Rechaza Benedicto XVI las acusaciones sobre un pontificado de excesos

Internacional
/ 12 septiembre 2016

Poco antes de la renuncia en el año 2013, el arzobispo de Múnich y cardenal Reinhard Marx criticó la "conducta de la corte" de la curia romana. Ahora, Benedicto XVI, sale al paso de las acusaciones y dice que no sabe qué quería decir el religioso con su comentario.

El papa emérito alemán, Benedicto XVI, rechaza las críticas que le acusan de haber dirigido un pontificado ostentoso y caracterizado por los excesos, según recoge un libro de entrevistas sobre su papado que ha sido presentado hoy en Múnich.

"Hemos vivido siempre de manera sencilla, desde siempre, desde mi niñez", recalcó Joseph Ratzinger en la publicación.

Poco antes de la renuncia en el año 2013, el arzobispo de Múnich y cardenal Reinhard Marx criticó la "conducta de la corte" de la curia romana. Ahora, Benedicto XVI, sale al paso de las acusaciones y dice que no sabe qué quería decir el religioso con su comentario.

El secretario personal del pontífice germano, Georg Gänswein, ha echado más leña al fuego. Durante la presentación del libro acusó al cardenal Marx de forma indirecta de desconocimiento y le recomendó ser cauto.

"Uno debe ser cauteloso con sus declaraciones o con las valoraciones que hace de una situación que no conoce bien o cuando uno abre la puerta de su casa", recalcó.

En este sentido, quien fuera secretario del pontífice germano señala que las apreciaciones de Marx fueron "como mínimo asombrosas".

Además, Gänswein apuntó que Benedicto XVI es increíblemente crítico consigo mismo. "Se desmitifica a sí mismo continuamente", afirmó durante la presentación de la obra.

Asimismo destacó que quizás el papa emérito no se había mostrado nunca tan humano como en esta obra que ahora acaba de ver la luz, "con sus grandes fortalezas y sus pequeñas debilidades y achaques".

En este sentido, rechazó la imagen de "gran inquisidor" que se ha trazado de Benedicto XVI en los últimos años.

En opinión de Gänswein, la renuncia como papa tuvo su equivalencia en la vida de Joseph Ratzinger unos 70 años atrás, cuando poco antes de que terminase la Segunda Guerra Mundial el papa decidió tirar la toalla como soldado y volver a casa, a pesar de que la deserción conllevaba la pena de muerte.

"Esta vivencia de juventud fue probablemente una clave velada para entender su renuncia en 2013, cuando decidió por segunda vez de forma tranquila regresar a casa", señaló.

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