Reflexiona Xóchitl Gálvez de elección presidencial: ‘Párenle al odio, a la polarización’
La ex candidata presidencial hace un recuento de una campaña de contrastes, de su felicitación a Sheinbaum y el regaño que recibió de Marko Cortés
Xóchitl Gálvez abre un expediente que explica los contrastes de su campaña. Otea hacia atrás para fortalecer su mira hacia adelante. No transmite resentimientos pero sí clava alfileres para apuntar responsabilidades.
“Estoy bien, estoy reconciliada con mi derrota, estoy en paz, estoy tranquila; hice lo que tenía que hacer, no dejé nada”, dice apenas se sienta para su primera entrevista tras la dura elección del 2 de junio.
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Recuerda justamente que fue hace un año, un 12 de junio, cuando al amanecer acudió al Palacio Nacional a tocar la puerta para reclamar derecho de réplica por las recriminaciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre su presunto rechazo a dar constitucionalidad a los programas sociales de la 4T.
“Esa mentira me acompañó toda la campaña. Que el Presidente dijera que yo, en la Feria del Libro de Guadalajara, había planteado quitar los programas sociales era una infamia”, afirma.
“Nunca sabremos qué hubiera pasado si el Presidente me hubiera permitido aclarar que no iba a quitar los programas sociales” .Y es un hilo de su balance: la intromisión presidencial fue una carga inequitativa que le frenó su pelea.
“En el fútbol, cuando sacan dos tarjetas amarillas te expulsan a la segunda. Aquí al Presidente le sacaron 34 tarjetas amarillas y no fue expulsado nunca de la contienda presidencial”.
“Sobre toda la intervención del Presidente de manera sistemática en la mañanera. El referirse a mí de manera peyorativa, decir que un grupo de hombres me habían puesto, casi, casi que era un globo que se había desinflado”.
“El Presidente es un hombre misógino, es un hombre machista. Eso sí acabó afectándome la contienda por la participación directa del Presidente de la República”, señala.
CUESTIONA A LAS AUTORIDADES ELECTORALES
“El INE era un árbitro blandengue. Un árbitro que nunca tomó la decisión, por ejemplo, cuando le pedimos hacer una campaña para decirle a la gente que los programas sociales eran recursos públicos que no le pertenecían a ningún partido político. No quise entrarle a una campaña agresiva cuando le pedimos que suspendiera las mañaneras, porque las mañaneras estaban siendo usadas como propaganda política. Tampoco le quiso entrar”, reprocha.
“Y el Tribunal Electoral federal, a diferencia de la campaña de (Felipe) Calderón con el actual Presidente, cuando los empresarios sacaron una publicidad de que 'era un peligro para México', se buscaron los mecanismos y bajaron la campaña. En ese momento el Tribunal tuvo más agallas para poner un hasta aquí a cierta inequidad en la campaña. Hoy, el Tribunal ni siquiera ha resuelto las treinta y tantas quejas que el INE puso, no las ha ratificado”.
“Antes de calificar la elección va a tener que resolver todas estas quejas de inequidad”, sostiene.
-Hablas de la inequidad, pero tu vicecoordinador, Max Cortázar, afirma que ustedes no tenían dinero del PAN.
“Nosotros no manejamos un solo peso del PAN. Teníamos que pedirle al PAN todo lo que necesitábamos. Los espectaculares. ellos decidieron en dónde, cómo y cuándo. Max no podía decidir 'yo quiero un espectacular en Periférico e Insurgentes', que es un lugar estratégico”.
-¿Cómo que no podía decidir?
“No, lo decidió el partido. El partido nos dijo 'ya contraté tantos espectaculares'. Cuando cuestionamos, nos dijeron 'es que lo hice desde hace seis meses', y por eso fue un precio competitivo, aparentemente, pero ya no podíamos opinar sobre ese tema. La publicidad fue muy difícil que llegara”.
-¿Tú no tenías mando sobre la publicidad?
“Lo que nosotros decíamos que, en la primera etapa, necesitábamos que desaparecieran un poco los partidos y emergiera más la candidatura ciudadana, porque yo había llegado por un impulso ciudadano de más de un millón de firmas. Necesitábamos acortar tiempo, pero el convenio de coalición, era 50 (por ciento partidos) y 50 (campaña presidencial), y no nos quedó de otra más que adaptarnos a eso. En otros momentos, los partidos se han endeudado para apoyar al candidato presidencial. En este caso no se hizo así. No había un mensaje único. No se pudo. No quiero tampoco reclamarle a los partidos, pero hubiera esperado algo más de ellos. Seguramente ellos tendrán muchos reclamos hacia mi persona. Pensarán que pude haber sido una mejor candidata. Seguramente habrá quien crea que la derrota es por responsabilidad mía”.
