Muere el oso polar Arturo, 'el animal más triste del mundo'
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Las autoridades informaron que el animal se encontraba en fase terminal debido al deterioro de su salud a causa de su edad.
Argentina perdió hoy al último oso polar que vivía en cautiverio en el país y que alguna vez fue llamado ‘el animal más triste del mundo’ por la situación en que se encontraba desde hacía varios años.
Arturo murió a los 31 años de edad y en medio de la indignación de activistas y defensores de los derechos de los animales, tras una larga agonía en el zoológico de Mendoza.
Las autoridades informaron que el animal se encontraba en fase terminal debido al deterioro de su salud a causa de su edad.
CAUTIVERIO POLÉMICO
Aunque Arturo llegó a tierras argentinas en 1993 procedente de Estados Unidos, a los ocho años de edad, su caso cobró notoriedad casi veinte años después, en 2012, cuando su salud se quebrantó luego de perder a la única hembra que lo acompañó durante su cautiverio.
Después del fallecimiento de Pelusa, Arturo entró en una depresión que se agravó con el paso de los años.
Además, la muerte ese año de otro oso polar, Winner, que vivía en el zoológico de Buenos Aires, atrajo toda la atención hacia ‘Arturo’, pues en ese momento se convirtió en el único ejemplar de su especie vivo en el país.
Desde finales de 2012, grupos ambientalistas iniciaron movilizaciones y protestas para demandar la reubicación del oso.
El caso cobró notoriedad internacional cuando la cantante estadunidense Cher denunció la situación de Arturo en Twitter, con un mensaje dirigido a la entonces presidenta argentina Cristina Fernández:
"¿No lloras por él, Argentina?”, escribió Cher.
"¿No tiene lágrimas Cristina Fernández de Kirchner por el torturado oso polar Arturo? Sus manos quedarán manchadas con su sangre cuando él muera”, agregó.
Un reportaje sobre Arturo de un diario británico, a los pocos días del reclamo de Cher, terminó por detonar la indignación mundial, bajo el título de ‘El animal más triste del mundo’.
Durante su cautiverio, el oso vivió en condiciones precarias y llegó a soportar temperaturas de hasta 40 grados durante el verano austral.
"Someterlo a un traslado pone en riesgo su vida”, concluyó en 2014 un grupo de especialistas internacionales que analizó la situación.
AÑO FATAL
A partir de mayo de este año, la salud Arturo se tornó crítica debido a una serie de complicaciones que le provocaron pérdida de apetito, disminución de peso y afectaciones irreversibles en sus sentidos de la vista y el olfato.
"Poco reactivo con mínima respuesta a estímulos y depresión marcada de su sistema nervioso central”, reportó su último parte médico.
Además de la crisis que sufría Arturo, el zoológico de Mendoza debió cerrar sus puertas al público por la muerte de casi 80 animales en lo que va del año.
DEBATE AL ROJO VIVO
"Arturo fue un caso testigo. Esperamos que sea el último oso polar retenido en un zoológico de nuestro país y que su caso obligue a las autoridades a rever la situación de las demás especies exóticas que sobreviven en su misma situación”, manifestó Soledad Sede, del equipo de Campañas de Greenpeace.
La muerte del animal ha reactivado el enojo de varios sectores en el país que se oponen a la reclusión de animales silvestres.
Sin embargo, también ha habido grupos que niegan el sufrimiento de Arturo y consideran que su muerte es simplemente un hecho natural.
"Considero que se hizo todo lo posible y que este resultado fue producto de su edad. Tanto los veterinarios del Zoológico de Mendoza como los profesionales y especialistas nacionales e internacionales, hicieron todo lo posible para que tuviera un deceso en paz", opinó Irma Argüello, presidenta de la asociación ‘Amigos del Oso Polar Arturo’.