Truama y dolor: A 10 años de Atenco mujeres víctimas de tortura sexual cuentan cómo cambió su vida

Internacional
/ 24 septiembre 2016

Las mujeres que fueron detenidas y torturadas sexualmente en Atenco, en 2006, narraron a The New York Times cómo cambió su vida y que pasó con su petición de justicia.

Durante el operativo policiaco de mayo de 2006 en San Salvador Atenco, en el Estado de México, más de 20 mujeres fueron víctimas de detenciones arbitrarias y torturas sexuales, dos adolescentes murieron y más de 200 personas fueron detenidas, aunque sólo 12 estuvieron en prisión.

De las 20 mujeres detenidas y agredidas sexualmente, 11 emprendieron una lucha para que el caso llegara a instancias internacionales. Diez años después, estas mujeres relataron a The New York Times “el trauma y el dolor con el que han vivido desde entonces”.
Suhelen Cuevas, una de las víctimas del operativo, cuenta que soñaba con ser periodista y llegó a San Salvador Atenco para cubrir los enfrentamientos que habían ocurrido en el municipio.


Norma Jiménez, Claudia Hernández y Patricia Torres eran estudiantes y se encontraban ahí para documentar lo sucedido; una de ellas para una revista, y las otras dos para estudiar movimientos sociales.

Algunas otras mujeres, como Cristina Sánchez y Ana María Velasco, se dirigían al mercado o se encontraban en la calle, rumbo a diferentes lugares, a donde acompañarían a algún familiar o conocido, o donde realizarían sus actividades cotidianas.

Para ellas, ese fue “el último momento en que fueron tal como eran, antes de que sus biografías se partieran en dos”.

En 2009, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que las personas detenidas en el operativo eran inocentes y que el entonces gobernador y ahora presidente, Enrique Peña Nieto, así como el entonces secretario de Seguridad Pública Federal, Eduardo Medina Mora, ahora ministro de la SCJN, quedaban exonerados de toda culpa.

Además, de los 16 agentes que fueron procesados por los hechos, calificados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) como “presuntos delitos”, 15 fueron liberados sin cargos. El otro agente, Doroteo Blas Marcelo, fue sentenciado a tres años de cárcel por “actos libidinosos”, a pesar de que pudo ser reconocido plenamente por una de las víctimas de violación; sin embargo, gracias a un amparo, jamás estuvo en prisión.

Aquí puedes leer el artículo completo en The New York Times.

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