-La ex candidata de la alianza opositora alarga otro hilo de su balance:
Los partidos no solo regateaban a su campaña; sus estructuras de militancia eran inexistentes.
“Lo que sí me di cuenta es que en los estados no se ha hecho un trabajo partidista de la dimensión que Morena estaba haciendo. Se ha abandonado mucho el trabajo territorial. Por ejemplo, cuando visité Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, me di cuenta de la poca estructura que había de los tres partidos. Ya no digas de uno u otro”.
CUENTA DE LAS TENSIONES
La mayor, una discusión en el cuarto de guerra en el piso 42 de un hotel de Polanco, cuando Marko Cortés le reclamó su celebración a Claudia Sheinbaum.
“Llego al Hotel Presidente alrededor de las 6 de la tarde, y no estaban los presidentes de los partidos porque se habían ido al World Trade Center con Santiago Taboada, a cantar victoria. “Me dijeron que habíamos ganado la Ciudad y que por eso los presidentes se habían ido, que las encuestas de salida eran muy favorables. Yo ya tenía la información de que las encuestas de salida para la Presidencia habían dado resultados muy contradictorios, que había respuestas del 60 por ciento en un caso y del 70 por ciento en el otro y, ante esa evidencia, no había manera de saber que había pasado en la elección”, detalla.
“Eso es lo que yo sabía a las 6 de la tarde. A las 7 de la noche, me dicen que efectivamente ganamos la Ciudad, que ganamos Veracruz, que ganamos Puebla, que ganamos Yucatán, que ganamos Guanajuato, que ganamos Morelos...”.
-¿Te engañaron, Xóchitl?
“No, tampoco soy inocente. Decía que había evidencia o había proyecciones, porque la palabra proyecciones fue algo que surgió el domingo. Y en el momento que sale el conteo rápido, que es contundente, más o menos 11:30 de la noche, creo que sale”.
-¿Qué sientes al escuchar a Guadalupe Taddei?
“Para mí es contundente, porque soy matemática y sí entiendo lo que es el conteo rápido. Entiendo que mucha gente esté enojada conmigo porque se seguían contando votos; nada más que el conteo rápido está diseñado para que sea una muestra representativa de todo el País, de manera que el resultado sea muy cercano a la realidad. En ese momento, para mí el conteo rápido sí tiene una validez técnica que no deja ninguna duda. Y en ese momento yo le marco a Claudia”.
-¿Es decisión tuya?
“Absolutamente. Le pido a Max que me comunique con Claudia, porque me parece que en una democracia es tu deber reconocer tu derrota. Es lo ético, es lo que debe de hacer un demócrata. Y lo hago convencida, le marco. No le aviso que no haga pública la llamada. Ella hace pública mi llamada, la ve Marko Cortés por la tele seguramente, y sube bastante enojado. Nunca dijimos que yo no podía llamarle a Claudia”.
-Le llamas a Claudia y ¿qué te dice?
“Me agradece la llamada y la felicito. No la esperaba, supongo. La agradece, la felicito y ella dice: ‘Me acaba de felicitar Xóchitl’. No falta la verdad, yo la felicité. Cuando estamos escribiendo el discurso del reconocimiento de la derrota, que salgo con los presidentes de los partidos, tenía escrita la felicitación en el discurso. Yo suelo escribir los discursos y, en ese momento, Marko pide que se quite la parte de la felicitación y se arma un debate fuerte. Muchos hombres, al igual que el Presidente, tienen que aprender a manejar su masculinidad. Muchos hombres creen que gritando, que ofendiendo a las mujeres, resuelven los problemas. Creo que también los hombres tienen que entender que las mujeres ejercemos la política de una manera distinta. Para mí lo correcto era felicitar a Claudia y no lo dudé”.
-¿Y te gritó Marko?
“Levantó la voz de manera innecesaria, fue muy reiterativo. Estaba ahí Juan (Pardinas), y Juan sí se le enfrentó duro, porque, además, era la segunda vez que ocurría. Había ocurrido con el primer debate. En su forma de decir las cosas es altisonante. Levantando demasiado la voz. Nunca nos mentamos la madre. Eso sí es falso. Pero se quita del discurso la felicitación a Claudia”.
-¿No bajas los brazos en la impugnación?
“No, es una cosa distinta. Hago la impugnación porque tengo pruebas, porque durante todo el proceso presenté pruebas de la inequidad, de las mañaneras donde el Presidente me agredió, de las mañaneras donde el Presidente favoreció de manera directa a Claudia. ¿Qué estaría esperando?, una amonestación al Presidente, clara y contundente por parte del Tribunal, porque lo hizo con Fox. En 2006 se reconoció el triunfo de Calderón, pero se señaló expresamente una intervención del Presidente Fox. ¿Y qué dio como resultado? Una reforma electoral. Esa iniciativa de reforma la voy a presentar como senadora: que la intervención del Presidente en la elección sea considerada traición a la patria, para que se pueda anular la elección”.
