Refugiados peregrinan de Austria a Alemania

Internacional
/ 28 octubre 2015

La situación es cada vez más aguda y, por momentos, después de largas esperas, las personas derriban las barricadas.

En la localidad austríaca de Spielfeld, en la frontera con Eslovenia, el termómetro llega por la noche casi al punto de congelamiento. Hay niños pequeños envueltos en mantas. Sus padres encienden lo que pueden, como botellas vacías de agua, para brindarles calor por la noche. Si bien hay una tienda con calefacción, no todos los miles de refugiados que se encuentran allí ingresan en ella por temor a perder su lugar en la fila de espera para ser trasladados a Alemania, destino final de muchos.

Durante mucho tiempo, la localidad de Burgenland fue la zona "más caliente" de Austria en relación con el ingreso de refugiados. Sin embargo, desde que Hungría endureció sus leyes, la situación se agudiza en el sur. Miles de personas llegan todos los días a pie desde Eslovenia a Spielfeld, cuya traducción al español es, curiosamente, "campo de juego", y que se encuentra en el estado de Estiria.

La situación es cada vez más aguda y, por momentos, después de largas esperas, las personas derriban las barricadas. Los refugios de emergencia están llenos. Es difícil encontrar nuevos lugares todos los días. "No se pueden imponer barreras fijas, de lo contrario habría muertos. Las personas que esperan adelante morirían aplastadas por las de atrás", dice August Bäck, portavoz de la Cruz Roja en Estiria.

Muchos intentan a llegar a Alemania por su propia cuenta en taxis, transportes públicos o a pie. "La gente quiere llegar a Alemania, cueste lo que cueste", afirma Bäck.

El viernes pasado tuvo que ser cerrada una autopista porque habían emprendido viaje a pie por ella cientos de refugiados. También fueron suspendidas conexiones de tren cuando decenas de refugiados comenzaron a caminar por las vías. Gran parte de ellos tomó luego autobuses del Ejército, ya que el camino de más de 300 kilómetros hasta Alemania es demasiado para muchas personas debilitadas por las vicisitudes que pasan.

De acuerdo con el alcalde de Spielfeld, Reinhold Höflechner, los alrededor de 5.000 habitantes de la localidad están muy intranquilos por la situación excepcional que están viviendo. "La gente no se siente cómoda cuando ven tantas personas extranjeras que hablan otro idioma", dice el político conservador a dpa. "Nuestra gente perdió la perspectiva de futuro", añade.

Para el alcalde, Austria sólo debería dejar ingresar a la cantidad de gente que Alemania recibe efectivamente, de modo de reducir el flujo migratorio en su país. La semana pasada, la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, del Partido Popular Austríaco (ÖVP) de centroderecha, había pedido en Spielfeld la construcción de un "bastión Europa".

Por su parte, el gobernador del estado federado de Alta Austria, Josef Pühringer, también del ÖVP, dijo el fin de semana a la emisora austíaca ORF que podía imaginar "como último recurso" una serie de cercos fronterizos alrededor de Austria en caso de que Alemania no recibiera más refugiados.

Suecia mantendrá en secreto la ubicación de refugiados para evitar ataques

Las autoridades suecas mantendrán en secreto sus planes para la ubicación de los peticionarios de asilo llegados al país ante la ola de atentados incendiarios registrados en las últimas semanas contra albergues de refugiados.

Fuentes de la Agencia Sueca de Migración admitieron, en declaraciones a la radio pública, que la seguridad en torno a los centros o viviendas de acogida ha empeorado de modo "preocupante", lo que les ha decidido a adoptar esa decisión.

La agencia lamentó esa nueva política de secretismo, que admite entra en contradicción con la necesaria transparencia administrativa, pero consideró que, dadas las circunstancias, parece la mejor opción para reducir riesgos.

En las últimas semanas se registraron una docena de incendios en edificios donde se planeaba acoger a refugiados, el último de ellos la pasada madrugada.

Suecia fue en 2014 el país que más peticionarios de asilo per cápita recibió de toda la Unión Europea (UE) y estima que este año acogerá a unos 190,000.

Sus autoridades están estudiando distintas modalidades de acogida, ya que se calcula que faltarán unos 45,000 plazas antes de que termine el año, y se proponen hacer un inventario de todos los locales susceptibles de ser habilitados para ese fin, sean plantas industriales, gimnasio o antiguas cárceles.

Tanto la Policía como las autoridades locales han reforzado la seguridad en torno a los centros de acogida ya existentes y en otras dependencias que se podrían acondicionar para albergar a los refugiados.

La semana pasada, el primer ministro sueco, Stefan Löfven, expresó su consternación por la ola de ataques incendiarios contra centros de acogida para refugiados, cuestión que calificó de "muy grave".

Con Información de DPA y EFE

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