Sanders necesita ganar 57% de los delegados que quedan para arrebatarle la nominación a Biden
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Bernie Sanders tuvo una semana muy complicada en sus aspiraciones de pelearle la Casa Blanca a Donald Trump.
Bernie Sanders prometió aprovechar la energía de su primera campaña presidencial para tratar de atraer más votantes a las urnas en el 2020. Quería construir una coalición de negros, jóvenes y votantes de clase obrera que se sentían motivados por su visión para transformar Estados Unidos y así convertirse en una fuerza imparable contra sus rivales demócratas y el presidente Donald Trump.
Se equivocaba.
Virtualmente toda expectativa que el senador de Vermont llevó a su segunda campaña por la Casa Blanca fue frustrada por la sorpresiva recuperación de Joe Biden. El exvicepresidente emergió como el candidato preferido de los afroestadounidenses desde Carolina del Sur hasta Mississippi y Michigan. Biden además ganó votantes sin educación universitaria y consiguió avances en los suburbios que podrían ser cruciales para llegar a la Casa Blanca en noviembre.
“Anoche, obviamente, no fue una buena noche para nuestra campaña, desde el punto de vista de delegados”, dijo Sanders el miércoles en sus primeras declaraciones públicas desde que perdió en Michigan, el estado que consolidó su campaña insurgente hace cuatro años.
Sanders no va a renunciar en el futuro inmediato. Estará en Washington el domingo para un debate mano a mano con Biden. El debate estaba previsto para realizarse en Arizona, que realiza su primaria el martes y es uno de los pocos puntos brillantes en el calendario de campaña para Sanders. Habiendo demostrado nueva fuerza entre los hispanos, Sanders espera que un apoyo similar allí al menos melle a Biden.
Pero los obstáculos están aumentando. Sanders necesita ganar 57% de los delegados que quedan para arrebatarle la nominación a Biden. Las reglas para asignar delegados y la historia indican que será difícil.
Sanders conserva al menos el respaldo de la mayoría de los votantes jóvenes. En Michigan, el mayor de los seis estados con votaciones el martes, 70% de los votantes menores de 30 años apoyaron a Sanders. Pero representan menos de 14% de los votos, de acuerdo con AP VoteCast, un sondeo del electorado del estado.
El veterano estratega demócrata James Carville criticó la convicción de Sanders de que él podía cambiar fundamentalmente el electorado apoyándose en los jóvenes.
“De ninguna manera”, dijo Carville.
Si uno sectores que más apoya a Sanders no acude a las urnas en grandes números, eso lo ayuda muy poco.
No importa por cuánto tiempo Sanders siga en la contienda, el resurgimiento de Biden reveló que, en el fondo, Sanders es en cierta forma una causa más que un candidato. Y en Estados Unidos, los movimientos políticos raramente llevan a victorias en las elecciones nacionales.
Parece además que el equipo de Sanders subestimó el hecho de que los suburbios se alejaban de Trump y se acercaban a los demócratas centristas que fueron vitales para que el partido recuperase el control de la Cámara de Representantes en el 2018.
El apoyo de Sanders al socialismo democrático asusta especialmente a esos moderados que, por encima de todo, buscan al candidato más “elegible” para enfrentarse con Trump en el otoño.
A falta de Hillary Clinton como contrapunto en 2020, la atracción de Sanders no parece extenderse más allá de sus partidarios más leales. Trump podría enfrentar el mismo problema en noviembre.