Libran batalla campal por traslado de la Guardia Nacional
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CDMX.- El oficialismo y la oposición se enfundaron en sus trajes de guerra para fijar postura, pero también para descalificarse durante el ríspido, largo y, por momentos, tenso debate de la reforma presidencial que trasladó la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo cual fue calificado como la militarización de la institución insignia de la llamada 4T.
Por más de 12 horas, la sesión del Senado fue una artillería verbal que citó a los clásicos, los héroes patrios, los traidores de la historia, los tiranos del mundo, para defender la reforma presidencial o advertir del grave riesgo de un gobierno apoyado en las botas de militares, que lo mismo construye trenes y aeropuertos, vigila vacunas, reparte juguetes, controla aduanas y ahora será la policía militar del país.
La sesión fue también la crónica de un voto anunciado y después criticado. Si bien la abstención del coordinador de Morena, Ricardo Monreal, no pesó en el marcador final —71 votos a favor, 51 en contra y una abstención— sí tuvo una repercusión política que retumbó en la conferencia mañanera, paradójicamente desde tierras zacatecanas, con un mensaje a quien califican de “rebelde” y acusan de avalar “la falsedad, la hipocresía y la politiquería” de los conservadores.
En lo más álgido, la senadora panista Lilly Téllez encendió los ánimos y el malestar del oficialismo cuando criticó la política del gobierno en materia de seguridad. Acusó un pacto con la delincuencia y responsabilizó a los senadores de ser cómplices del presidente López Obrador y de ser “súbditos del pejelagarto”.