-Hablamos ya de los partidos, pero tú fuiste la candidata. ¿Cometiste errores?
“No puedo decir exactamente cuál error, pero, por ejemplo, yo no podía decidir sobre las candidaturas, quiénes iban a diputados o a senadores. Fue una decisión de los partidos. Hay quien cree que fue un error mío no negociarlo antes de aceptar la candidata. No creo que lo hubieran aceptado los partidos. Pero también hubo muchos aciertos”.
-El tema de los Xochilovers fue algo interesante que pasó. ¿Cómo se movilizó la sociedad civil?
“Hacía rato que no teníamos, digamos, tres manifestaciones en el Zócalo. Lo que tiene que entender la sociedad civil es que no sólo se tiene que activar de vez en cuando. El gran reto que viene es ¿cómo seguimos trabajando en una agenda ciudadana?”.
-¿Traiciones, traidores en tu campaña?
“Los que te hablan para darte datos imprecisos. Hay cosas que no son ciertas. Yo no manejé dinero de la campaña. Yo no manejé un peso de la campaña. Eso es lo que había. Porque, además, muchos siempre vieron que no había mucha chance de ganar. Todo el mundo decía ‘está durísimo’. Pero, al final de cuentas, se movió, se emocionó. La esperanza sí cambió de manos por un rato. No nos alcanzó. ¿Qué nos toca?, seguir trabajando”.
-¿Es la Marea Rosa tu próximo partido político?
“No, primero tengo que regresar a los estados, reunirme con todos los que me apoyaron, unos más que otros, los que organizaban grupos, los que hacían eventos. Eso no tiene precio”.
-Difícil dar la vuelta a la página, supongo Xóchitl, pero tendremos una presidenta llamada Claudia Sheinbaum. Tú le dijiste dama de hielo, insensible, pero ahora la vas a tener de Presidenta.
“Tenemos varias coincidencias. Nos conocemos. Llegamos a ser cercanas. ¿Qué coincidencia? Creo que ella va a tener una prueba tremenda, que es el tema de la Suprema Corte de Justicia. Si realmente quiere escuchar, yo como senadora, voy a hacer una propuesta en materia de justicia. Una propuesta sin odio, sin dolo, sin ganas de polarizar más, sino de buscar que realmente se haga justicia. Tengo una hermana que va a cumplir 12 años en la cárcel, que no tiene sentencia. Si alguien sabe cómo está el tema de la justicia, es una servidora. Es muy importante que ella no se dé un balazo en el pie. Porque no sólo le va mal a ella, le va mal a todos los mexicanos”.
-¿Qué es no darse un balazo en el pie?
“Hacer una reforma que traiga inestabilidad a las inversiones, al País. Lo que más nos conviene es dar certeza jurídica. No digo que vengan empresas corruptas, pero las empresas necesitan saber que sus inversiones están seguras”.
“Ella tiene que mandar un mensaje de tranquilidad y no de la irresponsabilidad con la que el Presidente se ha conducido. Que el Presidente quiera sacar la reforma en septiembre, me parece una falta de respeto para la próxima Presidenta de México. En ese sentido, estoy dispuesta a aportar lo que tenga que aportar para buscar conciliación, y ojalá esa reforma se sacara por consenso de todos los partidos. Vi mucho sufrimiento en todo el País. Abracé a muchas mujeres con cáncer que, al no haber Seguro Popular, no tienen la certeza si van a librar o no el cáncer. Abracé a muchas madres buscadoras. Creo que ahí están las coincidencias, y donde haga las cosas bien se lo voy a aplaudir. Si hay cosas que se pueden hacer mejor, le daré mi punto de vista. Probablemente no me escuchará, pero no importa”.
-¿Te sentarías con Claudia Sheinbaum a conversar y decirle este es el país que te propongo, en esto te puedo ayudar?
“Por mi parte, sí. Aquí la pregunta es hacia ella. Si está dispuesto a escuchar a la Oposición o quiere seguirla pisoteando, como lo ha hecho el Presidente. Esa decisión la tiene que tomarla. En su discurso de inicio dibujó la posibilidad de gobernar un País con conciliación, pero a veces pareciera que el Presidente le gana la tentación de seguir gobernando él. Era acertada su decisión de esperar el tema de la reforma judicial. Ya había mandado un mensaje de tranquilidad a los mercados y venta el Presidente el viernes a decir 'es primero la justicia que los mercados'”.
“Lo que tiene que hacer el Presidente es dejarla en paz. Que ella gobierne con su toque, con su estilo, con su manera, y que él sí se vaya al rancho. En ese sentido, jamás le apostaría que al País le vaya mal. No tengo odio en mi corazón”.
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