Raúl Muñoz Leos: Soy inocente

Asus 68 años, Raúl Muñoz Leos sólo ha tenido dos trabajos en su vida.

En Du Pont, una de las empresas más modernas e importantes del mundo de la cual fue presidente y director general.

Y en Pemex, una paraestatal llena de lastres y complejidades.

De una empresa a otra encontró el cielo y el infierno.

Hoy, el que fuera el primer director de Pemex durante el sexenio de Vicente Fox es acusado de un supuesto quebranto. Lo estiman en mil 724 millones de pesos y es por haber firmado el contrato laboral 10275/04 con el Sindicato de Pemex en agosto de 2004.

Si no lo firmaba, el sindicato se iba a la huelga y la paraestatal habría sufrido el peor caos en su historia.

Lo firmó. Pero la Secretaría de la Función Pública lo sancionó en julio pasado por el presunto quebranto a Pemex, junto con el ex abogado general de la paraestatal, Juan Carlos Soriano Rosas.

A cada uno les impuso una multa de 862 millones de pesos. Se asegura que firmó el contrato con el sindicato sin el consentimiento del Consejo de Administración de Pemex, y que violó la Ley Presupuestal.

En ese entonces el secretario de la Función Pública era el hoy candidato a la dirigencia nacional del PAN, Germán Martínez, quien habría pasado inadvertido de no ser por esa acción y las sanciones impuestas al ex director del Seguro Popular, Juan Antonio Fernández, a quien se le aplicó una multa mínima.

Por su parte, la Auditoría Superior de la Federación lo señala de igual manera.

Mientras, cuatro funcionarios de alto nivel de Pemex fueron exonerados.

Uno, el ex director corporativo de administración, Octavio Aguilar Valenzuela, quien por organigrama era jefe del abogado general. Lo exoneraron.

Lo mismo sucedió con el ex director de Pemex, Luis Ramírez Corzo, quien entregó el dinero; y el panista Rosendo Villareal, director general administrativo todavía en funciones.

Hoy la PGR inició una averiguación previa en su contra. Así, Muñoz Leos se suma a la lista de ex directores de Pemex perseguidos al inicio del sexenio, como fue el caso de Jorge Díaz Serrano y el de Rogelio Montemayor Seguy. Aunque los casos son muy diferentes.

En entrevista exclusiva con Reporte Indigo, el ex director de Pemex habla de todo lo ocurrido en la paraestatal.

Su llegada a la empresa, las presiones del PAN para integrar a miembros del partido en la administración de Pemex.

Así fue como desfilaron controvertidos personajes como Aguilar Valenzuela, el hermano del que fue vocero presidencial Rubén Aguilar.

Y también Juan Bueno Torio y Rosendo Villarreal, a quienes la PGR investiga por su supuesta complicidad en el tráfico de influencias de los hijos de Marta Sahagún en Pemex.

Muñoz Leos habla del controvertido contrato con el Sindicato, y afirma que el presidente Vicente Fox estaba de acuerdo con los términos del mismo.

Y que no obró solo. Siempre mantuvo informados a los secretarios de Energía -Felipe Calderón Hinojosa y Fernando Elizondo- y de Hacienda, Francisco Gil Díaz.

El ex director de Pemex está convencido de que el contrato fue legal.

"Es algo desafortunado, algo que está no apegado a lo que debiera ser y siento que son organizaciones que tratan de descargar sus responsabilidades en algunos casos de una manera un poquito a la ligera.

"Me siento complacido que la Procuraduría haga una averiguación previa para que estos temas queden en su correcta perspectiva.
"Me siento absolutamente convencido, con la convicción de que tengo la razón y no tengo dudas de mi desempeño, y esto tiene que aclararse", señaló.
Muñoz Leos también habla de las llamadas y recomendaciones que le hizo la primera dama Marta Sahagún.

Señala que uno de esos recomendados fue Leonardo Sánchez Avalos, de Líneas Aéreas Azteca que había dado 20 millones de pesos a la señora Fox.

La versión coincide con lo que había señalado a Reporte Indigo el empresario Miguel Moreno Vélez, quien fue testigo de cómo la señora Fox llamó al director de Pemex desde la cabaña presidencial.

El ex director de Pemex afirma que nunca hizo nada indebido ni favoreció de ninguna forma a los integrantes de la familia Fox-Sahagún.

Afirma que no será un chivo expiatorio, ni el "pez gordo" del sexenio.