Michel Temer se estrena al mando del Mercosur en momento crítico para su gobierno
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El presidente brasileño recibió el martillo que simboliza la titularidad del Mercosur
Argentina.- El mandatario brasileño, Michel Temer, asumió su primera presidencia rotativa en un Mercosur que aspira a cerrar este año un ambicioso acuerdo con la Unión Europea, una negociación que el sucesor de Dilma Rousseff deberá conducir mientras lidia con las denuncias contra su Gobierno.
Temer, que recibió el martillo que simboliza la titularidad del Mercosur de manos de su colega argentino, Mauricio Macri, dijo que uno de los retos de su gestión será el fortalecer la "vocación original" de la unión, también integrada por Uruguay y Paraguay.
"Será una Presidencia brasileña muy rica y muy productiva. Cuento con el apoyo de todos", dijo Temer ante sus colegas del bloque, reunidos en la ciudad argentina de Mendoza.
Prometió avanzar en la eliminación de barreras comerciales, en las negociaciones con la Unión Europea y otros bloques, en un acercamiento mayor con la Alianza del Pacífico y seguir de cerca la grave crisis política y social en Venezuela, país que ha sido suspendido en diciembre como socio pleno del Mercosur.
Temer, que asumió la Presidencia de Brasil el año pasado en sustitución de la destituida Roussef, se hace cargo de liderar el bloque suramericano en medio de denuncias de presunta corrupción en su contra.
El escándalo, que se desató por confesiones de directivos del grupo cárnico JBS, tendrá un día clave el 2 de agosto, cuando la Cámara de Diputados decidirá si autoriza a la Corte Suprema a instaurar el juicio pedido por la Fiscalía, que suspendería a Temer del poder por 180 días y pudiera llevar a su destitución.
Otras denuncias por presunta corrupción también salpican a otros miembros del Gobierno y de su entorno político.
Con esta mochila, debe cargarse al hombro lo que se perfila como el mayor desafío para el Mercosur: concluir para fin de año una negociación con la Unión Europea (UE) para un tratado de libre comercio que lleva casi dos décadas encima de la mesa.
Para Marcelo Elizondo, director general de la consultora argentina Desarrollo de Negocios Internacionales, "Brasil tiene un Gobierno bastante debilitado en el cual todas las autoridades tienen que destinar más energía política a la resolución de sus constantes problemas domésticos".
Por lo tanto, según dijo el experto a Efe, "es posible que Brasil no sea un presidente pro témpore en el Mercosur que pueda tener una visión estratégica y enérgica como la que tuvo Argentina".
"Confiamos en que los brasileños, dentro de su esquema político, jurídico e institucional, van a resolver esta situación que están atravesando y eso no afecta en nada su compromiso con el Mercosur", dijo este jueves en rueda de prensa el vicecanciller argentino, Daniel Raimondi.
El asunto es mirado con cautela desde del otro lado del Atlántico.
El mes pasado, una veintena de eurodiputados de izquierda pidió a la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, suspender las negociaciones con Mercosur por la crisis política en Brasil.
Hace dos semanas, aunque sin mencionar expresamente a Brasil, el comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, afirmó que las "dificultades políticas" de los países del Mercosur "no contribuyen positivamente a conseguir un acuerdo en 2017", aunque aseguró que hay "buenos avances" en la negociación.
Para el economista argentino Dante Sica, director de la consultora Abeceb y experto en negociaciones comerciales internacionales, la "fuerte debilidad política" de Brasil no necesariamente será un impedimento para avanzar en las conversaciones.
Sica dijo a Efe que Itamaraty cuenta con cuadros técnicos "muy eficientes, fuertes y estables en el tiempo" que son finalmente los que llevarán la negociación de la letra pequeña del acuerdo, un punto a favor en el que puede recostarse el Mercosur.