Alertan sobre pérdida de manglares en Veracruz
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El bosque de manglares en la laguna costera de Mandinga, municipio de Alvarado, Veracruz, perdió 202 hectáreas en el periodo 1990-2000, debido a tala inmoderada y diversos factores de presión, revela una investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
México, DF. Javier Aldeco Ramírez, profesor-investigador del Departamento del Hombre y su Ambiente de la Unidad Xochimilco, dijo que la cifra representa casi el doble de la disminución sufrida la década anterior, una tasa alta en comparación con otras lagunas costeras.
Aldeco Ramírez quien coordina la investigación sobre la salud del sistema lagunar de Mandinga, expuso que las imágenes satelitales comparativas de los años 1970, 1980 y 2000 que presentan en su trabajo dan testimonio de esta destrucción.
Asimismo, dijo, justifican la necesidad urgente de conocer de forma pormenorizada el estado de los recursos manglares en el país.
En la localidad de Mandinga, los especialistas identificaron que los factores de presión para este sistema biológico son el desarrollo del turismo; un campo de golf en expansión; aumento en el número de construcciones de casas privadas, incluso en el muelle.
Asimismo, el incremento en las áreas de pastura para ganado vacuno, la contaminación del agua por descarga de aguas negras y desechos industriales que ha afectado la calidad de peces y crustáceos que se producen en esa localidad.
Carmen Osorio, estudiante de la licenciatura, subrayó que los manglares ofrecen importantes servicios ambientales como filtradores y barrera contra inundaciones de diferentes sistemas biológicos como los arrecifes de coral, son además un hábitat donde se reproducen y alimentan diversas especies acuáticas y mamíferos, y refugio de aves.
De igual manera, proporcionan subsistencia a los pobladores con el desarrollo de diferentes actividades económicas, en el caso estudiado se calcula que el valor anual de los servicios ofrecidos por cada hectárea varía entre los 10 mil y 16 mil dólares.
El diagnóstico integral de la salud del sistema manglar y de su cobertura se dio a conocer a los lugareños con el fin de incentivar su participación en la recuperación y protección de la laguna a través de la formación de un consejo.
Javier Aldeco consideró que una de las primeras demandas que el consejo debería impulsar es el cumplimiento irrestricto de la normatividad ambiental expresada en la Ley General del Equilibrio y la Protección del Ambiente y la Ley General de Vida Silvestre.
"Cada permiso de construcción que las autoridades gubernamentales otorgan las inmobiliarias implica la tala de manglares y constituye una seria afectación y un despojo a los habitantes de Mandinga.
"Conservar este ecosistema y su biodiversidad no es un romanticismo, estamos hablando de servicios ambientales para todos y particularmente de la sobrevivencia de una comunidad", puntualizó.