Tras la derrota electoral Trump busca darle el tiro de gracia al Obamacare
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Después de la derrota electoral el gobierno de Donald Trump van a presenta nuevos argumentos en la Corte Suprema de Estados Unidos para tratar de eliminar la Ley de Cuidado de Salud Asequible mejor conocida como Obamacare, un objetivo de Trump que ha fracasado reiteradamente en el Congreso y los tribunales.
Una semana después de la elección, funcionarios republicanos y el gobierno del presidente Donald Trump presentarán nuevos argumentos para tratar de eliminar la Ley de Cuidado de Salud Asequible, un objetivo que ha fracasado reiteradamente en el Congreso y los tribunales.
En alegatos previstos en las próximas horas, la Corte Suprema abordará por tercera vez la ley sancionada hace 10 años conocida como “Obamacare”. Secretarios de justicia republicanos de 18 estados y el gobierno quieren anular la ley, lo que despojaría del seguro de salud a más de 23 millones de personas.
Se prevé que el presidente electo Joe Biden pronuncie un discurso al respecto en la siguientes horas.
Esto eliminaría las protecciones para personas con trastornos de salud preexistentes, las primas subsidiadas de seguros que vuelven asequible la cobertura para millones de personas y una expansión del programa Medicaid disponible para las personas de bajos ingresos en la mayoría de los estados.
California encabeza un grupo de estados gobernados por los demócratas que pide a la corte que mantenga la ley.
El caso llega ante una corte con tres jueces designados por Trump: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett, quien ingresó al alto tribunal el mes pasado tras un proceso acelerado de confirmación para suceder a la difunta Ruth Bader Ginsburg.
Los tres designados por Trump nunca han fallado sobre el contenido de la ley. Sin embargo, Barrett ha criticado las resoluciones anteriores de la corte que ratificaron la ley, ambas redactadas por el presidente del tribunal, John Roberts.
El hecho de haber postergado la audiencia para después de las elecciones podría afectar el caso, ya que el presidente electo Joe Biden es un firme partidario de la ley promulgada por el gobierno de Barack Obama, del cual era vicepresidente.
En 2017, el Congreso controlado por los republicanos redujo a cero la sanción por no tener seguro de salud. Con ello, la obligatoriedad de tener seguro de salud es inconstitucional, sostienen los republicanos.
Hay mucho en juego
Cuando la Corte Suprema sopese el destino del “Obamacare” hoy, los argumentos girarán en torno a puntos arcanos de la ley, como la divisibilidad, que se refiere a si los jueces pueden amputar parte de la ley y dejar el resto vigente.
Pero lo que está en juego tiene consecuencias en el mundo real para prácticamente todos los estadounidenses, al igual que para el sector salud, una importante fuente de empleos y de ingresos fiscales. Si la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) se mantiene, es eliminada o queda sujeta a cambios significativos, ello afectará la forma como la gente vive en Estados Unidos.
El gobierno del presidente Donald Trump y los estados conservadores argumentan que la ley de 10 años de antigüedad se volvió inconstitucional en su totalidad cuando el Congreso redujo a cero una penalización para los que no contrataran un seguro. La corte se inclina con firmeza en dirección de la derecha política durante el gobierno de Trump. A continuación presentamos un vistazo sobre lo que está en juego si se imponen los opositores a dicha ley:
COVID-19, NUEVA ENFERMEDAD PREEXISTENTE
Antes de la ACA, las aseguradoras podían negarle una póliza individual de gastos médicos a una persona, o cobrarle más, con base en sus antecedentes médicos. El organismo apartidista Kaiser Family Foundation calcula que aproximadamente 54 millones de adultos en edad laboral tienen problemas de salud que les habrían imposibilitado adquirir un seguro antes de la ley promovida por el presidente Barack Obama.
Decenas de millones más tienen problemas de salud u otras características que los habrían obligado a pagar primas más elevadas. Una de ellas es ser del género femenino, ya que las aseguradoras solían cobrarle más a las mujeres.
El COVID-19 se convertiría en la enfermedad preexistente más nueva en Estados Unidos, pues más de 10 millones de personas han dado positivo hasta ahora.
De acuerdo con la ACA, un caso de coronavirus no puede ser esgrimido como razón válida para denegarle a alguien la cobertura ni para cobrarle más. Si el Obamacare es derogado, eso se convierte en una interrogante real con la que hay que lidiar.
Trump prometió proteger siempre a las personas con problemas de salud preexistentes, pero nunca dijo cómo lo haría.
COBERTURA PARA 20 MILLONES DE PERSONAS
Los dos principales programas de la ACA para cubrir a las personas que carecen de seguro médico serían eliminados si la ley es revocada, dejando a más de 20 millones de personas sin cobertura, a menos que el Congreso pueda establecer una nueva red de seguridad para protegerlas.
