aumentó a seis, que se duplicaron en mayo.

Yuriy Fedorenko, comandante del regimiento Aquiles, dijo que los soldados ucranianos debían matar o herir gravemente hasta 25.000 soldados rusos al mes. Ese es aproximadamente el número de nuevos reclutas que Rusia moviliza mensualmente, añadió.

Para eso, Ucrania necesita al menos dos drones de ataque por cada soldado de infantería ruso, o al menos 50.000 al mes, dijo Fedorenko.

“Sin exagerar: estamos acorralados por Rusia. Rusia quiere aniquilarnos”, dijo Fedorenko, y añadió que no veía la guerra como un juego. “La constatación de que el éxito de las operaciones de combate también conlleva equipamiento adicional, eso inspira confianza en que tendremos los medios para seguir luchando”.

Añadió que el dominio de los drones le había ayudado a ampliar su antigua compañía de 100 hombres a un batallón de 500 y ahora a un regimiento de unos 3000 que está considerado como una de las mejores unidades de drones de Ucrania. Junto con otros nuevos regimientos de drones, Aquiles está intentando formar una línea unida de drones a lo largo del frente que refuerce el reconocimiento, ayude a las brigadas de asalto en combate y bloquee los drones de reconocimiento rusos.

Un video publicado en junio por Robert Brovdi, comandante general de las unidades de sistemas no tripulados de las fuerzas armadas ucranianas —una nueva rama separada del ejército que supervisa los drones y la guerra de robots— arrojó luz sobre el sistema de puntos y el mercado interno en línea donde las unidades adquieren drones.

Un dron kamikaze básico cuesta 1,3 puntos, dijo Brovdi en el video. Un dron con cámara térmica cuesta 4,5 puntos. Y un dron “vampiro” más avanzado, con hasta 15 kilos de explosivos y un alcance de hasta 30 kilómetros, cuesta 43 puntos.

Brodvi dijo que su antigua brigada, los Pájaros del Magiar, habían alcanzado unos 6500 objetivos en mayo, incluidos 2221 soldados rusos, con lo que obtuvieron más de 25.000 puntos ese mes. La brigada cambió esos puntos por 600 drones vampiro.

Hasta ahora, las unidades del ejército ucraniano han pedido más de 80.000 drones y sistemas de guerra electrónica utilizando puntos a través de Brave1 Market, equipamiento valorado en más de 96 millones de dólares, dijo Fedorov, el ministro digital.

Una tabla de clasificación en línea enumera los 10 mejores equipos de drones cada mes, aunque los totales de los puntos no se hacen públicos.

En primer lugar en septiembre se situaron los Pájaros del Magiar, seguidos por el llamado Grupo Alfa de la principal agencia de seguridad interna de Ucrania. El regimiento Aquiles ocupó el sexto lugar.

Tanto los comandantes como los soldados afirman que ya están motivados para destruir material ruso y matar a soldados rusos. “Estamos centrados en destruir al enemigo, en objetivos reales, en la misión”, dijo Stun, el comandante de los drones. “Vamos donde se nos necesita, sin perseguir los puntos”.

Pero dijeron que el concurso podía ser motivador al estimular la competición entre los operadores de drones para ser los primeros en alcanzar un objetivo en el campo de batalla.

“Por supuesto, había veces en que discutíamos en los chats por los puntos”, dijo Stun, a quien dieron su indicativo de llamada en parte porque su movimiento favorito en su videojuego favorito era el “aturdimiento”, stun en inglés, que congela a los enemigos en seco.

“Por ejemplo, cuando un vehículo era alcanzado y varias unidades se enfrentaban a él, discutíamos sobre quién había hecho el impacto real”, añadió. “Decíamos: ‘¡Ese era nuestro objetivo! ¡No lo toques!’ ‘¡Fuimos los primeros en darle!’ ‘¡Fuimos nosotros! Fue nuestro’”.

Fedorov dijo que el juego se ampliaba constantemente para adaptarse a la nueva tecnología de la guerra. Ahora las unidades pueden ganar puntos por utilizar vehículos terrestres robotizados en misiones logísticas como el rescate de soldados heridos, por detectar equipos rusos con drones de reconocimiento y por destruir objetivos utilizando sistemas de guía con inteligencia artificial.

Sigue habiendo problemas: al fin y al cabo, el sistema es nuevo. Algunos mandos de unidades han dicho que los nuevos drones no llegaron con la suficiente rapidez, y algunos soldados se han quejado de que destruyeron material ruso valioso que no valía ningún punto.

El piloto del dron que responde al nombre de Red dijo que su equipo se había preparado recientemente para intentar alcanzar un vehículo blindado ruso, pero que otro equipo había conseguido alcanzarlo primero, por lo que no hubo puntos. El equipo de Red dirigió entonces su atención a una balsa de troncos, que se utiliza para cruzar ríos, que el vehículo blindado arrastraba tras de sí.

“La quemamos”, dijo. “Misión cumplida. Pero desafortunadamente, no hay puntos por las balsas”.

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