Se manifiestan a favor de la fiesta brava en el DF

Nacional
/ 29 septiembre 2015

    La calle frente a la Asamblea Legislativa del DF se convirtió en un ruedo; los aficionados a la fiesta taurina clamaban apoyando, esta vez, por que la función continúe

    MÉXICO, D.F.- "Toros sí, que siga la fiesta brava", gritaba una multitud que pintaban las calles de Donceles y Allende con sus camisas blancas y pañoletas rojas.

    La calle frente a la Asamblea Legislativa del DF se convirtió en un ruedo; los aficionados a la fiesta taurina clamaban apoyando, esta vez, por que la función continúe.

    "Toros sí, toros sí", gritaban al unísono unos 300 trabajadores de la tauromaquia, que defendían la tradición que, afirman, forma parte de la identidad mexicana.

    Empresarios, matadores, ganaderos, subalternos, sindicatos de comerciantes al interior de la Plaza México, torileros y taquilleros, todos los que perciben un ingreso directo o indirecto por las corridas de toros paseaban sus cartulinas frente al recinto legislativo, mientras la banda de la Monumental de Insurgentes interpretaba pasodobles.

    La respuesta no se hizo esperar. Del otro lado de la acera, los antitaurinos mantenían su postura contra lo que consideran crueldad y violencia. "Toros sí, toreros no".

    Ambos bandos estaban separados por una valla de uniformados que procuraba mantener los límites. Un joven, defensor de los derechos de los animales, logró escapar de los policías, levantó las manos en señal de victoria, mientras los gritos de apoyo y repudio se entremezclaban en medio de empujones y amenazas no cumplidas.

    Se enardecieron los ánimos, y como si fuera la plaza de toros, tambores ensordecían, uno fingía ser el toro; otro, el torero.

    Se registraron al menos tres conatos de bronca. El primero, el más violento, cuando un activista pro defensa de la vida animal pateó a Gilberto Ruiz, ex matador de toros y juez de La México; unos y otros se arremolinaron para soltar golpes, mas los uniformados evitaron un episodio de consecuencias mayores. El plantón se prolongó varias horas, más de tres.

    Pero adentro del recinto legislativo se decide todo. Entre las curules el ánimo es claro: una faena a las preguntas. Con cuchicheos aseguran que el dictamen no será subido al pleno para evitar golpes políticos en periodo electoral.

    Una representación taurina -encabezada por Juan Castañeda, gerente de la Plaza México; José Arroyo, empresario; Antonio Urrutia, presidente de la Asociación de Matadores, y Fernando García, secretario de Unión de Subalternos- tuvo acceso al recinto y entregó un documento sustentado en la economía que genera la fiesta brava.

    Castañeda explicó que se espera un nuevo análisis de la ley antes del 30 de abril, cuando concluye el periodo legislativo.
    La protesta llegó al Zócalo. Unos 50 jóvenes, de la asociación Derecho Sin Fronteras pidieron al jefe de gobierno que dé a conocer su postura.

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