Juan Camilo Mouriño disfruta del ron con refresco de cola, Apletton special, de preferencia
COMPARTIR
<span style="font-weight: bold;">México.- </span>También se exalta cuando alguien busca monopolizar el uso de la palabra de manera reiterada, algo similar a lo que le sucedió a su majestad el rey don Juan Carlos de Borbón con Hugo Chávez. Sin embargo, guarda las formas de la diplomacia y la política.<br>
Cuando las circunstancias lo exigen y la "mano izquierda" para "conciliar" resulta inútil, es capaz de "tomar el rábano por las hojas" y usar la "mano derecha" para "golpear la mesa" y pelear. En esas ocasiones, habla, a veces casi grita sin interrupción, impidiendo a su interlocutor dar respuestas. Las pausas sólo llegan cuando se queda sin aliento.
La manera respetuosa y mesurada con que trata a sus interlocutores puede transformarse cuando se queja, cuando advierte y, en ocasiones, cuando altivamente amenaza. Arrogante cuando está en presencia de gente que le "repugna", puede pasar de las bromas -algunas de ellas pesadas- a las lágrimas y el llanto casi incontenible en cuestión de minutos.
Habitual consumidor de vinos del viejo mundo, sobre todo españoles, también se manifiesta orgulloso de la producción vitivinícola nacional. Le gustan los de Casa Madero y Santo Tomás. También disfruta el ron con refresco de cola. Appleton Special, de preferencia. Y el whisky Chivas Regal 18 años. Cuando se siente en confianza, puede consumir grandes cantidades de alcohol. Y si la ocasión lo amerita, puede hacerlo hasta que, literalmente... se queda dormido.
De maneras refinadas, le gusta vestir Ermenegildo Zegna, cuyas prendas cuestan un promedio de mil 600 pesos por corbata y más de 22 mil pesos por traje. Pero también hay aspectos en su personalidad que "lo acercan" al pueblo, como su gusto por la cochinita pibil. También es aficionado al futbol y fiel seguidor del equipo Celta de Vigo, del cual su padre es accionista mayoritario desde 2004.
Eventualmente "echa una cáscara", gusto que comparte con el presidente Calderón, con la mayoría de los miembros del staff de Los Pinos y al menos con un miembro del gabinete. Además es fanático de la lucha libre y de las apuestas de "máscara contra cabellera".
Es Juan Camilo Mouriño, la joven revelación calderonista, el nuevo secretario de Gobernación nacido en Madrid, España, el 1 de agosto de 1971. Hijo de María de los Angeles Terrazo, una hija de españoles originarios de Avión, en Galicia, y cuya nacionalidad mexicana está hoy bajo la lupa. Su padre es Manuel Carlos Mouriño Atanés, un español nacido en Pi y Margal, también en Galicia, y educado por sacerdotes salesianos.
Mouriño Atanés es el dueño del Grupo Energético del Sureste, conglomerado que incluye decenas de gasolineras (franquicias de Pemex), inversiones inmobiliarias, así como empresas de construcción y transporte.
También posee franquicias de restaurantes como Burger King, Benedetti's Pizza y helados Baskin Robbins. También ha sido consejero nacional de Banamex -al igual que su hijo Juan Camilo-, Banca Serfin e Inverlat. Mouriño tiene dos hermanos, Carlos y Mariano. Fue precisamente Carlos, el mayor, quien le impuso el mote de Iván. Cuando eran niños no podía pronunciar su nombre, y lo llamaba Iván.
Desde entonces, su familia lo llamó así. Y el sobrenombre permeó con sus compañeros de escuela primero y con sus colegas de la política después. Incluido su amigo el Presidente.
Creció entre Madrid y Vigo, en España, hasta que su familia emigró a México en 1978. Primero al Distrito Federal, donde permanecieron cinco años, y luego a Campeche. Eligió la nacionalidad mexicana en 1989, al cumplir los 18 años, supuestamente renunciando a la española. Se casó con María de los Angeles Escalante, hija del constructor Eduardo Escalante. Tiene tres hijos de ocho, cinco y dos años. Es católico, fiel del Cristo de la Victoria, patrón de la ciudad de Vigo. Estudió economía en la Universidad de Tampa, Florida, y un posgrado en administración en la Universidad Autónoma de Campeche.
Su carrera política comenzó en la segunda mitad de los 90's, luego de la traumática experiencia de un secuestro que duró varios días. Atado de pies y manos, con los ojos vendados, Juan Camilo Mouriño sintió la zozobra de quien sabe que su vida depende de la voluntad de un criminal dispuesto a todo a cambio de dinero. Recuperó su libertad y conservó la vida, pero perdió para siempre la inocencia. Desde entonces, como él mismo cuenta, le es difícil o casi imposible confiar en los extraños. La cautela y el sigilo se convirtieron en el sello distintivo de sus actividades personales y políticas.
En 1996, casi recién llegado de Florida, donde había estudiado los últimos años, se convirtió en secretario del Comité Directivo Municipal del PAN en Campeche. Conoció a Felipe Calderón, entonces secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en los días de la dirigencia de Carlos Castillo Peraza.