Aproximadamente 12 millones de personas de bajos ingresos están cubiertas a través de la expansión del servicio Medicaid ordenada por la ley de salud, ahora disponible en la mayoría de los estados. La mayor parte de ellas son adultos que trabajan en empleos con sueldos relativamente bajos y que no cuentan con seguro de gastos médicos como prestación. Algunos han perdido su trabajo en negocios como hoteles, restaurantes y cines, todos los cuales continúan en apuros debido a la pandemia.
Otro grupo, de más de 11 millones de personas, tiene cobertura privada adquirida a través de mercados privados subsidiados por los contribuyentes tales como HealthCare.gov
Eso también está en riesgo.
PREVENCIÓN
La mayoría de las mujeres estadounidenses en la actualidad no pagan nada de su bolsillo por las medidas para el control de natalidad. Con el ACA, eso está cubierto como un servicio preventivo, gratuito para el paciente.
Muchos otros servicios, desde las colonoscopías hasta las vacunas contra la influenza, también son gratis.
Si la gente vuelve a tener que desembolsar copagos por los servicios de salud preventivos de rutina, eso podría desalentar a muchos de acudir a exámenes que han demostrado detectar enfermedades como el cáncer en sus primeras etapas, cuando son más fáciles de tratar.
BRECHA EN MEDICARE
El Obamacare dio los primeros pasos importantes para cerrar el impopular “hoyo de dona” del Medicare, una brecha en la cobertura que solía dejar a los adultos mayores con cuentas de cientos de dólares por medicamentos de receta. Posteriormente el Congreso aceleró el calendario para ponerle fin.
La derogación de la ACA podría significar la reaparición de dicha brecha en la cobertura, lo cual seguramente hará enfurecer a muchos votantes de edad avanzada, muchos de los cuales dicen que sus medicinas siguen siendo muy caras.
Esa es sólo una de muchas posibles consecuencias en el Medicare. La ACA impuso una demora en los pagos a hospitales y aseguradoras para extender la vida del fondo fiduciario de ese servicio de salud para los adultos mayores.
PERMANENCIA DE JÓVENES EN SEGURO DE SUS PADRES
Uno de los primeros beneficios en entrar en vigor tras la aprobación del Obamacare fue la exigencia de que las aseguradoras les permitieran a los adultos jóvenes seguir bajo la cobertura de las pólizas de sus padres hasta que cumplieran 26 años.
Eso les proporcionó una pista de despegue económico más larga a millones de adultos jóvenes, que en esa época estaban en apuros debido a los persistentes efectos de la Gran Recesión. En la actualidad padecen las consecuencias del coronavirus sobre la economía.
Antes de que la ACA ordenara esa extensión en la cobertura, las aseguradoras solían sacar a los adultos jóvenes del plan de sus padres cuando se graduaban de sus carreras.
RECORTE FISCAL PARA LOS RICOS
El Obamacare le aumentó los impuestos a los individuos con mayores ingresos para ayudar a financiar la expansión en la cobertura.
Si toda la ley es derogada, eso le proporcionaría un recorte fiscal a las personas acaudaladas, muchas de las cuales han escapado a la sacudida económica generada por la pandemia de COVID-19 porque los inversionistas bursátiles han seguido teniendo rendimientos.
UN ENREDO POLÍTICO
La aprobación de la ACA de más de 900 páginas fue un desafío político que se llevó más de un año en una época en que los demócratas controlaban la Casa Blanca y las dos cámaras del Congreso.
El organizar un reemplazo con un gobierno dividido sería un rompecabezas político de mayor dificultad. Ni los demócratas ni los republicanos están de acuerdo siquiera entre sus propias filas sobre cómo debería ser.
Joe Biden continuaría fortaleciendo la ACA como presidente al agregarle una nueva opción de seguro público de salud. Pero los liberales de su partido desean un sistema operado por el gobierno para todos los estadounidenses, incluyendo los 160 millones que están cubiertos a través de planes contratados por su empleador.
Mientras tanto, muchos republicanos quieren reducir el respaldo gubernamental a los servicios de salud. Efectuarían profundos recortes al financiamiento para el Medicaid y dejarían los mercados de seguros de la ACA como una opción para cada estado. La protección para las personas con enfermedades preexistentes se vería erosionada bajo nuevas normas.
En una ocasión Trump dijo: “Nadie sabía que los servicios de salud podían ser tan complicados". Eso fue en 2017, cuando él y un Congreso controlado por los republicanos tenían esperanzas en poder “revocar y reemplazar" la ACA.
Eso no ocurrió en ese entonces porque los republicanos nunca pudieron ponerse de acuerdo en torno a cuáles serían las características de un reemplazo.
Y ya en el 2020, los servicios de salud se han complicado más.