Andrea, la primera piloto aviador militar mexicana

Nacional
/ 22 septiembre 2015

Andrea Cruz tiene 21 años, es de origen oaxaqueño y su egreso del Colegio del Aire será histórico

EL SAUCILLO (Chihuahua).- En seis meses recibirá su título de licenciatura como piloto aviador militar. Será un hecho histórico porque Andrea Cruz Hernández es la primera mujer que podrá graduarse en el Colegio del Aire de Zapopan, Jalisco, una vez que haya concluido en el mes de julio sus estudios.

Hasta ahora ya ha piloteado en tres tipos de aviones de guerra pertenecientes a la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y asegura que solamente sintió miedo durante la aproximación a la pista de aterrizaje, pues es en ese momento cuando un piloto aviador demuestra sus capacidades.

Ella tiene 21 años de edad, es originaria de la ciudad de Oaxaca y asegura que será la Secretaría de la Defensa Nacional quien determinará, de acuerdo con sus capacidades técnicas y físicas, a dónde la enviará para incorporarse a la FAM.

También sabe que la carrera de las armas absorbe mucho tiempo y sobre todo aleja al soldado de la familia, pero confía en que sus padres y hermanos podrán ir a visitarla en donde esté.

Su objetivo en este momento como piloto aviador es incorporarse a una unidad de transporte aeromilitar, lo que le permitirá un ingreso a la FAM para tomar experiencia y a partir de ello determinará hacia dónde le interesa seguir su carrera.

Aseguró que su familia ha sido un gran apoyo para salir adelante en esta carrera, pues dice que "mi mamá es muy nerviosa, no quería riesgos para mí y para mi papá es su orgullo saber que estoy aquí".

Agrega que ella es la primera persona de su familia que tiene carrera militar y "ellos me dijeron: `lo que tú digas está bien, te vamos a apoyar', y cuando les dije que iba a ser piloto aviador militar mi papá muy orgulloso me llevó a ver qué se necesitaba para mi ingreso a la escuela".

Dice que su papá es licenciado en Derecho y su mamá es cirujano médico, carreras tradicionales. Ella no quiso ser igual, por lo que asegura que desde la secundaria pensó en que tenía que ser diferente su carrera, lo contrario de su hermana mayor que siguió los pasos de su padre en la abogacía.

Emocionada, Andrea recuerda la fecha del 27 de enero de 2009, cuando realizó su primer vuelo sola sobre las instalaciones de la Base Aérea Militar número cinco "Capitán Emilio Carranza R", que es parte de las instalaciones del Colegio del Aire en Zapopan, Jalisco.

Ese primer vuelo es evidente que lo lleva en la piel, lo siente, lo recuerda y lo vuelve a vivir cuando describe que por espacio de unos 30 minutos pudo poner en práctica toda la teoría.

Estaba piloteando a sus 19 años de edad un avión por completo, recuerda, desde el despegue hasta el aterrizaje.

La joven oaxaqueña estaba apenas en el segundo año de la carrera de piloto aviador militar y surcaba los cielos de su alma mater, por primera vez; sin embargo, eso era sólo el principio de lo que habrá de comenzar a consolidarse en el próximo mes de julio cuando reciba su título profesional y sus alas que llevará en la solapa de su uniforme y reciba el grado de teniente.

"Hay cosas que aún resultan difíciles para una mujer en una escuela militar; no todos piensan que una es capaz de desarrollar las habilidades y conocimientos igual que los hombres, pero ya hemos demostrado las mujeres que sí podemos estar en el mismo nivel de los hombres", advirtió.

Consideró que no es fácil, pero en algún momento tienen que hacerse las cosas y si bien algunas de sus compañeras que intentaron ingresar al Colegio del Aire hace cuatro años, no lo lograron, es porque es normal que haya personas rechazadas cuando intentan ir a una escuela.

Lo mismo ocurre con los hombres; muchos de ellos han sido rechazados a lo largo de la historia y no por ello son inferiores.

Andrea asegura que en el Colegio del Aire, la mayoría de los maestros y compañeros lo han brindado su apoyo sin restricción alguna.

En estos casi cuatro años, ha convivido con sus compañeros de generación, son 73 hombres y sólo una mujer, eso le ha llevado a una serie de vivencias que muchos le envidiarían, pues ha podido platicar y convivir con el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván, y con sus profesores y comandantes que tienen altos grados militares.

Señala que en la mayoría de los casos de sus superiores ha recibido trato respetuoso y generoso, al igual que de sus compañeros, pero existe siempre una percepción de que algunas de las personas con las que convive no están convencidas de que una mujer sea piloto aviador.

Sin embargo, ella mantiene su convicción firme, en el sentido de que al concluir sus estudios habrá de servir a su país de manera orgullosa y leal. Va más allá y dice estar dispuesta a ir a la guerra en caso de que la Nación así se lo demandara para defenderla.

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