¿Qué son los incels?... nombran a Lex Ashton como líder tras ataque en CCH Sur y ya crearon su club de fans
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El ataque en el CCH Sur reabre el debate sobre los incels en México. ¿Quiénes son, qué piensan y por qué Lex Ashton fue nombrado líder en redes tras la tragedia?
El 22 de septiembre de 2025, el CCH Sur de la UNAM se convirtió en escenario de una tragedia. Lex Ashton, de 19 años, atacó con un arma blanca a Jesús Israel Hernández, estudiante de 16 años, quien murió en el lugar. Durante el intento de detenerlo, Armando “N.”, trabajador administrativo de 65 años, resultó herido y trasladado a un hospital.
Tras el ataque, Ashton cayó desde el tercer piso del edificio “IM”, lo que le provocó fracturas en ambas piernas, traumatismo craneoencefálico y hemorragia cerebral. Hoy permanece hospitalizado bajo custodia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
LA RADICALIZACIÓN DIGITAL: LOS INCELS EN FACEBOOK
Lex Ashton participaba en comunidades incel (célibes involuntarios) en redes sociales, donde tras el ataque fue celebrado como “héroe” y nombrado “general”. En un grupo llamado Farmacia Curincels, se compartieron mensajes que justificaban la violencia contra los llamados “chads” (hombres exitosos) y “foids” (mujeres reducidas a su sexualidad).
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Los llamados “brocels” lo alentaban, y tras los hechos el grupo cambió de nombre a CuriWizards Proyectados 2, que hoy suma más de 6 mil miembros. En esos espacios lo llaman “leyenda” y prometen seguir “su trabajo”.
EL CLUB DE FANS DE LEX ASHTON
En redes sociales comenzó a circular un club de fans de Lex Ashton, donde se difunden frases que justifican el ataque y critican abiertamente al feminismo. En esos foros se comparten:
• Memes que ridiculizan a las mujeres.
• Mensajes que exaltan a Ashton como “héroe incel”.
• Críticas al movimiento feminista, el aborto y la equidad de género.
Algunos usuarios incluso compartieron números de WhatsApp para supuestamente organizar más actos violentos, mientras que otros se burlaron de Ashton porque “solo se fracturó las piernas” y no culminó con lo que había anunciado.
¿QUÉ SON LOS INCELS?
El término incel proviene del inglés involuntary celibate y describe a hombres que no logran establecer vínculos afectivos o sexuales. Aunque surgió en los noventa como un concepto para hablar de soledad, con el tiempo se transformó en un movimiento digital misógino y extremista.
• Se organizan en comunidades digitales que promueven odio contra las mujeres y los hombres considerados atractivos.
• Amnistía Internacional advierte que difunden antifeminismo y discursos extremistas.
• Investigadores como Florence Keen, del King’s College de Londres, han documentado más de 200 mil publicaciones al año en estos foros.
El psiquiatra Andrew Thomas, de la Universidad de Swansea, señala que este fenómeno se cruza con problemas de salud mental e aislamiento social. En México, la Secretaría de Salud estima que 3.6 millones de adultos padecen depresión y un 1 % enfrenta casos severos, lo que incrementa la vulnerabilidad de jóvenes como Ashton.
FACEBOOK Y LAS ARMAS: EL VACÍO EN LAS REGLAS
El caso también abrió el debate sobre lo que las redes sociales permiten. De acuerdo con las políticas de Meta, está prohibida la venta de armas, municiones y explosivos, pero no se restringe la publicación de imágenes donde aparezcan armas con fines recreativos o personales.
Esto explica por qué fotos de Ashton con cuchillos y otros objetos punzocortantes no fueron eliminadas, pese a las alertas sobre su conducta.
DATOS CURIOSOS SOBRE LOS INCELS
• El nombre incel fue acuñado por una mujer canadiense en los años noventa, pero el término fue apropiado después por comunidades misóginas.
• En foros de Estados Unidos y Reino Unido, figuras como Elliot Rodger han sido convertidas en “mártires” del movimiento.
• Algunos grupos incel usan un lenguaje en clave: “blackpill” (visión pesimista del mundo), “foid” (mujer), “chad” (hombre atractivo).
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El caso de Lex Ashton y los incels en México refleja cómo las comunidades digitales pueden transformar el resentimiento y la soledad en odio organizado.
Lo ocurrido en el CCH Sur no solo es un hecho de violencia escolar, sino también un recordatorio del peligro que representan los foros extremistas en internet y de la urgencia de abordar la salud mental juvenil antes de que la radicalización derive en tragedias reales.
