Masacre de Allende... Así fue como Los Zetas del Z-40 y Z-42 tomaron la ciudad y la traición que desató la pesadilla

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Descubre la verdad sobre la Masacre de Allende, el brutal ataque ordenado por Los Zetas que devastó un pueblo en Coahuila
El 18 de marzo de 2011, la pequeña localidad de Allende, Coahuila, fue escenario de una de las peores masacres en la historia del narcotráfico en México. Durante un fin de semana, el grupo criminal Los Zetas tomó el control del pueblo, dejando a su paso una estela de desapariciones, muerte y destrucción.
A día de hoy, el número exacto de víctimas sigue sin esclarecerse. De manera oficial, se han reconocido 26 desaparecidos, pero investigaciones periodísticas y testimonios apuntan a que la cifra real podría alcanzar las 300 personas.
LA TRAICIÓN QUE DESENCADENÓ EL ATAQUE
Los responsables de esta masacre fueron Miguel Ángel Treviño Morales, alias Z-40, y Omar Treviño Morales, alias Z-42, exlíderes de Los Zetas. Su brutal represalia fue consecuencia de una supuesta traición dentro del cártel. Alfonso “Poncho” Cuéllar, Héctor “El Negro” Moreno y Luis “La Güiche” Garza, operadores del grupo criminal, fueron acusados de haber proporcionado información a las autoridades estadounidenses y de robar hasta 10 millones de dólares en ganancias del narcotráfico.
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Para dar un mensaje de advertencia, los Treviño Morales ordenaron la exterminación no solo de los presuntos traidores, sino también de sus familias y allegados.
EL HORROR EN LAS CALLES DE ALLENDE
La tarde del 18 de marzo, cerca de 60 sicarios ingresaron a Allende en convoyes de camionetas de lujo, fuertemente armados. Se dirigieron al rancho Los Garza, donde secuestraron a todos los presentes y destruyeron la propiedad.
El caos se extendió rápidamente. Durante las siguientes 48 horas, los sicarios recorrieron el pueblo, irrumpieron en casas, saquearon y asesinaron. Algunas víctimas fueron llevadas a los ranchos Los Garza y Los Tres Hermanos, donde sus cuerpos fueron incinerados en tambos de metal con gasolina.
Los ataques no se limitaron a Allende. Habitantes de Piedras Negras, Acuña, Nava y Villa Unión también fueron víctimas de la violencia.
LA COMPLICIDAD DE LAS AUTORIDADES
Uno de los aspectos más escalofriantes del caso es la inacción de las autoridades. Según un informe del Colegio de México, la Policía Municipal recibió órdenes de no intervenir. No hubo presencia del Ejército ni de la Policía Federal. Durante tres días, Los Zetas operaron con total impunidad.
UN ERROR DE LA DEA QUE COSTÓ VIDAS
En 2017, la periodista Ginger Thompson reveló en ProPublica que la masacre pudo haber sido consecuencia de una filtración por parte de la DEA. Informantes estadounidenses entregaron a la agencia números telefónicos de los Treviño Morales, pero al compartir esta información con las autoridades mexicanas, Los Zetas se enteraron de la traición y actuaron con extrema violencia.
Aunque la DEA ha negado su responsabilidad, el reportaje de Thompson sirvió de base para la serie documental Somos., estrenada en Netflix en 2021. La serie retrata los eventos desde la perspectiva de las víctimas y ayudó a dar visibilidad internacional a la tragedia.
SIN JUSTICIA, UNA DÉCADA DESPUÉS
A pesar del impacto de la masacre, las investigaciones comenzaron hasta 2014, cuando el periodista Diego Enrique Osorno sacó a la luz los hechos. En 2019, el gobierno mexicano emitió una disculpa pública, pero la justicia sigue sin llegar. La mayoría de los restos de las víctimas no han sido recuperados y no hay detenidos clave.
Los hermanos Z-40 y Z-42 fueron arrestados en 2013 y 2015, respectivamente. El 27 de febrero de 2025, fueron extraditados a Estados Unidos, donde enfrentan cargos de narcotráfico, homicidio y crimen organizado. Si son hallados culpables, podrían recibir cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
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DATO CURIOSO: LA SERIE QUE VISIBILIZÓ LA MASACRE
La serie Somos. de Netflix es una de las pocas producciones que narran un hecho real del narcotráfico desde la perspectiva de los civiles. Su impacto ayudó a visibilizar la masacre y a reabrir el debate sobre la impunidad del caso.
La Masacre de Allende sigue siendo una herida abierta. La falta de justicia y la impunidad con la que operaron Los Zetas reflejan el nivel de corrupción que ha permitido que tragedias como esta ocurran en México. A más de una década, las familias de las víctimas siguen buscando verdad y justicia.