Murió en un baño, esperando para prueba de COVID-19 (video)

Internacional
/ 14 noviembre 2020

La crisis del coronavirus ha puesto al limite los sistemas de salud a nivel mundial, por lo que se observan muchas escenas desoladoras en los nosocomios del mundo

NÁPOLES. - La emergencia sanitaria en la tercera ciudad más grande de Italia, Nápoles, está fuera de control, dijo este jueves el ministro de Relaciones Exteriores Luigi Di Maio, luego de que las redes sociales publicaron un video del cuerpo de un hombre en el cuarto de baño de un hospital.

El hombre no identificado es sospechoso de haber contraído coronavirus y se cree que estuvo esperando para ser sometido a una prueba de la infección en una sala de emergencias atestada y mal equipada, aunque la grabación fue realizada por un aficionado.

Funcionarios de salud dijeron que estaban investigando la muerte, pero Di Maio afirmó que se trató de solo uno de los incidentes brutales que ha escuchado en los últimos días sobre la emergencia en su nativa región de Campaña, que alberga a la ciudad del Mediterráneo.

"La situación en Nápoles y en muchas áreas de la Campaña está fuera de control. El Gobierno central debe intervenir porque ya no queda más tiempo", dijo el ministro.

Autoridades han dicho que Campaña es el reflejo de la calamitosa crisis de salud que puede verse en el sur de Italia, que salió casi indemne de la primera ola de coronavirus a inicios año después de que los casos se propagaron mayormente en el norte. Pero ahora, estas regiones están siendo azotadas con ferocidad por la segunda ola pandémica.

El número de casos a nivel nacional superó la marca del millón el miércoles y la mitad de esas infecciones fueron detectadas apenas en los últimos 19 días. La cifra de muertes totaliza 42 mil 953, la sexta más alta en el mundo.

Los hospitales de todo Italia han tenido problemas para manejar los números vertiginosos de infecciones de COVID-19, pero en regiones más empobrecidas del sur parecen estar particularmente mal equipadas para hacer frente a la pandemia, a pesar de haber tenido todo el verano para mejorar su respuesta.

A los enfermos de Nápoles se les ha administrado oxígeno y se les ha medicado a través de las ventanas de sus autos mientras esperan por horas por pruebas del COVID-19 o para ser admitidos en el hospital.

Más al sur, en la isla de Sicilia, el alcalde de Palermo advirtió el lunes que su región enfrentaba una "masacre inevitable" a medida que aumentaban las infecciones.

"El norte siempre ha tenido un sistema de salud bien equipado repartido por todo el territorio. La situación puede no ser óptima, pero el sur en comparación es un páramo", dijo Carlo Palermo, director del sindicato de médicos ANAAO-ASSOMED, a Reuters.

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