De esta manera el padre Maciel violó a más de 60 niños, incluidos sus propios hijos

México
/ 5 agosto 2025

En unos días será estrenada la serie que abordará su macabra vida

El próximo jueves 14 de agosto, HBO Max lanzará la serie documental “Marcial Maciel: El lobo de Dios”, una producción que examina una de las figuras más controvertidas de la Iglesia Católica contemporánea. La serie retoma uno de los casos más escalofriantes de abuso clerical y encubrimiento sistemático: el del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado.

Maciel murió en 2008 sin haber enfrentado consecuencias penales, protegido tanto por los Legionarios como por altas esferas del Vaticano. Apenas dos años antes de su fallecimiento, el Papa Benedicto XVI lo había sancionado con una vida de retiro y oración, sin proceso judicial ni mayor repercusión institucional.

A lo largo de varias décadas, al menos 60 menores de edad —incluidos algunos de sus propios hijos— fueron víctimas de abuso sexual por parte de Maciel. El sacerdote utilizó su posición clerical para acercarse a niños y adolescentes, valiéndose del respeto que inspiraba su investidura y de una red de complicidad interna que lo blindó frente a las denuncias.

Antes de fundar oficialmente la congregación de los Legionarios de Cristo, Maciel ya recorría pueblos mexicanos en busca de jóvenes a quienes ofrecía formación religiosa en un supuesto colegio. El patrón era claro: prefería niños blancos, delgados y de apariencia frágil. Esa preferencia era también parte de una estrategia de captación más amplia: ofrecer una vida prometedora, con instalaciones modernas y viajes al extranjero, a cambio de sumisión total.

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Uno de los testimonios más contundentes es el de Juan José Vaca, quien fue miembro de la Legión desde los 10 hasta los 29 años. Reclutado en México, fue trasladado a Roma por Maciel, quien lo convirtió en su favorito y víctima frecuente. Según narra en el libro “Marcial Maciel: Historia de un criminal”, escrito por la periodista Carmen Aristegui, los abusos comenzaron en 1949, cuando Vaca tenía apenas 12 años.

Maciel le pedía “ayuda” alegando dolores físicos, y lo inducía a realizarle actos sexuales, que luego justificaba como “actos de caridad”. Bajo una lógica manipuladora, explicaba que esos encuentros no eran pecaminosos, sino necesarios para su salud.

“Lo que tú hiciste fue ayudarme a salir de mi dolor”, le decía. Aquella relación se prolongó durante años, durante los cuales Vaca fue también obligado a conseguirle drogas y alcohol. Ante un intento de denuncia interna, fue castigado y enviado a un colegio en España por seis años. Años más tarde, el propio Maciel intentaría sobornarlo con un alto cargo para evitar su testimonio.

Otro exmiembro de la Legión, Arturo Jurado, ingresó a los nueve años tras ser reclutado en Guanajuato. Relata que Maciel utilizaba su figura de autoridad religiosa para chantajear emocionalmente a las familias. En su caso, su madre fue presionada con argumentos religiosos para permitir su ingreso al seminario.

Jurado también fue víctima de abusos bajo pretextos similares. En su testimonio señala que Maciel tenía una clara preferencia por niños vírgenes, y que en la congregación se enseñaba que quienes abandonaran la Legión serían castigados eternamente por los demonios, lo que generaba un miedo profundo y paralizante.

En 1976, Jurado fue uno de los ocho exlegionarios que firmaron una carta dirigida al Papa Juan Pablo II para denunciar los abusos sistemáticos cometidos por Maciel. Sin embargo, el entonces pontífice no actuó, y Maciel continuó siendo protegido dentro de la Iglesia.

Durante décadas, las denuncias fueron ignoradas o desestimadas. Maciel mantuvo cercanía con figuras clave del Vaticano, incluyendo al Papa Juan Pablo II, bajo cuya protección consolidó su poder dentro de la Iglesia y expandió la presencia internacional de los Legionarios de Cristo.

Solo hasta 2006, bajo el pontificado de Benedicto XVI, se emitió una sanción leve: se le ordenó una vida de retiro, sin funciones públicas. Maciel falleció dos años después, sin haber enfrentado cargos judiciales, sin pedir perdón y sin ser expulsado formalmente de la Iglesia.

La historia de Marcial Maciel representa uno de los ejemplos más graves de abuso de poder dentro de la Iglesia Católica. No solo por la magnitud de los crímenes cometidos, sino por la red de complicidad que le permitió operar durante tanto tiempo. La nueva serie documental de HBO busca arrojar luz sobre este episodio oscuro, ofreciendo un espacio para que las voces de las víctimas sean escuchadas y para que la memoria colectiva no olvide lo que ocurrió.

Hoy, a más de una década de su muerte, el legado de impunidad en torno a Maciel sigue siendo una herida abierta para quienes vivieron bajo su dominio, y un llamado urgente a revisar las estructuras eclesiásticas que aún permiten el silencio ante el abuso.

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Becario del Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico (PECDA Coahuila, 2015) en el área de cuento, y del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA 2020) en el área de Novela. Ha publicado cuentos en antologías de México y Estados Unidos. Autor de la novela “Madre Araña” (Secretaría de Cultura de Coahuila 2019 / Ediciones Periféricas 2021).

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